Los británicos monopolizan el ruido de las gradas. Migue Fernández
En las gradas

El masivo y fallido desembarco de Gran Bretaña en el Carpena

'Masterclass' de animación de los anglosajones este jueves en el Palacio de los Deportes de Málaga, también más ruidosos en el partido de Djokovic, aunque superados por Serbia en la pista

Nacho Carmona

Málaga

Jueves, 23 de noviembre 2023, 21:51

Gran Bretaña formalizó su candidatura a ser la tapada de esta edición de la Copa Davis. Y no por lo que sucedió en la pista (liquidados por Serbia, ni siquiera llegaron al doble), sino por el rol que han decidido tomar sus aficionados desde sus ... asientos. El triunfo ambiental se lo agenciaron los anglosajones, que triplicaron e incluso cuadriplicaron en número, y también en ruido, a los serbios que han querido ser testigos de la que puede ser la última Copa Davis del astro balcánico.

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El momento de los himnos ya fue un 'dejà vu' de lo que ocurrió el martes en el partido inaugural, el Canadá-Finlandia, con los casi 6.000 nórdicos que se congregaron en las gradas del Martín Carpena. El ambiente de la 'fan zone' hizo de antesala de lo que más tarde se acabaría confirmando con el 'God Save the King'.

Cumpliendo e incluso superando las expectativas tanto en el ruedo como en las butacas, la última de las eliminatorias se ejecutó según lo previsto. En lo deportivo venció Serbia, mientras que en la animación los británicos pasaron por encima de una comunidad balcánica que, aunque no lo puso nada fácil, cuantitativamente no pudo siquiera acercarse. Las banderas de Inglaterra y Escocia fusionadas, que forman la de Gran Bretaña, fueron protagonistas con cada punto propio. Llegado el momento, su ímpetu fue incluso excesivo: Djokovic se encaró con los más animosos de la grada por no dejar de tocar el tambor mientras realizaba su entrevista postpartido.

Orgullo nacional

Los anglosajones, diez veces campeones de la Copa Davis, se establecieron en el Carpena como las hormigas. En cada esquina. Pocas naciones en el mundo presumen con tanto orgullo de sus símbolos. Las caras pintadas y las banderas colgando en cada barandilla delatan a un público que no se esconde y al que poco le hizo falta para vibrar con 'su' tenis. Casa de la competición tenística más prestigiosa y antigua del mundo, Wimbledon, hace patente su compromiso también con la selección nacional en la copa mundial oficiosa.

Tanto es así, que su grupo de animación preparó una pancarta, a través de un juego de palabras, de apoyo a Andy Murray, que no ha podido participar finalmente por una lesión en el hombro. Para paliar su baja y contrarrestar el 'efecto Djokovic' han llevaron a cabo un fallido plan maestro: el desembarco y el intento de anexión del Martín Carpena.

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