Aunque los ecos de la ruptura entre la vieja Copa Davis y la actual se han ido apagando con el paso de los años, siendo esta la cuarta edición con el nuevo formato, aún resuenan las palabras de Lleyton Hewitt, uno de sus mayores detractores, ... quizás el de más peso, al haber jugado la friolera de 19 años este torneo (entre 1999 y 2018 sólo se ausentó en 2017), con un impresionante récord de 43 eliminatorias, 59 partidos ganados y 21 perdidos, y con su mejor registro en rápida, con 22-3. El tenista de Adelaida será protagonista esta tarde en Málaga en el inicio delas Finales, ya que es el capitán del equipo australiano.
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«Están matando la competición. Esta no es la Copa Davis», declaró hace justo un año en sala de prensa. No se sabe si escarmentado por los horarios nocturnos del torneo en muchas jornadas o sus intereses en una competición rival, la ATP Cup, ya extinguida y que ha dado paso a la United Cup, mixta y de estreno en 2023. El caso es que su andanada fue de época. «La Davis se celebraba dentro del mayor de los respetos porque se jugaba al mejor de cinco sets, como los Grand Slam. Ya tiramos abajo esa puerta y, ahora, además, nos hemos cargado el jugar en casa o de visitante. Jugar fases previas o al mejor de tres sets no es lo mismo», sostuvo.
También cuestionó que el nuevo diseño del torneo se haya adoptado a espaldas de los protagonistas. «Hace cuatro años que no nos piden opinión. Esto está liderado por un jugador de fútbol y su empresa –en alusión a Gerard Piqué y Kosmos–. Es algo totalmente distinto a lo que se ha visto en el tenis para un torneo así de grande. La ITF no ha venido y me ha preguntado mi opinión ni a mí ni a ningún australiano, que ha tenido la mayor de las tradiciones aquí, junto a otros dos o tres países más durante más de cien años. Esto ha cambiado a peor. Hemos perdido algo especial», concluyó uno de los históricos de la selección más laureada en 122 años de Copa Davis. Ahora bien, Australia, con 28 Ensaladeras en su palmarés y dominadora sobre todo en los inicios y en los 50 y 60, sólo conquistó una este siglo, la de 2003.
En los dos últimos títulos estuvo Hewitt de protagonista. En 1999, en Niza, con un 2-3 a Francia. Entonces el genio de Adelaida, de sólo 1,78 metros, perdió el segundo partido ante Cedric Pioline en tres sets y el quinto e intrascendente duelo. Pero se desquitó en 2003 en Melbourne. Hewitt derrotó a Juan Carlos Ferrero por 3-2, en lo que fue la venganza del desdoro en el año 2000, cuando en el Palau Sant Jordi se invirtieron las tornas y el valenciano logró un triunfo clave en el segundo duelo de la serie, tras la derrota de Albert Costa ante Mark Philippousis. La 'Armada' conquistó entonces su primera Copa Davis y se convirtió a partir de ahí en la potencia hegemónica mundial en este siglo.
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Hewitt, un tenista con un enorme carácter dentro y fuera de la pista, que podría recordar en cierta manera a Novak Djokovic, era una excelente competidor y se crecía en los ambientes más adversos. Su tenis podía ser poderoso en cualquier tipo de pistas, aunque le iban más las rápidas, y conquistó la friolera de treinta titulos ATP, entre los que destacan el US Open de 2001 y el de Wimbledon de 2002
Fue número uno mundial durante 75 semanas entre finales de 2011 y la primera mitad de 2003, y en su momento se convirtió en el jugador más joven en alcanzar la cima del ATP Ranking, a los 20 años, 8 meses y 26 días, récord que ahora ha dejado atrás Carlos Alcaraz.
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Curiosamente, Hewitt es un ex número 1 que jamás pudo ganar a lo largo de su larga trayectoria a otro número 1 vigente. El australiano jugó 18 veces contra un jugador que ocupara en ese momento lo más alto de la clasificación y en todas ellas perdió. Una vez frente a Djokovic (Abierto de Australia de 2012), una ante el ruso Marat Safin (Copa Master de 2000), dos contra Rafa Nadal (Roland Garros de 2009 y Masters 1.000 de Miami de 2014) y catorce veces frente al recién retirado Roger Federer.
Con Hewitt de capitán, tampoco hay que pasar por alto la historia del número 1 austraiano, un Alex de Miñaur que pudo jugar con la 'Armada'. De padre uruguayo y madre española, nació en Sidney en 1999, pero tiene la doble nacionalidad. De hecho, con 5 años volvió a España para establecerse en Alicante, en el Club Atlético Montemar, debido a los negocios de sus padres, que tuvieron un lavadero y un restaurante en las Antípodas. Pero a la hora de la verdad la federación australiana respaldó más las necesidades económicas de la familia de De Miñaur, que ya despuntaba en categorías inferiores. La Federación Española y la Valenciana se quedaron atrás y ahora lo lamentan. De Miñaur (24º mundial) es quizás el tenista más rápido de piernas del circuito.
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