Davidovich necesita un reseteo

Se trata de la segunda derrota ante un tenista fuera del 'top 100' en menos de un mes (tras la sufrida ante Kotov en Mallorca) y es el tercero de cuatro torneos en el que se despide a las primeras de cambio. La vuelta a la arcilla se le atragantó al rinconero, no se sabe si falto de jornadas de entrenamiento en polvo de ladrillo tras la gira de hierba. Prueba de ello es que cometió una enormidad de errores no forzados, impropios de su talento, ante un rival que no necesitó una versión excepcional para ganar.

Kovalik es Kovalik y nada más, un 'terrícola' que no trata de romper la bola, sino optimizar cada golpe buscando espacios libres en la pista, impertérrito ante cualquier suceso. A sus 30 años, llegó a ser top 100' en 2018 unos meses y suma seis Challengers en su carrera, todos por supuesto en arcilla. Su mayor hito fue ser semifinalista en Hamburgo en su mejor año, pero apenas se prodiga en el ATP Tour, siendo este tramo veraniego del calendario, en torneos con inscripciones más flojas, donde tiene más opciones.

Davidovich parecía afrontar otro trámite ante Kovalik cuando se colocó con 3-1. Se mostraba muy superior en ritmo y calidad, pero entró en un bache difícil de entender. Sumó sólo dos juegos de los doce siguientes. Una mala decisión táctica en una subida a la red le supuso su primer quiebre en contra y el inicio de la pesadilla.

Incluso tras pasar del 3-1 al 3-6 el malagueño y perder la primera manga parecía vérsele con confianza en la remontada, pero el segundo set comenzó igual de atragantado. Sufriendo en cada juego al servicio, porque es casi imposible sumar con tres o más errores no forzados en cada uno. El pupilo de Jorge Aguirre, cuya preocupación crecía al paso de los minutos) reclamó entonces dos asistencias médicas. Primero, con 0-1, para pedir una pastilla, al parecer por un malestar; luego, con 2-1 y 0-30, al rasparse la rodilla derecha al estirarse para llegar a una bola.

Pero no pareció, al menos desde fuera, que estos dos episodios, ni el viento en la pista central, fueran justificantes claros de la derrota. A Davidovich se le pudo ver correr, frenar y acelerar con cierta normalidad, pero no se daba el giro en el guión y se vio dos 'breaks abajo' en la segunda manga. Del 2-4 al 2-5 sufrió incluso un quiebre en blanco en el que pareció rendirse de antemano.

Su enfado fue monumental luego en la silla y reapareció renovado de ánimo para situarse en un santiamén en un 4-5, pero no llegó a recuperar el segundo 'break' de desventaja pese a llegar al 'deuce'. Un tranquilo Kovalik, muy curtido y consciente de sus limitaciones, dio el do de pecho para cerrar la victoria.

Ahora Davidovich sigue inscrito en Hamburgo la próxima semana, en su despedida de la tierra, y luego acudirá al Masters 1.000 de Toronto, ya en rápida, en el último tercio del curso, en el que están los dos grandes alicientes del US Open y la Copa Davis, pero no ha pasado de cuartos este 2023 y su gran regularidad de las primeras citas se han tornado en un tenista de nuevo débil en lo mental, que ha perdido puestos de previlegio en el 'ranking' (llegó a ser 24º). Este martes no hubo saques de 'cuchara', lo que precipitó su derrota ante Rune en Wimbledon tras gozar de dos 'match balls'.