1-6, 3-5 en la pista y 0-30. Pie y medio de Alejandro Davidovich fuera del ATP 500 de Dallas, cuando tenía el punto ganado con una bola para el 'smash' cerca de la red, aprovechando un bote altísimo. Una ejecución de las ... que se fallan pocas a nivel profesional, pero el malagueño la cruzó en exceso. Resulta difícil intuir qué pasó anoche por la cabeza de Fokina en su oportunidad de alcanzar los cuartos de final. Su tenis, falto de ritmo y tensión, distó mucho de la garra y repunte demostrados en Melbourne o de la contundencia con la que rindió hace tres días a Holt en primera ronda.
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'Aces': 2/2
Dobles faltas: 0/0
Primeros servicios dentro: 71/62%
Puntos ganados con primer saque: 54/81%
Puntos ganados con segundo saque: 43/53%
Puntos de 'break'convertidos: 0-2/4-10
'Winners': 7/12
Errores no forzados: 35/12
Total de puntos ganados: 40/59
Los datos tumban cualquier mínimo intento de defender su actuación. Veinte errores no forzados en 31 minutos de primera manga, resuelta con un demoledor 6-1. De 30 puntos sumados por Matteo Arnaldi (39º) en ese periodo, 20 fueron producto de los fallos no provocados de su oponente, y es que el de San Remo sólo necesitó un 'winner' para avasallar de esa forma en el tanteo. A golpe de consistencia en su tenis, aunque en realidad desde el US Open no encadenaba dos victorias, tumbaba a su errático rival, totalmente irreconocible por lo que había mostrado en citas anteriores.
No se recuerda una derrota en 66 minutos de Davidovich en el ATP Tour sin algún achaque físico de por medio, y quizás por eso parece más grave el paso atrás ofrecido ayer, en una temporada que tiene que ser la de su reacción y en un mes de febrero que es en el que más puntos defiende, dos cuartos de final alcanzados en un 2024 para olvidar.
El caso es que pasan diferentes entrenadores por su carrera, pero el carácter difícil de domeñar de Davidovich sigue ahí. Un tenista irregular, imprevisible, para lo bueno y lo malo, que garantiza espectáculo en la cancha, pero con una falta de consistencia que le está impidiendo progresar. Sus 35 errores no forzados finales en tan poco tiempo en la pista le hacen imposible poder competir ante cualquier rival 'top 50'.
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No es Arnaldi (que ya salió ganador en el único precedente, en 2024 en Montreal, pero por retirada de Davidovich en la tercera manga) un gran sacador ni un tenista de un talento especial, pero sí muy constante y ordenado en su juego. Con la virtud de elevar un poco sus prestaciones ante las dificultades. Competitivo, al fin y al cabo. Todo lo contrario de un tenista malagueño apático y sin aparente concentración.
Dallas ha sido la primera estación de una larguísima gira americana, que continuará la próxima semana en el ATP 250 de Delray Beach, con una cita de tierra entre medias en Río de Janeiro (otro 500), para volver a la superficie rápida en Acapulco (ATP 500) y en los Masters 1.000 de Miami e Indian Wells, torneos estos dos donde se avecinan cuadros muy complicados ante su 'ranking' (59º).
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Davidovich reconoció a pie de pista el lunes, tras ganar a Holt, que eligió Dallas por un nivel algo más bajo en el elenco que el de la gira europea, ahora en Rotterdam. Ha dado un volantazo a su calendario, muy diferente al de años anteriores, pero necesita un claro cambio de mentalidad. Se puede perder, pero no con las formas mostradas en la pista Grandstand en Dallas, realmente preocupantes.
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