Casi una semana después del anuncio oficial de Rafa Nadal de su retirada, que se consumará en Málaga, en el marco de la Final a 8 de la Copa Davis, su entrenador, Carlos Moyá, analizó lo que supone la noticia para él. «Esto es algo ... que iba a llegar, tarde o temprano. Durante todos estos meses había mucha especulaciones y dudas. Puede llegar a ser una liberación tras ver cómo han sido estos dos últimos años. Por distintas cuestiones, sobre todo a nivel de lesiones, no ha podido ofrecer su mejor nivel, al que está acostumbrado. Es duro y triste, pero pasa a una nueva vida. Va a ser muy feliz igualmente», declaró el también mallorquín en una entrevista a Onda Cero.
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Además, Moyá admitió que «siempre hemos ido a remolque» en este 2024, en el que casi nada salió como se hubiera querido en la planificación por las molestias físicas. «Todo empieza en Brisbane, donde juega varios buenos partidos y luego se lesiona. Se pierde el Abierto de Australia e intenta volver para jugar Indian Wells, pero unas semanas antes se vuelve a hacer daño en el abdominal», explicó.
«Empieza la temporada de tierra batida, que era para lo que se había estado preparando, y tiene pocas horas de entrenamiento. El primer torneo en el que está más o menos bien de lesiones, con molestias pero sin limitaciones, es Roland Garros. Tiene la mala suerte de enfrentarse a Zverev en primera ronda. Si hubiese tenido un sorteo más agradable, y hubiese ganado un par de partidos, quizás hubiésemos visto un cambio de tendencia», añadió.
Al hilo de la decisión de su pupilo
«Luego llegó Bastad (su última cita ATP, de categoría 250), donde alcanzó la final, y el punto clave son los Juegos Olímpicos. Tuvo un pequeño problema físico días antes y encima juega con Djokovic en segunda ronda. Era su última gran esperanza. Ha sido un año duro y difícil. Había puesto mucha ilusión en hacer un gran 2024. De hecho, se opera el año pasado para intentar despedirse de los mejores torneos ofreciendo un buen nivel. Lamentablemente, el cuerpo no le ha ayudado a que eso pudiera ser así».
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Para Moyá fue entonces cuando cree que Nadal se decide. Aunque hasta entonces no se había cerrado las puertas a competir en 2025, opta por no hacerlo. «Le conozco bastante como para saber lo que piensa sin hablarnos. Desde que perdió en los Juegos Olímpicos yo tenía claro que este sería su último año», continuó. «Se quedó sin objetivos claro en agosto de este año. Es un período demasiado largo. Cuando hablamos, y nos comunica su idea, más o menos todos intuíamos que eso iba a ser así», añadió.
«Al final, los resultados mandan. Él atravesó momentos duros de lesiones en los últimos años, pero seguía ganando títulos de Grand Slam. El último que gana (Roland Garros ,en 2022) está cojo todo el día. Tiene el pie mal, pero juega los partidos y los gana, pero está cojo», recordó Moyà. «Gana el torneo, hay una mejora en el pie y vuelve a lesionarse en Wimbledon. Llega a semifinales y no puede jugarlas, y ahí estaba a un buen nivel. A partir de entonces, todo empieza a ponerse cuesta arriba. Prácticamente no ha tenido semanas consecutivas de jugar sin problemas», siguió.
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«Los mismos que quizás tenía antes, pero esta vez más graves, peores. Los resultados no le han acompañado. Estamos hablando de uno de los grandes competidores de la historia. Empieza a ver que no puede competir para ganar los torneos. Cuando tiene claro que esto no va a ser así, decide retirarse. La operación del año pasado, que es la última opción a la que un deportista se agarra, es la manera de intentar volver al máximo nivel. No ha salido bien, pero él se va con la cabeza alta y sin ningún reproche».
Sobre la Copa Davis en Málaga
Respecto al 'último baile', en Málaga, expuso: «Es cerrar el círculo (como manifestó el propio Nadal). El arranque de su carrera estelar, el punto de inflexión, es la Copa Davis de 2004, cuando gana a Roddick. Es a partir de ahí cuando empezamos a ver su verdadero potencial, convirtiéndose en el jugador que luego hemos visto. Es muy bonito para él despedirse así, en España y en esta competición por equipos. Será algo muy especial, y en su cabeza está ponerle las cosas difíciles al capitán para que puedan elegirle, sabiendo que hay grandes jugadores en el equipo».
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A pesar de todo, Moyá no cree que sea fácil para Nadal su concurso en Málaga,máxime cuando David Ferrer le quiere para individuales. «Delante tendrá rivales que le pondrán las cosas muy difíciles, aunque sea su despedida. En 2022, por ejemplo, tuvo torneos casi milagrosos. Una cosa que Rafa ha tenido increíble es que nos ha acostumbrado a esos milagros. ¿Por qué no esperar ahora una grandísima versión? No sería un milagro, ni mucho menos. Siempre podemos esperar lo mejor de él. Casi nunca ha fallado, y esperemos que pueda ser así en la Copa Davis», concluyó.
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