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Es mitad malagueño y mitad fuengiroleño. Tiene 50 años y es abogado, pero durante al menos siete semanas al año se despoja de los documentos, la corbata y los despachos para disfrutar de su auténtica pasión. Se enamoró muy joven del mundo del motor. Es ... de los que ama el sonido del escape rugiendo, las ruedas chirriando y el olor a gasolina. Le encanta la adrenalina, y como él mismo asegura, esta emoción es la que realmente le da la vida.
El malagueño Óscar García debutó como piloto con sólo 25 años en los míticos y ya desaparecidos rallies de Gibralfaro, en Málaga. Se enamoró de estas competiciones cuando comenzaban a salir por televisión, y desde entonces, gracias al apoyo de un grupo de amigos y aficionados al motor con los que se reunía en La Mosca, logró adentrarse en el mundo de la competición. Hoy día compite en un curioso y poco conocido para el gran público Campeonato de España de Vehículos Clásicos.
Una disciplina que, pese a ser 'amateur' (al menos en nuestro país), no deja de ser exigente y peligrosa, dadas las velocidades que alcanzan los coches en las siempre complicadas carreteras de montaña. «No es que tengamos una gran velocidad punta, pero sí la aumentamos muy rápido. Creo que a lo más que he ido ha sido a casi 190 con un Audi en un carril de tierra», apunta García, que conduce un Peugeot modelo 306 S16 de 1993, pero completamente al día en cuestiones mecánicas. «Tiene muy buena base, muy rápido y con un chasis muy bueno. Nosotros le hemos hecho ciertas modificaciones que este modelo tenía previstas en su ficha oficial. Lo he mejorado paso a paso para que esté compensado y ahora tiene unos 190 CV, es fiable y me permite estar en este campeonato», explica sobre su bólido.
Aunque durante años compitió en distintas modalidades automovilísticas, siempre compaginando esta afición con su trabajo, durante más de una década dejó a un lado los coches para centrarse en su día a día. Sin embargo, fue gracias a su hijo por lo que decidió retomar esta pasión. «La vida se nos va escapando. Se nos pasa el tiempo. Vas cubriendo etapas y te das cuenta de que tienes que vivir. Y quería darle ejemplo a mi hijo, demostrarle que la vida es algo más que nuestra rutina diaria. Quería darle un ejemplo de lucha, de sacrificio, disciplina, pundonor», argumenta. Y qué mejor con una disciplina como ésta.
Mató el gusanillo y regresó con más fuerza que nunca, porque en este 2023 está disputando por primera vez en su carrera un Campeonato de España completo, en lugar de pruebas dispersas. Y no le va nada mal. Junto a su joven copiloto, la sevillana de 23 años María Jesús Cabalga, es actualmente segundo en el 'ranking' nacional en la modalidad Pre 200 de velocidad, tras la celebración de cuatro de las siete pruebas del calendario: Costa Brava, Extremadura, Asturias y Costa Dorada, de forma que quedan sólo por disputar las citas de Avilés, Rías Altas y Tenerife.
¿Cómo funcionan estos campeonatos? Los vehículos clásicos compiten en tres categorías en función del año de fabricación del coche: Pre 81, Pre 90 y Pre 2000 (la suya). Además, existen las modalidades de Velocidad y Regularidad. En su disciplina, la de Velocidad, las carreras se disputan en circuitos de tierra que recorren varias veces con el objetivo de firmar el tiempo más bajo posible. «Somos todos muy sénior en esta categoría, pero hay gente muy rápida. Hay que verlos correr para ver de lo que son capaces», asegura García.
«Nosotros somos pilotos 'amateurs' pero a su vez, la gente viene muy preparada. Hay incluso pilotos con mucho nombre, como el hermano de Carlos Sainz, o expilotos profesionales que fueron campeones de Europa. También puedes ver coches míticos… Además, las pruebas se hacen en lugares maravillosos, en circuitos míticos como el de Costa Brava. Son experiencias irrepetibles, únicas», comenta el malagueño.
Disfruta de cada competición con la ilusión de un niño pequeño, no sólo con la ambición de ganar, sino también con la de seguir sumando experiencias únicas en este deporte de motor. Por ello, más allá de su reto de este año, que es buscar el podio al cierre del Campeonato, sueña con llevar su coche a un circuito internacional: «El año que viene me gustaría competir en el Campeonato de Europa de vehículos clásicos, y ya estoy trabajando en ello. Ojalá pueda conseguirlo». Muchas metas por cumplir pero siempre paso a paso y con los pies en la tierra, consciente de lo complicado que es, máxime para un piloto aficionado, formar parte de este costoso y exigente mundillo del motor.
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