Por qué el surf será el deporte más espectacular de los Juegos

¿Pero qué es lo que hace tan temida esta ola? La respuesta está en el fondo del mar, en el arrecife que hay a pocos metros, a veces centímetros, de la superficie. La clave está en dónde se originan las olas que impactan contra Teahupoo. Se forman a miles de kilómetros, cerca de Japón, en las fuertes tormentas y ciclones que son frecuentes en esta época del año o, dependiendo de la orientación, las que suben desde el Polo Sur. Estos fenómenos producen fuertes vientos que impulsan las olas por el Océano Pacífico. Esas ondulaciones, ya calmadas y convertidas en marejadas; avanza en forma de mar de fondo de dos o tres metros de altura y a veces con un tamaño desorbitado... Sin embargo, cuando estas ondas se encuentran de forma repentina con la plataforma de la Polinesia Francesa y en concreto con la de la isla de Tahití, el choque hace que el mar se eleve y crezca de forma abrupta. Es un efecto parecido al que se da en Nazaré, en Portugal. Así esa masa de agua, que ha atravesado el océano, desborda el afilado arrecife generando olas gigantes con tubos inmensos. Además, también se produce un efecto de succión y el agua de la laguna que hay dentro del arrecife, se vacía, lo que deja el coral más a la vista...

Estas condiciones de mar son un desafío hasta para los surfistas más expertos del mundo, que peregrinan hasta Tahití para probarse en la que para muchos es la ola más potente que hay. Desde hace años, el Mundial de surf de la World Surf League hace una parada allí en una de las pruebas más esperadas por los aficionados por su espectacularidad, especialmente si las olas son de gran tamaño. Las retransmisiones en vivo de este campeonato son las que tienen una mayor audiencia.

Y ahora los Juegos Olímpicos llegan a Tahití, aunque lo hicieron precedidos de una gran polémica. Cada campeonato cuenta con unos jueces, que en el caso de Teahupoo se instalan en una plataforma anclada sobre el arrecife. Esto provocó una gran controversia con el Gobierno local, que paralizó su instalación. Después de una larga negociación con los surfistas y conservacionistas locales, se dio luz verde para su uso en los Juegos.

Para los profesionales del surf, Tahití es un desafío, pero mucho más para surfistas que se han clasificado para los Juegos desde países con menos tradición en este deporte. Así, muchos seguramente sufrirán estando en el agua si las condiciones son extremas. En el caso del equipo español, compuesto por Nadia Erostarbe, Janire González-Extebarri y Andy Criere, ha hecho un par de viajes a Tahití para tomar contacto con esta ola y su rompiente.

Brasileños, estadounidenses y australianos son los favoritos, tanto en categoría masculina como en femenina. De los participantes en los Juegos apunten los nombres de Gabriel Medina, John John Florence y el local Kauli Vaast, que compite representando a Francia. Entre las mujeres, la favorita es también una local, Vahine Fierro, además de la varias veces campeona del mundo Carissa Moore.

La competición de surf arranca el sábado 27 y la previsión de olas es que una tormenta que se está generando en el pacífico surf enviará una marejada con olas que podrían alcanzar los dos o tres metros de altura, dependiendo de los modelos de previsión. Es decir, el espectáculo está asegurado, aunque el calendario olímpico estipula un periodo de espera por el que el campeonato se lanzará o se aplazará en función de las condiciones del mar para esperar las mejores olas. La hawaiana Carissa Moore y el brasileño Italo Ferreira son los actuales campeones del mundo después de que este deporte se estrenase en los Juegos Olímpicos de Tokio.