Alonso promete un fin de semana picante

Veintitrés años después de la última vez que un Fórmula 1 dio una vuelta oficial en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la competición ha vuelto a un circuito que no ha defraudado ni mucho menos. El primer día de trabajo del circuito mexicano dejó una jornada trepidante, con numerosos incidentes y muchas variables en la pista.

El más rápido del día fue Nico Rosberg, con el tricampeón Lewis Hamilton casi de paseo. El alemán superó a los Red Bull, pese a ser uno de los protagonistas a los que les afectaron los problemas de frenos. Esta fue una de las constantes de la jornada, ya que esta es una pista en la que se pasan de altísimas velocidades a muy bajas. Esto, unido a un asfalto prácticamente virgen, obligó a todos los pilotos a mantener la concentración al máximo. De hecho, nadie se salvó de probar las escapatorias, y de hecho se vieron dos banderas rojas en los segundos entrenamientos libres que incluso tuvieron lluvia ligera.

Uno de los pilotos que más trabajó en la jornada fue Fernando Alonso. El piloto español saldrá al fondo de la parrilla ya que ha montado su undécimo motor en la unidad de potencia Honda que tantos quebraderos de cabeza ha dado y le endosarán 15 posiciones de castigo, pero no salió descontento de su primer día en México. El español dio 36 vueltas en la segunda sesión, donde pudo probar diferentes configuraciones cuando su monoplaza se lo permitió. Y es que no hay luz sin día, ni McLaren sin avería: esta vez fueron las baterías las que, tanto en el coche de Jenson Button -que apenas rodó: su unidad de potencia no funcionaba correctamente- como en el del español se tardaba muchísimo en recargar. Una pesadilla para los corredores de Woking, que nuevamente tendrán que remontar desde el fondo de la fila de pilotos. El asturiano lo resumió en su cuenta de Instagram: «Buen viernes para nosotros. Seguimos avanzando».

Por su parte, Carlos Sainz tuvo un par de sustos serios. Los problemas de frenos, en su casa, se centraron en el tren delantero, probablemente por el reparto de frenada. Pese a ello, puede sentirse satisfecho de su trabajo, ya que, a diferencia de su compañero, devolvió el Toro Rosso a boxes intacto y con más de 40 vueltas completadas. Su 13º no es el mejor tiempo posible, pero el margen de mejora es muy amplio.

Una mañana de récords

Antes de la segunda sesión definitiva de la jornada, el debut del nuevo Autódromo Hermanos Rodríguez no pudo ser más emocionante. La pista amaneció mojada, debido a la lluvia caída en la noche anterior. Todos los coches se vieron obligados a salir con neumáticos intermedios, e incluso Valtteri Bottas lo hizo con los compuestos de lluvia extrema. Como ocurriera en la tanda de la tarde, el bitumen -ese aceite que sueltan los asfaltos nuevos- provocó que la pista fuera una auténtica pista de patinaje.

Así se pudieron ver muchas salidas de pista y trompos, ninguno sin problemas graves. Si bien sí que hubo algunas imágenes curiosas: los frenos traseros de Nico Rosberg salieron ardiendo, aunque le pilló cerca de boxes. También fue histórico, y esto sí que pasará a los anales, el tiempo de Max Verstappen. El holandés logró batir hasta dos veces el mejor crono de la sesión, aunque el primer tiempo se lo deberían haber quitado por haberse saltado una curva. El de Toro Rosso ya ha batido uno de los récords que, previsiblemente, iba a romper: el de ser el piloto más joven en acabar una sesión en lo más alto. Eso sí, el accidente de los segundos libres, cuando se estrelló por un fallo propio, destrozó su sesión. Además, posiblemente tenga que sustituir la caja de cambios y estará obligado a salir desde más atrás de lo deseable en la carrera... lo que garantiza espectáculo con su remontada.

Por otro lado, Lewis Hamilton demostró que la pista mexicana puede convertirse en uno de los nuevos templos de la velocidad. Como ocurriera en el pasado, las larguísimas rectas permiten que se puedan ver puntas increíbles, y obviamente el rendimiento de los Mercedes les coloca un paso por delante del resto. El tricampeón del mundo, no podía ser otro, marcó una brutal cifra en su cuentakilómetros: 362,3 km/h, la más rápida de lo que llevamos en 2015 y que, visto lo visto, se puede llegar a bajar este mismo fin de semana.