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Alejandro Davidovich ha puesto fin a su relación con Jorge Aguirre, su entrenador de toda la vida, el que apostó por su progresión desde que tenía 12 años y que le ha llevado hasta el 21º en el ATP Ranking, aunque actualmente es el 34º. ... Después de dos torneos consecutivos sin presencia del guipuzcoano en la grada junto al tenista (algo a veces habitual en una cita puntual, porque se toman descansos en un calendario muy intenso), ya se hacía extraño este detalle.
Aguirre no estuvo en el Masters 1.000 de Roma, y en su lugar se vio dirigiéndole a Gianmarco Amatiste, hermano de su pareja sentimental (Paloma) y que ha sido su 'sparring' varias veces. Extrañó mucho más no verle en Roland Garros. En la pista número 10 estaba de nuevo Amatiste junto a Fernando Verdasco y el capitán de Copa Davis, David Ferrer. Finalmente es el madrileño el que va a dirigirle al menos hasta Wimbledon, como confirmó a este periódico su entorno.
Davidovich desveló en publico el cambio este martes, en la rueda de prensa tras derrotar a Vacherot en la primera ronda en Roland Garros (4-6, 6-2, 6-2 y 7-6 (2)). «Voy a ser breve. Con Jorge lo de hejado y he empezado una nueva etapa», dijo de forma escueta sin dar más explicaciones.
Sobre su nuevo técnico, apuntó: «Con 'Fer' tengo muy buena relación desde hace muchos años. Sé que estaba haciendo de 'coach' con otros jugadores y era el momento de cerrar una etapa y empezar una nueva, Me puede ayudar a afrontar mejor los partidos, esa tensión y todo lo que venga».
Davidovich se puso a las órdenes de Jorge Aguirre en el Racket Club Fuengirola en 2011. Tenía 12 años, tras criarse en La Cala del Moral y hacer sus primeros pinitos en Calaflores y Serramar. Hablamos de un extenista que en 2004 se instaló en la Costa del Sol y fundó el club fuengiroleño con el objetivo de llegar a conducir la trayectoria de algún gran jugador. Por sus manos pasó Regina Témez y Carlos Dívar, su principal pupilo junto a Davidovich allá por 2011, aunque al rinconero ya lo empezó a ver jugar en 2006.
Antes Davidovich comenzó a jugar al tenis junto su padre, un exboxeador ahora en Suecia, y luego dirigido por Manolo Rubiales en Rincón de la Victoria, antes de dar el paso con Aguirre. La relación entre ambos se ha prolongado practicamente doce años (el rinconero cumple justo los 25 el miércoles de la próxima semana) y ha sido casi un padre para él, en una relación muy prolongada y que no es habitual en el circuito profesional. De hecho Aguirre no ha dirigido a otros jugadores de máximo nivel.
Lo cierto es que Davidovich llevaba una mala racha de juego y resultados este 2024 y en años anteriores ha tenido algún borrón importante por su dificultad para gestionar mentalmente los partidos. Fueron recordados sus 'cinco match balls' seguidos perdidos en un 'tie break' ante Rublev en Dubai, o el 'super tie break' del último Wimbledon ante Rune, coronado con un saque por bajo a la desesperada.
Este año volvió a sucederle ante Rublev en Madrid, en un 5-0 a favor en otro 'tie break'. En la gira de tierra sólohabía ganado a Shang (y ahora a Vacherot), más una incomparecencia de Machac, en la superficie en la que normalmente mejor se desempeña, pero sus tres últimos mejores resultados (cuartos en Roland Garros en 2021, final en Montecarlo en 2022 y semifinales en Torronto en 2023) quedan muy separados y por momentos se ha convertido en el mejor tenista del circuito sin títulos.
Verdasco ha dirigido a varios tenistas y no figura como oficialmente retirado. Hace unas semanas en Madrid se le vio en el banquillo de la tunecina Ons Jabeur, por ejemplo. Ganador de siete títulos ATP y tres ediciones de la Copa Davis, Verdasco lleva sin jugar desde septiembre de 2023, cuando cayó en la primera ronda del Challenger de Sevilla. A sus 40 años, está cerca de ser padre por tercera vez con Ana Boyer.
Davidovich se refirió este martes también a su victoria en París. «Llevaba una racha larga sin ganar un partido y esta victoria me da confianza. El estar tanto tiempo sin triunfos es duro. Yo soy competitivo y me gusta ganar, y no ver resultados es duro». Finalmente, aludió al pronóstico de Stefanos Tsitsipas, que le veía campeón este año en Roland Garros. «Hice un buen entreno con él y tuvo esa sensación, pero del entreno a competición hay un mundo. Me estoy entrenando muy bien y sintiéndome bien mentalmente. Hay más presión, pero intento lidiarla de la mejor manera».
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