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Alejandro Davidovich (48º del 'ranking' ATP) abandona el Godó casi por la puerta de atrás. Primero, porque la organización del torneo le colocó en la segunda de las pistas (la Manolo Santana), sin cobertura televisiva, sin atender a sus méritos actuales, como ... ser la quinta raqueta española; su pujanza, con sólo otros tres tenistas más jóvenes en el 'top 50', y su reciente resultado en el Masters 1.000 de Montecarlo, al llegar a los cuartos de final.
Más allá de ese castigo inmerecido, el malagueño sigue mostrándose intermitente en este 2021, con buenas actuaciones y partidos mucho más discretos, que coinciden, casualidad o no, con la presencia de público. En este ATP 500 de Barcelona cedió en la primera ronda ante el kazajo Alexander Bublik (42º) por 6-2, 5-7 y 2-6. Fue un duelo atípico en tierra batida, de una hora y 32 minutos pese a disputarse tres mangas, y en el que las bolas de 'break' fueron mínimas y decisivas, como si se estuviera jugando en realidad en una superficie rápida, que es donde mejores resultados obtiene Bublik, que estuvo en Marbella hace unas semanas, aunque en el cuadro de dobles, al no inscribirse a tiempo en individuales. Sus 16 'aces' en un choque en arcilla, y ante el quinto mejor del circuito al resto en los primeros servicios, lo dicen todo.
Davidovich, ante un rival al que no se había medido en el circuito nunca, se anotó la primera manga con cierta facilidad. Salvó una bola de ruptura al comenzar el juego sirviendo y se anotó las dos que tuvo al resto. El choque avanzaba controlado hasta el 5-5 en la segunda manga, sin que se dieran opciones para nadie de tomar ventaja, y fue entonces cuando llegó la hecatombe para el malagueño, en una cuesta abajo sin frenos que le condujo a la derrota.
Bublik, que a sus 23 años no ha jugado aún finales en el circuito, apenas se había anotado cinco puntos al resto en el segundo set, pero rompió el saque de su oponente para el 5-6 y disfrutar de un juego al servicio que no desaprovechó para llevar el choque al tercer y definitivo set, en el que pronto volvió a tomar ventajas. Aprovechó sus dos puntos de 'break' y concedió sólo tres al resto a Davidovich sirviendo de forma impecable desde sus 1,98 metros (diez 'aces' en la segunda manga y cuatro en la tercera), en un partido con rápidos intercambios y sin esos 'rallies' de los que suele sacar ventaja el rinconero con su movilidad en la pista y fondo físico.
De esta forma, decepción para Davidovich que la próxima semana espera redimirse en Estoril (Portugal), en un ATP 250 del que guarda muy buen recuerdo con las semifinales jugadas allí en 2019 y perdidas ante el uruguayo Pablo Cuevas, en su primer golpe de mano en el ATP Tour. En principio, después llegarán las citas en los Masters 1000 de Madrid y Roma y su presencia en Roland Garros.
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