El Centro de Raqueta de Málaga cambiará sus pistas cara al ATP Challenger de junio

Los trabajos, relativamente rápidos, comenzarán a finales de esta semana o en el inicio de la próxima, y consistirán en el cambio de la superficie. El torneo ATP Challenger 80 precisará el uso de cinco de ellas, las rápidas, que son las que se van a acicalar, tres para la competición y dos para entrenamientos. Otro de los trabajos consistirá en cambiar las torres de iluminación de las pistas, con luces led.

Para comienzos de la próxima semana ya se conocerá la primera Lista de Entradas de jugadores en el torneo, entre los que podría haber bajas en los días posteriores, pero que en líneas generales tendrá un predominio de tenistas entre el 100º y el 200º del 'ATP ranking'. La organización del torneo, denominado Málaga Open, de la que se encarga Global Racquet, trabaja en un elenco lo más atractivo posible, sin descartar tenistas que han estado en el 'top ten' mundial.

Ya se conocen también los precios de los abonos para asistir toda la semana al torneo, de 50 euros, mientras que para acudir sólo un día son de 15 euros. Desde una semana antes del comienzo de la competición se empezará a levantar la grada portátil de la pista central, con un aforo para 3.500 espectadores, en donde se jugarán los duelos más destacados de los primeros días y todos los choques desde los cuartos de final.

El torneo va a presentar un formato sostenible, con el uso de coches eléctricos en el desplazamiento de los jugadores a las instalaciones y botellas de aluminio para beber agua que se repartirán entre el público, con la colaboración de EMASA, que es uno de las firmas patrocinadoras del torneo.

El Centro de Raqueta de Inacua cuenta desde su creación, a la espalda de las piscinas y el estadio Ciudad de Málaga, con dieciséis pistas de pádel y siete de tenis, una de ellas ubicada de forma más aislada, en donde se levantará el graderío. Asimismo, hay dos de tierra batida, pero llevan años en estado de abandono (sin la red colocada) y sin uso, a la espera de poder ser recicladas como rápidas, lo que se confía en que sea una realidad en meses.