david sánchez de castro
Madrid
Sábado, 27 de marzo 2021, 16:44
Pocos o ninguno dudaban de que Max Verstappen iba a estar, como mínimo, en la pelea por la pole este sábado. Lo visto en la clasificación del GP de Baréin confirmó que, al menos, hay motivos para creer que este año sí se verá alternancia ... en la cabeza de carrera. Lewis Hamilton no sufría semejante correctivo desde hace muchos sábados. Habría que remontarse posiblemente a años atrás para ver al hoy heptacampeón del mundo sucumbir en una clasificación con un piloto que no lleva un Mercedes. Verstappen le endosó la friolera de casi cuatro décimas a Hamilton, que simplemente no pudo con el neerlandés. Aunque los Mercedes no estaban tan mal como parecía, ni mucho menos son tan dominantes como en años anteriores. Quizá la FIA no lo había previsto así, pero ha conseguido que el guion de esta temporada suene mucho más emocionante que las anteriores.
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Verstappen lleva un fin de semana casi perfecto. Más rápido en las tres sesiones de libres y en dos de las tres tandas de la clasificación. Solamente se le escapó la Q2, que fue dominada por los Ferrari con Carlos Sainz primero con solo una milésima de ventaja sobre Charles Leclerc. El madrileño aún se está acabando de ajustar el traje de la Scuderia, pero su adaptación parece ir a las mil maravillas. Él mismo admitía que estaba encontrándose cada vez más a gusto, aunque a la hora de la verdad no tuvo una Q3 brillante.
Y eso que tuvo un serio susto en la Q1. En la recta final de la tanda pegó con el suelo del SF21, en el piano de una de las curvas que hizo que su coche entrara en modo seguro y se parase. Eso provocó una bandera amarilla, que afectó a varios pilotos que estaban en vuelta, entre los que se encontraban Sebastian Vettel o Esteban Ocon. Ambos se quedaron eliminados en esa tanda, y el propio Sainz rozó la debacle porque pasó el corte con el decimoquinto tiempo.
«Ha sido estresante cuanto menos. Hemos reaccionado bien, nos hemos recompuesto tras ese shock. Hemos hecho una muy buena Q2. Cuando me he visto primero estaba muy contento», admitía el español de Ferrari, aunque luego en la Q3 no estuvo a la altura. «Me ha faltado esa experiencia. Después de esa 'outlap' estaba un poco conservador y me ha costado un poco recuperar», reconoció. El octavo puesto de parrilla sabe a poco, sobre todo porque su compañero Leclerc le metió seis décimas y partirá cuarto, pero lo importante será brillar en carrera. Ahí tendrá de primer rival al mismísimo Fernando Alonso.
Las expectativas de Alonso para esta clasificación eran tirando a bajas. El A521 sufrió más de lo pensado en los libres… o eso parecía. Como el propio piloto asturiano afirmaba, estuvieron probando diferentes cosas hasta encajarlas todas en su sitio para dar un paso adelante a la hora de la verdad. Si bien Alpine no podía estar satisfecha del todo por la eliminación temprana de Ocon, lo cierto es que Alonso demostró que no ha perdido su toque. Sin muchos alardes, pero sin ningún sufrimiento, el español pasó la Q1 y la Q2 sin mayores problemas hasta meterse en la lucha del 'top 10'. Ahí no hizo los dos intentos habituales, toda vez que quería maximizar la estrategia para este domingo. Alonso es un 'carrerista' puro, y es consciente de que su mayor fortaleza está en los domingos y no los sábados, donde tiene más que perder que ganar.
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Aunque el noveno puesto final parece que es algo decepcionante para los fans que querían verle desde el primer día en lo más alto, para ser un piloto que lleva dos años y medio fuera de la parrilla de F1, no está nada mal. Superó entre otros a Sergio Pérez, con el Red Bull, y al sorprendente Yuki Tsunoda, que pese a llevar un AlphaTauri y ser novato está siendo uno de los focos de atención de estos primeros compases de temporada. Ambos cayeron en la Q2 por la frivolidad de no montar neumáticos blandos.
Sainz fue uno de los primeros en felicitar a Alonso por su buena actuación. «Ha ido bien, ¿no? ¡Cab…! Has dado una buena clasificación. Para llevar dos años parado...», le abrazó el de Ferrari. «¡'Oxidao'!», ironizaba Alonso, al que se le intuyó la sonrisa bajo la mascarilla.
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Este domingo tendrá que demostrar que sigue en condiciones de batirse el cobre con el resto de la parrilla. El primer reto será la salida: todas las competiciones que ha hecho en estos dos años y medio han sido con salida lanzada. A partir de ahí, puede pasar de todo. «Sin prometer nada, pero a hacer una carrera lo mejor posible. Si soy séptimo, bienvenido. Si soy duodécimo, es que ha habido 11 coches mejores», se conjuró para la carrera.
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