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Rafa Nadal, acompañado de Carlos Alcaraz, tuvieron un encuentro en Málaga el domingo, después de un entrenamiento cara a la Copa Davis, con dos niños gravemente enfermos cuyo deseo era conocerles en persona. Se trata de Perico, de 12 años y de Sevilla, que tiene un oseosarcoma, y José María, de 17 y de Ceuta, que sufre un linfoma No Hodgkin.
Ambos han heredado de sus padres y abuelos su afición por el tenis. Su máxima era conocer a Nadal y más durante los largos meses de lucha en los que tuvieron que dejar de jugar. Los dos niños recibieron pelotas firmadas gigantes y hablaron unos instantes con sus ídolos. Ha sido un chute de energía que pudieron vivir gracias a la generosidad de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, y la Federación Internacional de Tenis (ITF), que han colaborado con la Pequeño Deseo.
Se trata de una fundación que tiene como finalidad mejorar el estado anímico de niños y niñas con enfermedades graves a través del cumplimiento de su mayor deseo con el objetivo de ayudarles a afrontar con más fuerza su tratamiento.
La fundación ha hecho realidad casi 7.000 deseos a lo largo de su historia, prestando apoyo emocional a pequeños con enfermedades graves a través del cumplimiento de su mayor deseo. Para este organismo, está comprobado científicamente que vivirlo incide positivamente en el bienestar de los pequeños y sus familiares.
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