«Esta ha sido la victoria más importante de mi carrera». Así de firme se pronunciaba ayer Alejandro Davidovich,después de su triunfo ante Hurkacz en segunda ronda del US Open, en unas palabras a la ATP. En su versión más madura, probablemente ... con su mejor tenis de siempre, en competencia con su prodigiosa actuación en 2019 en el ATP 250 de Estoril, el pupilo de Jorge Aguirre trata de bajarse de la nube: «Estoy muy contento con el trabajo que hicimos en la cuarentena, tanto en lo mental como en lo físico, y ahora debo seguir concentrando y pensando partido a partido».
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Esto le lleva hoy a un duelo con un viejo conocido, Cameron Norrie (73º del 'ranking' ATP). No se han cruzado en el circuito, pero sí que coincidieron en Marbella en 2018 en el duelo ante Gran Bretaña de Copa Davis, cuando el malagueño era sólo un 'sparring' del cuadro hispano, y el inglés (aunque nacido en Johannesburgo), semidesconocido hasta entonces, fue el foco principal de la resistencia británica. Mirar más allá sería en un cruce posterior con un 'top ten', Alexander Zverev.
Lo cierto es que para tratarse de un duelo de dieciseisavos de final de un Grand Slam –cima que nunca había hollado un tenista malagueño y en el debut de 'Álex' en el torneo– no plantea una dificultad fuera de las posibilidades de Davidovich, Y menos al nivel mostrado ante Novak y, sobre todo, Hurcakz, que era el 24º favorito del cuadro.
Si bien Norrie había sorprendido en primera ronda al argentino Schwartzman (13º mundial y noveno favorito) y despejaba esa zona del cuadro, su tipo de juego, sin un saque dominante, pero mucha movilidad y agresividad en la pista, se asemeja más al de Davidovich, que fue capaz de sobreponerse a nada menos que 17 'aces' de Hurkacz el miércoles y al que acabó fundiendo. Literalmente, ante la humedad que impera en Nueva York estos días.
"Sabía que Schwartzman había perdido y que iba por mi parte del cuadro, pero no debes pensar a largo plazo, sino sólo en el próximo encuentro", reconoció Davidovich, que entiende que su juego ha evolucionado: "Soy muy agresivo, pero intento encontrar una cierta constancia y no ir tan acelerado como antes. Siempre tendré ese toque de locura característico mío, aunque el objetivo es estar más calmado en la pista".
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Eso no es óbice para que varíe continuamente el ritmo a los rivales o se juegue un punto de set con un saque por bajo. Y con éxito. Como en la primera manga ante Hurkacz. "Lo entreno habitualmente, es el único golpe extravagante que sí trabajo. Antes invertía tiempo en practicar golpes extraños, pero ahora busco ser más regular. Sé que los tiros espectaculares llegan solos. Sólo pienso en mejor continuamente", admitió.
Davidovich sería 81º del 'ranking' ATP si todo acabara así esta semana (la actualización semanal no llegará este lunes, sólo al término del torneo) y acariciaría el 70º ganando a Norrie, de largo el mejor registro histórico de un malagueño (Emilio Álvarez llegó a ser 81º el 5 de junio de 1997). El talento rinconero admite que en este paso adelante (empezó la semana siendo el 99º) ha sido clave ejercitarse con Djokovic. "Fue una experiencia muy buena entrenarme con él. Me ha ayudado muchísimo a mejorar estar dos horas entrenándome a tope, metiendo cada bola donde debe ir . Me sirvió para ver dónde estoy ante los mejores. Habiéndole conocido, puedo decir que es una gran persona".
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