Davidovich exige lo mejor de Alcaraz

Fueron dos horas y veinte minutos de pelea (6-7 (5) y 4-6, en cuartos de final del ATP 500 de Barcelona), y eso ya dice mucho de la formidable actuación del malagueño, seguramente en uno de sus mejores partidos de su carrera, dejando un punto de antología que ya circula a nivel mundial, una volea baja con bote en cada lado de la pista.

Alcaraz no lo tuvo nada fácil. Encontró un rival con un físico capaz de igualarle y jugarle desde el fondo sin intimidarse. Y ello a pesar de empezar de la peor de las formas, perdiendo el servicio. Pero Davidovich ya fue capaz de llevar la iniciativa en muchos juegos al resto hasta igualar las fuerzas con un revesazo paralelo (3-3). Alcaraz aprovechó bolas nuevas para ganar cómodo el 4-3, y Davidovich restó con viento en contra sin impedir el 5-3, y entonces llegó la primera sorpresa: tres juegos seguidos del rinconero dispuesto a cambiar los pronósticos.

El pupilo de Jorge Aguirre disfrutó de 6-5 y 0-30 al resto y acarició el set. Alcaraz sufrió de lo lindo para forzar el 'tie break', con tres situaciones de 'deuce' posteriores aunque nunca llegó el 'set point'. Hasta hubo 'mini breaks' a favor en la 'muerte súbita', con 3-1 y 4-3 y saque, pero tres malos puntos condenaron al malagueño después de hora y cuarto de pelea. Sólo un punto menos en su cosecha (48-49), en un duelo condicionado por Eolo y los errores no forzados. Hasta 27 del tenista de El Palmar, que no le privaron de tomar ventaja.

Podía pensarse entonces que el varapalo de perder el set podía pesar sobre la mente de Davidovich. Más aún cuando desperdició un 0-40 a favor y seis bolas de 'break' en el segundo turno al resto de la segunda manga y acto seguido se vio muy rápidamente con el quiebre en contra (3-1). Pero el malagueño estuvo más sólido de la cuenta y batallador toda la tarde.

El punto para el 3-3, esa volea metiendo la raqueta por debajo de la bola y dándole un efecto endemoniado para que botara en cada lado de la pista, con la sonrisa cómplice de Alcaraz, reconociendo lo insólito del gesto técnico, será seguramente el mejor punto de la semana y uno de los más brillantes de la temporada.

Punto a punto, Davidovich siguió sosteniendo la pelea en otro set largo, aunque no tanto como el primero, hasta que varios errores le colocaron con 15-40 y teniendo que salvar dos 'match balls' en el 5-4. Entonces acabó claudicando en el segundo intento de seguir agarrado al partido, pero la ovación que se llevó de la grada no fue propia de la de un perdedor.

«No ha sido sencillo. Había rachas de viento y nos hemos tratado de adaptar. Álex te puede meter cualquier golpe imposible y había que estar muy atentos», reconoció después Alcaraz, muy deportivo, pero también consciente de que fue una de las victorias más sufridas en una serie de doce victorias en trece citas.