Laia Sanz: «Empezar el camino en coches junto a Sainz es un honor»
la heroína del dakar ·
La catalana completó su decimotercer Dakar tras muchas complicaciones y ya se centra en su siguiente reto, buscar el triunfo en el Extreme E junto al madrileño
david sánchez de castro
Lunes, 23 de enero 2023, 12:09
Llegaba con más optimismo que nunca, pero el Dakar elige a sus triunfadores. Laia Sanz, sin embargo, mantiene su pleno: 13 de 13. Ese es ... un hito que no pueden decir muchos competidores en el raid más duro del mundo, aunque este año ha sido menos de lo esperado. Cansada después de una edición que, según sus palabras, si no ha sido la más dura psicológicamente sí la más frustrante, la catalana repasa su actuación y mira ya con ganas lo que tiene por delante en 2023. «Este año nos hemos llevado la palma, no podían pasarnos más cosas», confesaba al principio de la conversación en un hotel de Madrid, donde finalizó sus compromisos dakarianos por este año antes de volver a casa, descansar un poco y volver a los entrenamientos para la siguiente temporada.
¿Ha recolocado ya sus sensaciones tras este Dakar?
Ha sido un Dakar raro, sufrido. Por un lado contentos por haber terminado, y 13 de 13 es algo muy difícil, pero por otro un sabor agridulce. Iba con buenas expectativas e incluso cuando vimos el ritmo que teníamos podían haber sido mejores, pero con los problemas que tuvimos… no pudimos correr. Una lástima. Nos hemos quedado con la sensación de que podíamos haber hecho un buen Dakar. Y yo no soy de las de' 'y si', porque a todo el mundo le pasan cosas, pero este año…
Y encima en la segunda etapa se quedan tirados.
Íbamos octavos de la etapa y todo el mundo estaba en carrera, que todavía tiene más mérito. Se rompieron los espárragos de la rueda y ahí nos quedamos tirados, perdimos siete horas ese día. Fue una puñeta. El objetivo pasó a ser buenas etapas, que podíamos. Ese día nos tocó salir de muy atrás, el ciento y pico, e hicimos el 30, que no está nada mal. Luego al día siguiente el 20, bien… Y luego el accidente. Costó mucho reponerse, porque el coche se quedó sin potencia por un problema que no habíamos detectado. Íbamos a remolque. Y los mecánicos no durmieron prácticamente ninguna noche. Fue muy duro para todos.
¿Ha sido el Dakar más duro que ha disputado? De los dos de coches, seguro.
Sí, el de coches sí, pero en total… En moto es más duro. Quizá sí ha sido el más duro que he vivido psicológicamente… o de los más duros. Bueno, no, el más duro fue el que corrí enferma porque no estaba bien. A nivel psicológico sí ha sido muy frustrante saber que no puedes, que no te van a salir las cosas y que tienes para correr más y no puedes.
Cuando estaba reparando durante el accidente, ¿llegó a plantearse tirar la toalla? ¿Habló con Maurizio (Gerini, su copiloto) para dejarlo?
Cuando estábamos volcando, iba pensando: 'Nos quedamos sin Dakar'. Dio tiempo, porque la volcada duró, ¿eh? Luego esos 5 minutos que tardamos tras bajar del coche y ver que estábamos bien, algo noqueados…. Nada más ver el coche, se nos fue el alma a los pies. Todo destrozado, piezas por ahí… Pero luego al ver las barras de dentro, que estaban bien, y que las había partes que faltaban, como los amortiguadores, los brazos de la suspensión, pero otras faltaban solo un brazo o un palier, y dijimos… Bueno, si hay piezas en el camión, podemos seguir. Y como fue en el kilómetro 30, había margen. Tardó dos horas en venir, porque salía más tarde. Pudimos reparar, perdiendo muchas horas y lo justo para que rodara: sin luces, sin frenos… Fue una odisea. Llegamos a la puerta cerrada con muy poco tiempo. Estábamos con el camión de asistencia, que hizo un enorme trabajo, pero veía que el mecánico quería montar la pinza del freno y le dije que no, que no daba tiempo. Quedaban 170 kilómetros para la puerta cerrada, 300 para el final de la especial, y que eran las dos o las tres de la madrugada. Ahí fue cuando vi peligrar el Dakar y se encendían alarmas de todo. Tiramos, y hasta que dijera basta el coche. Pero aguantó.
Laia Sanz, en las dunas del Dakar.
No ha tenido ni una etapa tranquila, aparte de este accidente.
Es verdad, si acaso la primera etapa fue limpia, aunque tuvimos polvo pero eso entra dentro de lo normal. En la segunda, antes de los problemas con los espárragos, ya había algo que no iba bien. Y después del vuelco, problemas de potencia tres días, luego la segunda semana también… Ha sido duro. Obviamente, yo también tuve malos días. En el primer día de dunas, yo había rodado pero no con este coche en dunas y no era lo mismo, nos enganchamos cuatro veces. Luego al día siguiente ya fuimos bien. Al ser el maratón íbamos con mucho cuidado para no romper nada. No pudimos hacer ninguna etapa a tope, no pudo ser.
Quizá fue porque estaba ya decidido desde el principio, pero ¿no ha sido este Dakar un poco descafeinado?
A mi me gustó más la primera semana. Estuvo más variada: mucha piedra, más arena… Muy variado. En la segunda fue casi todo arena y pasaron pocas cosas, aunque nosotros la vivimos diferente. Salíamos muy atrás, con los Can-Am que van muy rápido y no te dejan pasar. En las crestas te tienes que tirar, y en la arena no es lo mismo cuando han pasado 20 coches que 100 y camiones.
Ha vivido los cuatro Dakares de Arabia y otros nueve en Sudamérica. ¿Cuál le gusta más?
De Sudamérica echo mucho de menos a la gente. Era como estar en casa, se agradecía mucho el calor de allí. Y también la variedad: un día estabas en Bolivia corriendo en barro y al siguiente en las dunas de Fiambalá a 50ºC. Eso para mí tenía un factor añadido, ese cambio de paisajes y terrenos era mágico. En Arabia, los tres primeros años fueron demasiado rápidos, pero este hay que felicitar a la organización porque fue un Dakar con todo. Aunque faltó para mi gusto un poco de navegación, aunque nosotros salíamos desde muy atrás, las motos tenían trabajo para abrir. A mi me gustó mucho este Dakar, difícil de acabar, duro, con muchas superficies… Ha sido el mejor Dakar de los de Arabia.
Laia Sanz no se separa de sus vehículos.
R. C.
Hábleme del equipo Astara. No es un morlaco como Audi o Toyota, pero no van descalzos.
Tuvimos mala suerte. Todo se cerró muy tarde con ellos, era un coche que no habíamos preparado casi y es un equipo joven que han puesto lo mejor de sí y los mecánicos se han pegado un curro increíble, pero para enfocar un Dakar muy bien tienes que luchar en igualdad de condiciones con equipos que cada día hacen prácticamente los coches nuevos. Es un equipo joven y yo llegué muy tarde, empezamos a contrapié. El coche llegó justo y eso ha condicionado todo.
En su paso de las motos a los coches juega con cierta ventaja: tener de profesor a Carlos Sainz tiene que marcar
Imagínate mi cara cuando me llamó para correr con él en Extreme E. A Carlos le tengo un respeto enorme, le he seguido siempre. Que te llame y empezar el camino con cuatro ruedas con él… es todo un honor. Y que me haya dado su confianza. Cuando me llamó me decía: 'tú has corrido rallies, ¿no?'. Y sí, había corrido pero con coches de 70 CV, para jugar con los colegas. Nunca había corrido con un 4x4 gordo nunca. Confió en mí y es de agradecer, y ha visto que yo me esfuerzo. El año pasado en las primeras carreras del Extreme E estaba muy verde, y él tuvo paciencia y me enseñó todo. Me asustaba un poco, al final es Carlos y es alguien que quiere ganar, pero me demostró su paciencia. Vio que siempre doy el 100% y eso ayudó. No hemos tenido ningún problema. Tenemos una forma parecida de ver las carreras, aunque no le llego a la suela de los zapatos. Somos unos enfermos del trabajo y en eso me parezco a él.
Usted tiene a Maurizio Gerini, que también viene de las motos, de copiloto. ¿Cómo se llevan?
En un Dakar tan complicado, podían salir roces y tensiones, pero ha servido para unirnos más y ayudarnos. Somos un buen equipo en los momentos buenos y en los malos. Nos hemos entendido muy bien. Lo valoro mucho, después del vuelco tenía unas ganas enormes de seguir y es una persona muy apañada con la mecánica. Tiene recursos y navega muy bien, pero además me transmite calma. No nos hemos comido peligros. Él también está tranquilo conmigo, a pesar del vuelco. Se nos nota que trabajamos bien. Es un tipo muy todoterreno y es importante que también fuera del coche hablemos el mismo idioma.
Este año ha habido polémica por el balance de prestaciones, que ciertamente ha enrarecido un poco el ambiente. ¿Le gusta?
Yo estoy de acuerdo en que haya más igualdad. Todo lo que lleve a que un coche no esté muy por encima de otros, me gusta porque da más opciones a más gente. Que no esté solo Audi, o Toyota o BRX ahí delante. Estaban ellos, pero también hasta los Enturis nuevos peleando, los MD… Había cinco o seis marcas peleando. Antes estaba una marca arriba y se acababa la carrera.
Tiene 37 años, y estando gente como Sainz o Peterhansel que superan los 60 en activo suena raro, pero… ¿se ve muchos más años aquí?
Yo soy joven en los raids aún. Si es por ganas, me queda muchos años. Me siento joven y en los coches soy 'rookie'. Mientras no tenga lesiones… En moto sí veía que estaba al fin de mi carrera, pero en coche acabo bien las etapas y hay cuerda para rato y salen proyectos interesantes.
¿Cómo lleva el Extreme E? ¿Cree que ese es el camino de la competición, electrificarse?
Si pudiera, haría más carreras. Es una mezcla entre los rallycross, con coches del Dakar. Es un poco raro. Cuando el circuito es el apropiado es muy divertido, como Chile que había adelantamientos y muy divertido, pero en Cerdeña que hay un solo camino… Y luego también que los equipos sean mixtos de hombres y mujeres nos ha dado a nosotras la oportunidad de brillar. Y aparte para mi personalmente es un honor hacerlo con Carlos (Sainz). Está siendo una clase maestra. También el mensaje del medioambiente es muy positivo.
¿Acabará siendo eléctrico totalmente el Dakar?
Lo veo muy difícil, pero la mayoría de equipos ya funcionan con biocombustible, Audi tiene un coche híbrido… El motorsport para sobrevivir tiene que tender a eso. Ahora mismo en el Dakar es imposible, porque la autonomía no lo permite. El Extreme E, que son carreras cortas, es ideal, pero para el Dakar no. El híbrido es ahora mismo la mejor solución, está funcionando bien. Hay que trabajar eso. Ahora mismo un Dakar con coches eléctricos no sería posible.
¿Se va a permitir unos días para descansar?
Quiero volver al gimnasio, que ya lo echo de menos (risas). Sí, ya sé que acabo de llegar, pero en marzo empieza el Extreme E y quiero estar a tope antes de pensar en el año que viene. ¿Dónde quiero estar? Me gustaría en un T1+, ahora mismo hay que dejar enfriar este Dakar y ponerse a trabajar en el que viene.
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