

Secciones
Servicios
Destacamos
david sánchez de castro
Lunes, 13 de abril 2015, 21:06
Nico Rosberg y Lewis Hamilton andan a la gresca, otra vez. Como en 2014, el alemán y el británico han demostrado que la vieja amistad que les unía se ha convertido en una enemistad irreconciliable, al menos mientras ambos luchen por el título mundial. En la rueda de prensa posterior al Gran Premio de China, Rosberg no se cortó: «Es bueno saber que sólo corres para ti», le espetó a un Lewis Hamilton que respondió con un consecuente «no hago mi carrera para cuidar a Nico. He hecho la táctica que me convenía».
En Mercedes ya han avisado de que no les dejarán que esto se vaya de las manos. Son conscientes de que Ferrari está al acecho, y que en cualquier despiste van a tener a Sebastian Vettel -y si espabila, a Kimi Räikkönen- al acecho en cuanto les dejen un hueco. Toto Wolff, máximo responsable deportivo del equipo campeón, afirmó en el propio trazado de China que todo esto se resolverá de puertas para adentro y que tiene muy claro que sus pilotos se comportarán de manera más cauta en las próximas citas.
Niki Lauda, por el contrario, ha sido bastante más explícito y se ha posicionado del lado de Hamilton. «Lewis no hizo nada malo, hizo lo necesario para ganar. Por supuesto que ha sido egoísta. Estos pilotos son... yo los llamo bastardos egocéntricos. Es lo que se tiene que ser para ganar un campeonato. Es algo tan viejo como el mundo. Si hay polémicas entre ellos, me importa un bledo mientras sigamos haciendo dobletes por delante de Vettel. Este fin de semana Lewis era más rápido y punto. Debatir eso es absurdo». Genio y figura, como siempre, la del deslenguado de Lauda, que este fin de semana ya fue noticia por llamar a Fernando Alonso «egocéntrico, oscuro y malhumorado».
No es la primera vez que Hamilton tiene un rifirrafe con un compañero de equipo. Aunque esta vez él no tiene la culpa, sí es cierto que sólo con Heikki Kovalainen se llevó muy bien. Con Fernando Alonso se las tuvo y deseó en aquel inolvidable y polémico 2007. Con Jenson Button, aunque la relación fue mejor, tuvieron un «quítame allá esas telemetrías que publico en twitter» y con Nico Rosberg, su cuarto compañero, no iba a ser menos. Desde que en Mónaco del año pasado el alemán demostró que su cara de niño bueno es una pose, Hamilton, desde el lado de la víctima casi siempre, ha tenido que vérselas con él en prácticamente todas las carreras desde entonces, bien sea dentro o fuera.
En cualquier caso que en Mercedes la guerra se haya recrudecido tan pronto, es la mejor noticia posible para sus rivales: sólo Rosberg puede batir a Hamilton, y sólo Hamilton puede aplastar a Rosberg. La superioridad del W06 sobre el resto de coches de la parrilla es tal que sin un problema entre ambos es imposible que puedan alcanzarles, o no al menos de manera constante. Ya lo demostró Daniel Ricciardo el año pasado con sus tres victorias: a la mínima que se despisten en Mercedes van a tirárseles al cuello.
Evidentemente, en Ferrari ya están acariciando su gato blanco ficticio, y con risa de malo de James Bond están esperando que los campeones del mundo se enzarcen en la próxima cita de Baréin este fin de semana. Baréin, precisamente el escenario donde el año pasado ya vivieron un épico duelo, aunque, si se repite, sería muy sorprendente que acabasen fundidos en abrazos como en 2014
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.