Desde el 'box' de un campeón mundial
David Galacho ·
Este mecánico malagueño, con más de dos décadas de bagaje en el mundo del motociclismo, ha formado parte del Pramac de Jorge Martín durante una década y ahora se muda a Aprilia junto al madrileñoDavid Galacho ·
Este mecánico malagueño, con más de dos décadas de bagaje en el mundo del motociclismo, ha formado parte del Pramac de Jorge Martín durante una década y ahora se muda a Aprilia junto al madrileñoHace justo una semana, un joven madrileño de 26 años escribía una nueva página en el libro de la historia del motociclismo nacional. Su nombre es Jorge Martín, quizá no parezca el piloto más mediático del momento, pero su progresión y proyección, unidas a su ... talento natural, bien le han valido todo un campeonato del Mundo de Moto GP, y no uno cualquiera. Martín consiguió algo inédito, ser el primer campeón mundial al frente de un equipo independiente, satélite de Ducati, Prima Pramac Racing. Se convierte así en el quinto corredor español de todos los tiempos en levantar este título, tras Álex Crivillé, Marc Márquez, Jorge Lorenzo y Joan Mir.
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Ese día, Martín cumplió el sueño de su vida, y con él, todo su equipo, en el que también forma filas un malagueño, un mecánico con más de dos décadas de trayectoria en diferentes categorías: David Galacho. Tras la fiesta del pasado fin de semana y los primeros test de la nueva temporada, el malagueño al fin ha podido regresar a casa para pasar unos días junto a su familia y amigos. Vuelve pleno de orgullo, habiendo cumplido su mayor sueño y con un regalo extra: la cúpula dorada con la que Jorge Martín festejó su histórico título.
¿Se imaginaba algún día viviendo algo así? La respuesta es clara y concisa: sí. «Yo soñé con este día, era mi sueño desde pequeño. El domingo fue el día más feliz de mi carrera», cuenta, aún con los ojos brillosos. Galacho nació en el seno de una familia muy motera. A su padre le encantaban las motos y varios miembros de esta rama familiar participaban en carreras de la época. «Desde que era un niño, quise ser mecánico», apunta. Es más, uno de sus primeros recuerdos de la infancia era el jugar a desmontar y montar su primer Mobylette. Impulsó este sueño un taller familiar, Motomate; con 12-13 años ya iba al taller y se empapaba de todo lo que veía a su alrededor, preguntando, estudiando y observando minuciosamente, para, posteriormente, acompañarles además a las carreras que hacían por la zona. Fue ya a los 24 años cuando le cambió por completo la vida.
Ya inmerso en el mundo del motor, conoció a Manuel Morente Calvo, uno de los impulsores del motociclismo nacional, que le ofreció trabajo en Barcelona para un equipo de competición. Equipo que acabaría haciendo historia como la icónica sección de motociclismo del Atlético de Madrid, con Álvaro Bautista como cabeza de cartel. Junto al madrileño pasó dos temporadas, en 125cc, y tras esta etapa, en 2003, lo ficharon para el equipo del exfutbolista Clarence Seedorf, en Aprilia. Su currículo siguió creciendo y llenándose de nuevas experiencias: pasó por el equipo de Mattia Pasini, también con Aprilia, por Polaris World ya con 250cc; luego, este equipo se cerró y recaló en Superbikes con Max Biaggi, pasó a las motos CRT y tuvo después un corto periplo en el Avintia Racing de Héctor Barberá y siendo un recién llegado allí, al fin tocó a su puerta el equipo que le cambió la vida: Pramac (2014). Fue su salto a lo más alto: Moto GP, el sueño de su vida.
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En este equipo satélite ha vivido los mejores años de su carrera. Por sus manos han pasado las motos de nombres reconocidos, como Danilo Petrucci, Scott Redding, Jack Miller o 'Pecco' Bagnaia. El mismo curso que él se marchó a Ducati (2021), entró Jorge Martín, en la que fue su primera temporada en Moto GP tras una prolífica y corta carrera de dos temporadas en Moto2 con Red Bull KTM. Estos cuatro años junto al ahora campeón mundial, nunca los olvidará. «En su primera vuelta en Moto GP, en Catar, hizo muy poco tiempo. Parecía que llevaba toda la vida con esa moto, me fui al padre y le dije: tu hijo va a llegar lejos. Era un prodigio, cada vez que salía, bajaba los tiempos», recuerda.
En poco tiempo, se 'enamoró' de él, tal y como cuenta: «Tiene algo especial. No es bueno 'enamorarse' de los pilotos, pero yo en mi vida me he enamorado de dos: de Bautista y de él, y eso es por cómo es él. El que no reconozca el buen piloto que es, no entiende de motos, está muy infravalorado. Jorge dice las cosas como son, no tiene filtros y es muy impulsivo, a mi me encanta». Todavía recuerda a aquel niño que disfrutaba haciendo sus pinitos como mecánico en el taller familiar. Ahora, forma parte del esqueleto de Moto GP, poniendo a punto las motos más caras del mundo (pueden rondar los 5 millones). A él le gusta trabajar bajo presión, saca su mejor faceta; eso, unido a su bagaje y conocimientos, le ha llevado a ser una figura reconocida en el mundo de la mecánica de alta competición.
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Tanto que esta temporada 2025, dará un salto más en su carrera, gracias, también, a la amistad que ha forjado con Jorge: «Somos como hermanos, es un amor. Él mismo me pidió que me fuera con él a Aprilia. Estoy muy ilusionado con la nueva etapa, aunque también hay un poco de miedo. Con mi anterior equipo, ya teníamos una gran complicidad, con sólo mirarnos ya sabíamos lo que teníamos que hacer», reconoce, aunque por dentro siente que está cumpliendo un nuevo sueño: su primer equipo oficial en Moto GP. Es el único mecánico de Pramac que pasará a Aprilia esta temporada, junto a 'Martineitor'. «Ya he conseguido mi sueño, todo lo que venga, genial», reconoce.
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