¿Ha tocado techo Davidovich?

En abril de 2022 el malagueño protagonizó su hito más sonado, jugar la final del Masters 1.000 de Montecarlo y eso lo condujo al puesto 27º. Hoy es 28º, casi dos años después, tras haberse dejado 170 puntos con su eliminación en segunda ronda (estuvo exento de la primera) en Indian Wells ante Fils. Entre medias, a finales de agosto llegó a ser 21º, su techo. Asentado como segunda raqueta nacional, tras Carlos Alcaraz, en la peor coyuntura del tenis nacional desde finales de los noventa (sólo seis jugadores en el 'top 100', con Carreño y Nadal casi sin jugar en más de un año y Bautista en descenso), empieza a tener más el foco de medios y seguidores, y ya ha tenido incluso que liderar el equipo español de Copa Davis. La inconsistencia en su juego es la principal crítica que recibe, porque en muchas fases de los partidos muestra altos que no mantiene, y es capaz de competir de tú a tu ante los 'top ten', pero hacerse un hueco entre los veinte mejores es algo que le sigue estando vedado.

Aun sabiendo que se mueve en la excelencia, el aficionado quiere más de Davidovich porque entiende que tiene tenis para más. Cuesta asumir que es el segundo mejor tenista del ATP Ranking sin títulos en el circuito, por detrás de su compañero de agencia de representación Jan-Lennard Struff (25º). Pero, sobre todo, que desde la final de Montecarlo sólo haya pisado una semifinal, la de otro Masters 1.000, el de Toronto hace unos meses.

Con su 'ranking' actual, ganado por méritos propios, y el valor indudable de haber sorteado muy bien las lesiones en lo que va de carrera, es realmente difícil no haber tenido alguna semana mejor. ¿Ha tocado techo Davidovich? Es muy aventurado sostener esa idea con sus 25 años. Atraviesa un momento de dudas, en una temporada clave para continuar su progreso, a punto de empezar la gira de tierra (tras el Masters 1.000 de Miami de la próxima semana).

Las estadísticas confirman cada vez más su perfil como el de un gran restador (noveno del mundo) y es el quinto en porcentaje de puntos de 'break' convertidos (un impresionante 43% en 2023), pero baja a niveles muy discretos al servicio: es el 74º en el porcentaje de puntos ganados con primeros saques. Un botón claro de sus problema en torneos en rápida a poco que no se muestre consistente. Sin embargo, en 2023 no pudo brillar en arcilla, y se difumina cada vez más cuál es su superficie más idónea. Y ahora, más que sus enfados monumentales, ya menos habituales, preocupa cierta indolencia cuando vienen mal dadas.