En el último año del siglo XIX a Dwight Filley Davis, estudiante por entonces en la Universidad de Harvard y buen jugador de tenis, se le ocurrió ni más ni menos que desafiar a Inglaterra y a sus mejores jugadores a un duelo tenístico con ... un formato nunca visto antes. Davis no solo diseñó el formato de juego, que ha sido respetado durante más de cien años, sino que pagó de su bolsillo el legendario trofeo, que a precio actual andaría en torno a los 650.000 euros, y que sigue siendo el orgullo de cualquier nación que haya conseguido ser su guardián durante las cincuenta y dos semanas que los equipos vencedores tienen el honor de albergarlo en sus vitrinas. Y, además, resultó el sorprendente vencedor en aquella ocasión, junto a sus tres compañeros de equipo, contra todo pronóstico y de manera contundente.
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He reabierto este pedacito de historia puramente con ánimo de resaltar que la Copa Davis es la única competición por equipos nacionales con más de cien años de antigüedad y que ha pasado a constituir uno de los eventos deportivos de mayor relevancia y repercusión del planeta. Y este año 2022, con un formato nuevo y absolutamente diferente, viene a mi 'Malaguita'. Si, soy malagueño de adopción (Google no deja esconder nada hoy por hoy), pero 'boquerón' de espíritu y corazón desde que bajé del Norte con solamente 8 años.
Málaga no ha estado nunca más preparada y preciosa que en el presente, en mi opinión, para acoger un evento deportivo global de la magnitud de una Copa Davis. En todos los rincones se van a enterar por fin de que Málaga no es una isla, ni un sabor de helado o el nombre del aeropuerto más cercano a Marbella.
Nuestra ciudad está lista para la Copa Davis, y tengo la sensación de que este año en concreto, va a ser más publicitada globalmente que nunca. En una sola semana, y con un formato en el que puede pasar cualquier cosa, sólo uno de los ocho equipos que conforman la élite del tenis mundial volverá a casa con la Ensaladera de plata en su poder.
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¿Por qué tengo la sensación de esta enorme repercusión mediática? ¿Por qué este año y no cualquier otro? Porque muy reciente queda la épica victoria del equipo 'Resto del mundo' contra Europa en la Laver Cup, que fue la más emocional hasta día de hoy, por diversas razones, entre ellas el adiós de Roger Federer y, después de la hegemonía que había mantenido Europa desde el inicio de la competición, creo que esta derrota en particular ha dolido más y dejado mas huella que otras.
Dicho esto, un pequeño vistazo al cuadro de enfrentamientos de cuartos de final:
Italia VS Estados Unidos
Alemania VS Canadá
Holanda VS Australia
España VS Croacia...
Estados Unidos, Australia y Canadá son los equipos no europeos y conforman, juntando a sus jugadores, la enorme mayoría del equipo que le arrebató por vez primera la Laver Cup a nuestro equipo continental. Por supuesto que cada uno de los equipos va a sudar sangre para ganar este torneo, en nombre de su propio país, pero me puedo imaginar muy bien entre las motivaciones fuertes de cualquier selección del continente europeo el deseo de que no gane ningún equipo de fuera. Como también podría visualizar un atisbo de energía adicional en los tres equipos de fuera de Europa para terminar la faena empezada en la Laver Cup y dejar al 'Viejo Continente' en el dique seco de la competición tenística por equipos de este 2022.
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Por todo ello, sumado al formato nuevo, con las idas y venidas súbitas del marcador, el dramatismo y la emoción creo que están garantizadas. La Copa Davis, hasta el año 2018 era una competición que se libraba siempre teniendo como anfitrión a uno de los dos países participantes en cada eliminatoria. Eran tres días para decidir qué equipo seguía adelante. Cinco partidos, todos ellos al mejor de cinco sets, como en los 'Grand Slam'. Cada una de ambas naciones, con los ojos puestos durante horas y días, en el sino de su equipo nacional.
Con el nuevo modo de juego, una eliminatoria puede acabarse, en teoría, en menos de cinco horas. Se podría decir que es como una pelea de Rocky Marciano y Cassius Clay a cinco asaltos en vez de doce, y no sería mentira, en mi opinión. La Copa Davis que se viene será como meter al Real Madrid, Barça, Manchester City y compañía en una ciudad a jugarse la Champions en una sola semana.
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Y a eso, no sé vosotros, pero ¡yo me apunto ya!
La ciudad preparada, los jugadores hambrientos, el mundo mirando y a los que os pille cerca o bien, y a todos los demás les digo, y me despido: «¡¡Illo, pasarse por la Davis, que va está la cosa 'mu' bien!!».
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