Constante y firme. Así es la progresión de Alejandro Davidovich, que refleja también la excelente labor que viene haciendo a su lado su equipo de trabajo, el mismo en todo este ascenso a las alturas. Tras su victoria esta madrugada ante Karen Khachanov (15º), por ... 6-3, 1-6 y 6-4, asciende a su mejor 'ranking' de siempre, el 26º (será el 25º si pasa a cuartos, y el 23º si accede a semifinales), siendo ya la cuarta raqueta española (tras Alcaraz, Nadal y Carreño) y con sólo seis tenistas más jóvenes que él por delante, palabras mayores en un talento forjado lejos de las grandes escuelas de formación mundiales y que sigue mostrando que tiene tenis para mucho más.
De hecho, a Davidovich aún le persigue una etiqueta: es el mejor tenista del mundo sin corona. No ha ganado títulos aún en el ATP Tour (el caso más cercano es el de Botic van de Zandschulp, 32º), aunque no cabe duda de que cada vez está más cerca de ello. Máxime cuando está disfrutando como nunca en rápida. Hay un detalle más que revelador: no ofreció bolas de 'break' durante tres sets ante Rublev en Dubái y en dos contra Wu en Indian Wells. Esto corrobora una mejora que se suma a su dominio de una amplia gama de golpes, su físico y su agresividad en la pista, que hacen que sea un jugador muy atractivo cara al espectador.
El malagueño sigue arrastrando un problema para cerrar los partidos, un exceso de ansiedad que le traiciona, como le sucedió en esos cinco 'match balls' seguidos en el 'tie break' ante Rublev de Dubái, y por momentos la pesadilla parecía reeditarse ante Khachanov ayer, pero a la tercera opción fue la vencida, de ahí esa emoción en la celebración, con los ojos vidriosos y presignándose, unos gestos pocos habituales en él.
El gran desafío será defender los 600 puntos de la final de Montecarlo de 2022 dentro de unas semanas, lo que le puede lastrar en el 'ranking'
Ahora a Davidovich le espera un cruce a priori accesible en octavos ante el chileno Cristian Garín (97º), que sorprendió este domingo a Casper Ruud (4º) en dos mangas. Aunque fue recientemente 'top 20', lleva meses de capa caída, pero ha dejado sensaciones de que puede volver por sus fueros. Ambos empatan a uno en el 'head to head', con triunfo de Davidovich en Amberes en 2021 (en tres sets), en 'indoor', y derrota en tierra en Santiago de Chile en 2020. No cabe duda de que es una oportunidad única para seguir haciendo historia. Todo se complicaría después, porque el cruce en cuartos tendría que ser ante Daniil Medvedev (5º) o Alexander Zverev (14º).
Además, Davidovich se acerca ya a la temporada de tierra batida, su momento más favorable. En el Masters 1.000 de Miami la próxima semana cerrará la primera parte del curso, para viajar después a Estoril (dos veces semifinalista y una cuartofinalista). Pronto llegará un gran desafío: defender los 600 puntos en la semana de Montecarlo tras proclamarse subcampeón en este Masters 1.000 en 2022. Si se acerca a otro buen resultado en el Principado todo apunta a que podría salir semanas después de Roland Garros (donde no defiende nada) con un 'ranking' aún mejor, pese a ser cada vez más difícil escalar peldaños.
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