En la ceremonia de entrega de premios llegó el momento de la exhibición de poderío. La foto de este AnyTech365 Andalucía Open mostraba a ... dos leyendas del tenis, Manolo Santana (que no faltó a la cita pese a su delicado estado de salud) y Bjorn Borg. La imagen de ellos detrás de los finalistas del torneo dio la vuelta al mundo y fue un mensaje cifrado a la ATP. Pocos torneos de nivel ATP 250 pueden presentar ese aval. Pero Marbella es eso y más, a pesar de que el tiempo durante la semana presentó una inestabilidad desconcertante (a la postre sólo hubo dos interrupciones de una hora por lluvia).
El calendario en la ATP tiene un número definido y estable de torneos de cada categoría. No surgen otros nuevos, simplemente se cancelan o prestan licencias. Por eso el AnyTech365 Andalucía Open no tiene asegurada su continuidad cara a 2022, porque ha ocupado el espacio del de Houston, que en este 2021 renunció a la organización ante la pandemia y la dificultad de obtener beneficios sin venta de entradas o con aforos limitados. Sin embargo, la imagen del torneo de Puente Romano no puede haber sido mejor, en el inicio de la gira de tierra batida, pese a los obstáculos evidentes ante las restricciones sociosanitarias. ¿Qué sucederá cara a 2022? ¿Logrará Marbella seguir con su torneo en una fecha similar al ausentarse alguna otra cita? Incluso ante la peor de las noticias, su director, el austriaco Ronnie Leitgeb (exentrenador de Thomas Muster y del actual presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi) , que gestiona a su vez una licencia propia, la de Lyon, ya garantizó en primicia a este diario que lo trasladará en 2023 a Marbella, ciudad en la que reside desde hace muchos años algunos meses del año.
Ademas, el AnyTech365 Andalucía Open ha sido el torneo de los récords: ha tenido el semifinalista más joven en el ATP Tour (Carlos Alcaraz, con 17 años) desde Alexander Zverev en 2014 (en Hamburgo); se dio el segundo mayor desfase de edad en un partido en tres décadas de competición en la ATP, en el Alcaraz-Feliciano Lopez, y las semifinales estuvieron copadas por jugadores españoles, lo que no se daba desde 2004, en Valencia (también con componentes de la 'Armada'). Al hilo de esto último los tenistas nacionales han reivindicado la importancia de que se celebren cuantos más torneos en España mejor. No es un asunto baladí, pues suele elevar el nivel tenístico del país, como se ha comprobado en Italia con su apuesta por los Challengers. Pese a ello, entre 2016 y 2020 nuestro país se quedó con sólo dos citas en el ATP Tour, las de Barcelona y Madrid, demasiado poco, cuando Estados Unidos tiene diez y Francia, ocho. Todo esto también habla a favor de la continuidad del Andalucía Open y de un posible respaldo de la RFET, no sólo privado.
En lo deportivo, Pablo Carreño, primer campeón del torneo, cumplió con las expectativas, como primer favorito del cuadro (llegó decimoquinto y se fue duodécimo), pero más de algún aficionado se quedó con las ganas de ver al tenista más en forma del 'top ten', Andrey Rublev, o a Alexander Zverev. Y es que en estos meses de pandemia ha aumentado el volumen de renuncias de última hora. Extrañó algo más lo de Zverev, que el viernes previo fue anunciado como invitado y horas después se le descartaba, por más que enviara después un vídeo excusándose y prometiendo una futura visita. Las bajas de ellos, la de Bautista (que como Rublev llegó lejos en Miami, el torneo previo) o la lesión de Wawrinka lastraron el cartel, pero aun así fue mucho mejor que el del otro torneo de la semana, el de Cagliari, donde el primer favorito, Daniel Evans, era el 32º del 'ranking'... No se puede concluir que este ATP 250 de Marbella, en su estreno haya sido flojo de nivel, ni mucho menos.
¿Y cómo ha combatido el torneo las restricciones de la pandemia? Con sobresaliente y con un comportamiento muy responsable de los aficionados. No se sobrepasó la cifra del medio millar de seguidores diarios, hubo mucho personal de la organización sólo dedicado a controlar la elección de asientos y la distancia social, se repartió un kit con mascarillas y gel el viernes cara a los días más fuertes, hubo puertas de entrada y salida distintas, y se controló hasta el uso de la protección tanto en boca como en nariz. Como otros eventos tenísticos de élite en los últimos años en la provincia, quedó comprobado una vez más que no falta afición al deporte de la raqueta, con el lleno pandémico casi todos los días, y quizás lo más decepcionante fue no haber podido ver competir más días al estandarte local, Alejandro Davidovich, que la crisis actual impidiera actividades que acercan más al seguidor a los tenistas y, finalmente, no lograr seducir a Novak Djokovic, tan ligado a Puente Romano. Ahí hay un filón por explotar cara a fijar el torneo en el calendario.
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