borja gonzález
Sábado, 27 de junio 2015, 00:22
El Mundial de MotoGP 2015 está lleno de detalles. El error de Marc Márquez en Qatar, el parón de Dani Pedrosa en esa misma carrera, la irrupción de Ducati, la crisis de Jorge Lorenzo y la de Márquez, la racha de cuatro victorias de Lorenzo, la irrupción de Suzuki. Y, siempre, Valentino Rossi, presente en todos los podios de la temporada y coprotagonista de un momento que promete marcar lo que queda de año.
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Ya de Termas de Río Hondo Márquez no salió demasiado convencido con la maniobra de Rossi que terminó llevándole al suelo, el primero de sus tres ceros de este año. En Assen su descontento con el italiano fue mucho mayor, en una maniobra de las que alimentan la polémica y que ha dejado la eterna discusión de los lances del motociclismo, que quién tiene la culpa, que si Dirección de Carrera el organismo que arbitra los incidentes debería actuar con más contundencia en según qué momentos
Rossi entró primero en meta sin hacer la última chicane, pasando con la moto por la grava en un recto forzado en la entrada de la ese final del trazado holandés por la frenada de Márquez. Era la última vuelta de una carrera eléctrica en la que los dos pilotos marcaron un ritmo muy superior al del resto de competidores. Como los propios favoritos anticiparon en la jornada de entrenamientos oficiales, la prueba iba a decidirse con un paso por vuelta rondando el 1340, aunque solo Rossi y Márquez, desde la salida, fueron capaces de mantenerlos.
No así Lorenzo, quejoso por los neumáticos que Bridgestone había puesto a disposición de los pilotos para la octava prueba del año los mismos con los que ganó en Mugello, los mismos que tendrán en Sachsenring, y que no fue capaz de replicar lo que sí había hecho en el cuarto entrenamiento libre disputado el viernes. «He podido aguantarles tres o cuatro vueltas, pero luego poco a poco se me han ido escapando, sobre todo en el sector dos y cuatro», explicó el mallorquín, que confesó estar satisfecho en el tercer puesto final pese a que le deja a diez puntos del líder. Lorenzo vio en la lejanía la polémica acción final de carrera, mientras por detrás Andrea Iannone se manejaba solo en el cuarto puesto, con una espectacular pelea por el quinto puesto entre los hermanos Espargaró, Andrea Dovizioso, Cal Crutchlow y Bradley Smith que cayó del lado de Pol Espargaró.
Los gestos de la polémica
Y la polémica la definieron los gestos. Un error a tres curvas para el final de la carrera permitió a Rossi coger un margen de medio segundo sobre Márquez. El español apretó como si de un entrenamiento oficial se tratase y con una última vuelta casi perfecta enjugó la desventaja para llegar al último tramo de Assen con su rival a tiro.
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Un rival que, como se suele decir, se las sabe todas. Márquez frenó por dentro mientras su Honda que esta vez sí que le permitió pilotar a su gusto, prueba de que las soluciones encontradas dentro de su box pueden dar los frutos esperados se bamboleaba en la parte de atrás, rozaba ligeramente a Rossi que levantaba la Yamaha y encaraba la salida de la chicane por la grava exterior, haciendo un recto que le llevaba directo a la meta ante la mirada de su rival. Márquez levantaba la mano en señal de protesta y Rossi se recreaba en la celebración de su noveno triunfo holandés para que no quedase ninguna dudo sobre quién se había llevado el gato al agua.
Versiones encontradas
«A la última frenada he llegado delante yo», comenzaba la versión de la escena desde el punto de vista del líder de la general. «Él lo ha intentado, pero yo ya estaba dentro de la chicane, así que me ha tocado y me ha mandado fuera. Afortunadamente, he podido controlar la moto en la grava y he ganado una bonita carrera». En el parque cerrado donde los pilotos dejan sus motos y celebran con sus equipos los triunfos, Márquez espetaba un irónico muy bonita la última curva en el momento en el que Rossi le felicitaba. He cometido un error cuando faltaban tres vueltas y se me ha escapado, pero creo que he hecho una última vuelta fantástica para ganar la carrera.
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«En la última chicane, como siempre suele pasar, se hace estrecha y bueno, yo me he mantenido por dentro de la pista y Valentino ha cortado la curva», comenzaba la versión del de Cervera. «Sí que es cierto que ha habido contacto, pero también lo es que él ya sabía que yo estaba allí. Pero bueno, Valentino es perro viejo y creo que he hecho una última vuelta para ganar la carrera, pero este segundo puesto también es bueno para nosotros».
Pese a las quejas veladas, Márquez mantenía la sonrisa mientras escuchaba las explicaciones de su rival y se sometía al interrogatorio de los periodistas, pendientes de entender si algo raro había pasado en un incidente que tuvo como protagonistas a dos pilotos muy acostumbrados a estar en el centro de la polémica Rossi con Gibernau en Jerez o con Stoner en Laguna Seca, Márquez con Pol Espargaró en Montmeló aún en Moto2 o con Lorenzo en Jerez. Assen deja, así, una herida abierta. Y deja a un Rossi más líder, a un Lorenzo incómodo con los neumáticos y a un Márquez irritado pero que ha recobrado las sensaciones con su moto. Sachsenring, en menos de dos semanas, marcará el ecuador del Mundial 2015. Un Mundial muy, muy vivo.
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