Apenas lleva año y medio instalado en la élite, por más que se llevara hablando de él en los círculos tenísticos desde mucho tiempo atrás ante su proyección, pero resulta sorprendente ver ya en el mercado el primer libro sobre el número uno mundial más ... joven de la historia. No tanto si se comprueba la perspectiva con la que lo ha enfocado su autor, el escritor abulense Tomás García Yebra. Bajo el título de 'Carlos Alcaraz. El cambio de paradigma. La diversión considerada como una de las bellas artes', el que fuera también periodista en 'El Semanal' y la sección cultural de Colpisa no afronta, ni mucho menos, una biografía al uso del murciano, sino un original acercamiento a lo que ha supuesto su eclosión en el deporte de la raqueta.
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«Me dices hace un año que iba a escribir un libro sobre Alcaraz y me hubiera parecido imposible», se sincera con este periódico el autor. Las razones de la inspiración vienen a partir de la seducción ante el juego y el talante del tenista de El Palmar. «La generación de tenistas robotizados desde el fondo de la pista me empezó a aburrir, quitando McEnroe y Federer. En abril empecé de casualidad a seguirle. Puse en la tele el Masters 1,000 de Madrid. Ganó a Nadal, a Djokovic, y me deslumbró su forma de jugar, esa alegría, esa vitalidad. No le importaba perder. Me hubiera gustado vivir la vida así, disfrutando. Ahí salto la chispa», aclara. García Yebra dirige ahora un taller de escritura en la capital y conoce muy bien cómo se prende la chispa del arte. «Un libro, una pintura, una canción, pueden nacer de una imagen», explica y revela también que «se lo he mandado (el libro, a Alcaraz), a ver qué le parece».
«Es el libro que menos he tardado en escribir mi vida, cinco meses. Miguel Delibes invirtió en 'El camino' veintiún días. No el hecho de suponer más esfuerzo significa que sea mejor. A veces con menos esfuerzo salen cosas brillantes y aquí disfruté desde el principio», comenta García Yebra, y la conquista del US Open fue otro punto de inflexión: «Pensé en publicarlo cara a Roland Garros, pero ganó en Nueva York, se convirtió en número uno y me dijo el editor que había que adelantarlo. En septiembre llevaba el 80 por ciento del libro». La obra, heterodoxa en su planteamiento, es un enfoque hacia ese nuevo paradigma que implica el ascenso de Alcaraz. En uno de sus capítulos lo compara con Moby Dick «cuando huele la sangre (...) un tenista de carne y hueso que se mueve con una voracidad animal, con una pasión arrebatadora, capaz de erotizar a todo un estadio».
«Creo que va a ser irrepetible. Puede ganar más Grand Slam, pero esa forma tan divertida, a veces con suerte, casi como el Real Madrid en la Champions a golpe de genialidades, y de tenerte con una tensión brutal», reconoce el escritor, amante del tenis, pero que llevaba unos años algo apartado de él hasta el surgimiento de Alcaraz. «Después del partido del US Open contra Sinner (para muchos el mejor duelo de todo 2022), dijo McEnroe que ni en sus tiempos se podía tener ese ritmo, velocidad y precisión. Hasta un punto de que cuando derrota a Tiafoe, el norteamericano cruza la red y se contuvo para abrazarle», recuerda, y pone otro ejemplo para explica de donde surge esa seducción: «Me entusiasmó cuando Zverev le rocía de champán en Madrid, y se quedaron los dos riéndose. Esto sería impensable en la política. Es una lección que nos dan desde el mundo del deporte».
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A García Yebra no le agradan los inevitables análisis que ponen el foco en el paralelismo entre Alcaraz y Rafa Nadal. Bajo su prisma el balear también «está lleno de virtudes». «Se puede disfrutar de los dos ◘–añade–. En el periodismo nos gustan las comparaciones, pero son carreras distintas. Alcaraz puede ser como Curro Romero a lo mejor. Es la exquisitez, la improvisación, como un arte distinto, y Nadal con una fortaleza mental irrepetible, como que existe dos veces Dios. ¿Pero por qué tiene que llegar a ser Alcaraz como Nadal? Yo le diría: 'Diviértete, disfruta del trayecto'. Nadal ha tenido varias ocasiones de irse por la puerta grande, que hasta su padre le decía con señas retírate, en un partido de Wimbledon. Para qué apurar, arrastrarse... Azorín decía hace años que 'lo más difícil en esta vida es retirarte a tiempo'. Hasta en la escritura puede suceder, para que quede un buen sabor de boca».
Instalado en Málaga estos días para ver la Copa Davis, estaba previsto disfrutar en vivo de Alcaraz. «Tenía las entradas desde hace más de un mes, antes de lesionarse. Me hacía mucha ilusión verle, pero se ha truncado la historia, aunque esas cosas hay que contar con ellas. También tendrá lesiones, partidos que perderá... No me plantearía su trayectoria como un caballo de carreras en el que ha de superar competiciones. Hay que ir deleitando con el juego. Si gana, mucho mejor, pero sobre todo, disfrutar él para que disfrutemos nosotros», argumenta, emerge el ejemplo futbolístico de la Holanda de Cruyff del Mundial de Alemania de 1974.
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Navero, de la localidad abulense de Las Navas del Marqués, allí montó una librería-museo. Ha escrito novela y ensayo, pero sólo esta vez se adentra en el mundo del deporte desde una perspectiva original, publicado por Ediciones JC. «Se trata como Alcaraz, de vivir la vida disfrutando», resume en su despedida.
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