Demandas cruzadas entre la Federación Internacional y Kosmos tras la ruptura en la Copa Davis

La ruptura surgió por el coste del canon anual que abonaba Kosmos a la ITF. En el acuerdo suscrito en el inicio de la relación se estipulaba un montante de 3.000 millones de dólares a abonar durante un periodo de 25 años, aunque durante la pandemia se rebajó el mismo (10,2 millones en 2020 y 19,7 en 2021), en 2022 ya se volvió a recuperar el precio anual estipulado en el contrato firmado en su día, 32 millones, y en 2023 asciende a la cantidad a 36 millones y en 2024 a 44, en una progresión cara a que al término del periodo del contrato cuadrara la suma final.

Kosmos consiguió en 2021 y, sobre todo, 2022 elevar los ingresos a través de entradas con la política de multisedes, y obtuvo también un beneficio por el canon que abonan las ciudades. Pero hay otros pagos que efectuar, uno de diez millones a los tenistas y otro de cinco a las federaciones. Es por esto, que la compañía alegó que no le cuadraban las cuentas. De hecho, se ha llegado a trasladar la cifra de 60 millones de euros de pérdidas desde la primera edición organizada.

Ahora el problema surge con el desbloqueo de un pago en forma de aval de 25,4 millones abonado por Kosmos, y del que la ITF sólo podía disponer en caso de incumplimiento de contrato o rescisión. Según ha apuntado 2playbook.com el importe de la denuncia podría ser de 60 millones, pues se suman los 36 de canon por organizar la edición de este año.

A su vez Kosmos ha presentado una demanda millonaria contra la ITF ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) por la terminación «injustificada» del contrato que existía entre ambas partes y por los daños y perjucios que ocasiona a la promotora.