Sarah Almagro: «Por desgracia me tratan como si fuese tonta o una niña chica»

Fue en 2018 cuando una meningitis meningocócica le hizo perder sus manos y pies. «Pero prefiero no hablar de drama», puntualizaba Sarah Almagro al empezar el encuentro con Julio Rodríguez. Y empezó hablando de deporte: «Es un pilar en mi vida, eso ha hecho que pueda sobreponerme a esta situación. Estando en el hospital mis padres me dijeron que debería empezar a hacer algún deporte. Yo les dije: '¿De verdad? Pero si estoy recién amputada'. Pensé en el fútbol, caí en el tópico del triatlón y al final surf, que era lo que hacía con mi hermano de pequeña», detallaba.

En estos cuatro años, Sarah Almagro ha tenido que callar mucho ante situaciones que no merecía haber vivido, como esa que confesaba y que, tras escucharla, el público de este encuentro se echaba las manos a la cabeza. «Quería ir a ver cómo mis colegas surfeaban. Tenía las heridas muy rojas en ese momento y no me podía dar el sol, pero no teníamos sombrilla y entonces fue mi madre a preguntar a una familia si podíamos sentarnos en la sombra que ellos no utilizaban. Ya allí, la mujer llamó a mi madre y le dijo que le había entrado algo malo al verme y que por mi culpa sus hijos iban a tener pesadillas», explicó Sarah Almagro, que luego mostraba la otra cara de la moneda y celebraba que, por suerte, no todos son así: «Otro día ocurrió todo lo contrario. Había una familia con niños y no paraban de mirarme. Cuando les dije que se acercaran estuvimos dos horas y media hablando de amputación y de otras cosas. Eso es educar en diversidad. Al final todo empieza por los padres porque los hijos somos un reflejo de ellos», matizaba la deportista.

Y aún le siguen pasando cosas así: «Estaba sentada en la silla de ruedas y el que tenía al lado me tocaba la naricita, luego me puse de pie y no se atrevió ni a hablar conmigo. Sigo siendo la misma sentada en una silla o sin ella; me he dado cuenta de que por desgracia la gente me trata distinto, como si fuese tonta o una niña chica».

Pero el humor y el optimismo es lo que caracteriza su personalidad arrolladora, aunque ella siga asegurando que en realidad es una «chica tímida». Sus palabras son sinceras y maduras, al final es eso lo que más importa: «No quería hacerme TikTok porque soy arrítmica, pero al final me convencieron y ahí cuento mi historia, el día a día con los retos y superaciones. También meto humor negro porque antes de que lo hagan ellos, lo hago yo», recalcaba Almagro.

Dicen que los pensamientos optimistas atraen las cosas buenas. Esta joven marbellí sabe mucho de eso: «Por ejemplo, hoy no tengo las prótesis de las manos y estoy jodida porque me dan mucha independencia para vestirme, comer... Para hacer muchas cosas sola. Ahora mismo están arreglándolas pero, ¿qué hago? ¿No salgo? ¿Dejo de ir a la universidad? ¿No vengo a esta charla? Yo ya hace tiempo hubo un momento en que dije: 'A los problemas, soluciones'. Y así llevamos desde el principio», aseguraba. Al final de la charla repartió pulseras e hizo un regalo al público con un vídeo inédito de ella. Mucha diversión y aprendizaje con esta charla de Sarah Almagro, que no huye de lo negativo: «Vivo con miedo, pero he aprendido a convivir con él».