cristina pinto
Lunes, 22 de marzo 2021, 01:20
No es nada del otro mundo escuchar a jóvenes desencantados o desmotivados con lo que estudian, muchos de ellos incluso llegan a dejarlo todo porque «no es lo suyo». Algo así le pasó al malagueño Josele Lafuente, al que «invitaron a salir del ... colegio», como así recuerda aquellos años. «Yo repetía, repetía y repetía... Me invitaron a irme del colegio, no me echaron por malo, me echaron por no estudiar», aclara Lafuente. Después de eso, siguió su camino con lo que realmente le apasionaba, que era la mecánica de motos, y se trasladó hasta Barcelona para empezar sus estudios en el centro de formación EPS, de las mejores escuelas junto con la Monlau Repsol. «Allí fui primero de mi promoción. Llamaba a mi padre y le decía: '¡Lo he aprobado todo!', y él me contestaba: '¿No me estarás engañando?'», cuenta sin poder evitar la risa al acordarse.
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Después de eso ya han pasado casi veinte años. Cada experiencia trae consigo una lección y la que vivió este malagueño se le quedó grabada: «No es que no valgas, sí vales, lo que pasa que no le has prestado bien la atención. Cuando encuentras lo que te gusta, no te cuesta», asegura Lafuente. Por eso la Escuela Mecánica de Motos Andaluza (EMA Competición) lleva ocho años en funcionamiento en Málaga. Nació en la calle Bodegueros (Polígono Ronda Exterior) y ahora, en 2021, se encuentra unas calles más adelante, calle Flauta Mágica, 6. «Esto que hacemos es una labor muy buena para chicos que están perdidos; les damos salida a su futuro laboral», asevera el fundador de la escuela, Josele Lafuente.
A día de hoy, este centro de formación privado malagueño está asentado como uno de los mejores del panorama nacional, compitiendo con las escuelas catalanas EPS o la Monlau de Repsol. Un total de ochenta alumnos pisan este curso las instalaciones de EMA Competición en busca de una carrera profesional en la industria del motociclismo y en la mecánica de serie o de competición, algo escaso de formación en el país. El curso tiene dos años de duración y cuenta con cuatro profesores, dedicados y formados íntegramente en el mundo de la mecánica: uno de ellos, Josele Lafuente; desde Motril, otro de los profesores es Reinaldo Ortega, que fue exalumno de EMA Competición; el extremeño Juan Diego Sánchez, también antiguo alumno, y, por último, Antonio Bernabé, que estudió en la escuela catalana EPS, como Lafuente. Además, ahora mismo es el más asequible del país con un precio que ronda los seis mil euros al completo, mientras que en las escuelas catalanas es ese precio por año.
Promoción tras promoción, EMA Competición ha ido recibiendo cada vez a más alumnos desde todos los puntos de España. «Cada curso tiene seis asignaturas de evaluación continua en los tres trimestres. Para entrar a la escuela tienes que pasar una entrevista personal y un examen de acceso. Hay gente que confunde el gustarle mucho las motos con que les guste la mecánica de motos. Intentamos que el que llega sea para que se lleve el título», aclara el director de la escuela, Lafuente.
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Lo que el director de la EMA Competición asegura se veía palpable en grupo de los alumnos de primero que estaba en la tarde del jueves en el descanso del turno, la mayoría de ellos coincidía en que «querían probar y ya verían si se decantarían por la mecánica de calle o de competición». Aunque alguno que otro confesaba que «la competición tiene cosas que la calle no tiene, pero prefiero la calle». Entre ellos estaban José Pardo, Nicolás Martín, Álvaro Moreno o Alejandro Barrionuevo, y llegaban de todos los puntos del país: desde la propia provincia malagueña hasta Granada o Ávila. Entre ellos estará el futuro de la próxima promoción de la escuela. Otros, mientras tanto, daban clase en la segunda planta de las instalaciones, donde se encuentran las aulas para explicar la teoría (que ocupa el 30% de cada asignatura) antes de bajar a continuar con la práctica en la planta inferior del local, donde las motos y sus piezas toman todo el protagonismo para plasmar lo aprendido en las aulas.
En estos ocho años, Josele Lafuente ha comprobado que sus alumnos salen con trabajo, en su gran mayoría. «El 80% de los alumnos que pasan por aquí están trabajando, de los cuales la mitad son para competición», afirma el director. Desde la mitad de vida de esta escuela, cuenta también con un equipo de carrera propio, con el que el año pasado quedaron terceros en el campeonato de España. En lo que a las prácticas en empresa se refiere, la escuela tiene un gran acuerdo con Honda, aunque también tienen alumnos en Kawasaki o Yamaha. «Al equipo de Honda los tenemos aquí al lado y nos piden que cuando tengamos alumnos buenos se los pasemos. También tenemos equipos de toda Europa que nos llaman pidiendo a alumnos», añade Lafuente.
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Entre los estudiantes triunfadores de los que habla Josele Lafuente, una es Mara Soto, de Churriana. «Ella cumplió su sueño, lo más grande. Mara es de la primera promoción y ganó un mundial con su equipo en 2019, subió al podio con Ana Carrasco... Increíble», apunta el director de la escuela. En las últimas semanas, uno de los alumnos de primero de este curso, el madrileño Carlos Alegre, se hizo viral tras una foto estudiando en las calles de Málaga en uno de los descansos de su trabajo de repartidor de Glovo, algo que ha llegado al piloto Marc Márquez, que invitó al joven a asistir a un gran premio de motociclismo cuando todo volviese a la normalidad. «Es un tío de los que no quedan, es edición limitada», opinan sus compañeros sobre él.
El mundo de las motos, caracterizado por ser un oficio de hombres, sigue en la lucha por mantener representación femenina. Como se ha mencionado anteriormente, uno de los mejores ejemplos que ha salido de EMA Competición ha sido una mujer y, cada año, parece que la representación femenina en el curso va en aumento. Este año, entre los ochenta alumnos del total, cuatro son mujeres; dos en el primer año y dos en el segundo año. Una de ellas es Emma Cobano, de 21 años, que cursa el último año de la formación y tiene clara su meta: «Desde pequeña me ha gustado todo esto, me decidí a venir y aprender lo que realmente quiero ser en mi vida: llegar a estar en un equipo de competición», asegura la estudiante.
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Málaga es un punto clave en el mundo del motociclismo y la formación de la mecánica. Y todo con EMA Competición, la escuela privada que ha conseguido atraer a chicos y chicas de todos los puntos del país y, sobre todo, que se lo tomen en serio y quieran aprender sobre lo que realmente les gusta. «Algo imprescindible», concluye el director del centro.
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