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David Sánchez de Castro
Jueves, 4 de enero 2024, 16:37
Tan tradicional como el roscón de Reyes, y desde el mismo Oriente del que llegaron según la tradición, el rally Dakar se pone en marcha de víspera de visita real con muchas novedades y una nutrida representación española. Hasta 84 participantes nacionales, sin contar los de las clases Mission 1000 y Classic, van a intentar llegar a la meta de Yanbu, en un recorrido que para todos (oficialmente) será desconocido en un 60% de los tramos.
Las novedades de esta edición son múltiples. El ASO, la organización del raid más duro del mundo, y la FIA, que le dio paraguas oficial el pasado año, decidieron acabar con las quejas de los aficionados (no tanto de los pilotos) de que muchas etapas se habían hecho anodinas, por lo que han planteado un recorrido en el que el archifamoso 'cuarto vacío', la zona de desierto más grande del mundo, contará con un protagonismo absoluto. Tres etapas se disputarán en esta gigantesca zona, con lo que antaño se conocía como la etapa maratón ahora rebautizado como 'crono 48h', dos días en los que los pilotos tendrán que demostrar su resistencia sin ningún tipo de ayuda. Contará con una normativa aparte, toques de queda y una incertidumbre total para los pilotos y hasta para el público.
La salida en Al Ula, una de las regiones arqueológicas más espectaculares del mundo, pondrá el inicio a un Dakar marcado por los numerosos cambios de equipo. Entre otros, el propio campeón vigente en coches, Nasser Al-Attiyah, que tras la salida prácticamente total de Toyota se ha ido a Prodrive para llevar un Hunter que tantas cejas levantaba en el pasado. En la búsqueda de su sexto trofeo Touareg, tercero consecutivo, tendrá numerosos rivales de primer nivel, empezando por su propio compañero, Sebastien Loeb, pero también tendrá que mirar con cierta sospechas al 'ejército' de Audi, que contará con los incombustibles Stéphane Peterhansel y Carlos Sainz como líderes indiscutibles.
También esta edición es la del regreso de Nani Roma, una vez superado el cáncer de vejiga que le hizo perderse la edición de 2023. El catalán, enrolado con M-Sport para llevar un Ford en uno de los proyectos más ilusionantes del panorama del 'cross-country', llega para reivindicarse y demostrar que está totalmente recuperado. Y lo hará con uno de los mejores copilotos que se pueden contar: Álex Haro.
Buena parte de las opciones españolas pasan, no obstante, por lo que hagan Carlos Sainz y Lucas Cruz. Conscientes de que este va a ser el último año de Audi en el Dakar antes de centrarse en la Fórmula 1 (¿cambiarán a un Carlos Sainz por otro?), quieren despedirse a lo grande de la marca de los cuatro aros antes de pensar en el cada vez más cercano momento que todo deportista quiere retrasar lo máximo posible y que para Sainz, a los 61 años, es el elefante en la habitación. o el camello en el oasis, que es mucho más propicio para este escenario. «Afrontamos este Dakar sabiendo que será el último año para Audi Sport, que es este año, o nunca. Por ello, llegamos con la ilusión y las ganas de poder brindarle al equipo y a la marca la victoria. Después de lo que vivimos el año pasado, esperamos ser un poco más competitivos con los kW extra que nos ha dado la FIA, aunque seguimos con 100 kg más de peso que nuestros rivales. Aun así, confío en que tengamos más igualdad y poder luchar de tú a tú con ellos», admitía Sainz, señalando también esa modificación normativa con la que la FIA y el ASO quieren dar un paso más en la progresiva electrificación del raid más duro del mundo.
Sin salir de las cuatro ruedas, pero sí de categoría, la Challenger, la burgalesa Cristina Gutiérrez parte como una de las grandes favoritas. La veterana piloto española saldrá con la firme intención de finalizar su paso por los T3 para volver a los coches (ya tiene firmado con Dacia para 2025) con una victoria con autoridad. Tendrá que batir a rivales como 'Chaleco' López, los hermanos Goczal, Nacho Casale, Austin Jones o el hijo primogénito del tricampeón del mundo de F1 Niki Lauda, Lukas, que debuta en un Dakar que su padre nunca se atrevió a disputar.
Aunque oficialmente hay ocho categorías, raro será que la más emocionante no sea la de las dos ruedas. Las motos se presentan como la categoría más igualada, especialmente después de lo visto en 2023 cuando ya se vio que a KTM (y a su 'hijo' GasGas) se les puede meter mano.
El talentoso Lorenzo Santolino, con la Sherco, parte como una de las opciones más claras de la Armada española, aunque tendrá el hándicap serio de no ir con una estructura de la fortaleza de los Toby Price o Kevin Benavides, el vigente campeón, que comandarán a las huestes de KTM. En este sentido, aunque con Honda, el valenciano Tosha Schareina buscará su reivindicación absoluta. Muchos le ven como el gran candidato escondido, toda vez que su fichaje por la marca japonesa levantó muchas cejas. Tendrá por delante a muchos pilotos con más galones dentro de la propia estructura, como Ricky Brabec, Adrien Van Beveren, Skyler Howes (el bigotón más famoso del vivac) o Pablo Quintanilla.
Y la mayor incógnita puede ser, posiblemente, la gran opción española: Joan Barreda. Así ha sido desde que debutó en 2011. Ahora, con mucha más experiencia y mucho menos que demostrar, tiene por delante el récord absoluto de victorias de etapa, en manos de Stepháne Peterhansel y Cyril Despres con 33 cada uno, pero con una nueva moto. Su sonado fichaje por Hero, tras ser aupado de Honda, le garantiza ser el líder del proyecto. y quizá sea una de sus últimas oportunidades.
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