Nani Roma, en un acto previo al Dakar en Madrid.
Dakar 2016

Nani Roma busca la redención en forma de victoria

Tras la decepción de 2015, Nani Roma y su nuevo copiloto Álex Haro sólo aspiran a ganar

David Sánchez de Castro

Martes, 15 de diciembre 2015, 18:32

Nani Roma lleva media vida compitiendo en el Dakar. Para él, es mucho más que la primera competición deportiva del año (con permiso de los saltos de esquí de Garmisch Partenkirchen): es una forma de vida. Tanto es así que incluso cuando se baja del coche, tiene el Dakar metido en casa: su esposa Rosa Romero es una de las pilotos del equipo Himonsa de la categoría de motos. Pero en 2015 vivió uno de los momentos más amargos de sus más de dos décadas navegando por las dunas. Apenas duró 400 metros su MINI All4Racing antes de romperse y dejarle sin ninguna opción, ya en la primera jornada. Se tuvo que conformar con intentar llegar a la meta, como fuera, dos semanas después.

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Un año después, aquella pesadilla le hizo madurar y aprenderse otro truco más del raid más duro del mundo. El piloto catalán y su nuevo copiloto, Álex Haro, afrontan la edición de 2016 -que ya no pasará por Perú y cuyo recorrido prácticamente se ha tenido que cambiar sobre la marcha- con una única aspiración: ganar. No le queda otro objetivo. A sus 42 años no va a ir al Dakar a pasearse o, como hacen muchos de los otros héroes anónimos, disfrutar de las dificultades propias de la navegación del raid. La aventura hace mucho que la disfrutó, pero el ansia de levantar el trofeo del touareg puede más que cualquier otro objetivo.

Calmado y confiado, Nani Roma y Álex Haro presentaron en la sede de Mini España su nueva aventura y las aspiraciones no pueden ser mayores: sólo se conforman con la victoria. «Hemos trabajado más que nunca en el gimnasio, pero sí nos gustaría haber hecho más carreras en pretemporada», admite el único ganador español en coches y en motos del Dakar sobre su preparación previa. No obstante, tanto Roma como Haro, máxime este último al tener la labor de sustituir a una leyenda como Michel Perrin como copiloto, se han machacado para preparar esta prueba. «Nos sentimos fuertes y nuestro objetivo es ganar, no aspiramos a otra cosa», asegura Roma, muy confiado. «Luego a ver cómo evoluciona la carrera», concede a sabiendas de que este año tienen rivales muy duros.

Aunque Mini es el fabricante que más coches lleva al Dakar, con doce entre los que están el propio Roma y el vigente ganador Nasser Al Attiyah, hay otros rivales muy a tener en cuenta. El principal es Peugeot con Carlos Sainz, Stepháne Peterhansel, Cyril Despres y Sebastien Loeb -el nueve veces campeón del mundo de rallies- y su nueva versión del 2008DKR, cuyo parecido con el desastroso prototipo de 2015 está únicamente en el nombre. También están los Toyota del siempre presente Giniel de Villiers o del gran 'rookie' de la pasada edición, Al Rahji, pero Roma no les teme. Él sabe que tienen que hacer su carrera y que las novedades del Mini pueden darles la clave para llevarse la victoria. Su punto fuera estará en la primera semana, antes de llegar a la que ha considerado como la etapa reina, en Fiambalá. «Sabemos que el Mini es un coche muy fiable, hemos avanzado y hecho mejoras en la suspensión y también en la parte interior para que toda la parte electrónica sea mucho más fácil. Además, la primera semana de pista es la más favorable para nuestro coche aunque sabemos que la segunda será dura para todos», asegura.

Este año, avisa Roma, todos los corredores tendrán que enfrentarse a un rival más: la climatología. El famoso fenómeno de 'El Niño' va a atravesar la zona andina justo cuando la caravana del Dakar esté presente, lo que puede generar bruscos cambios de temperatura que pasen de rozar los 5ºC hasta elevarlos a los 50ºC. «Dependeremos de la meteorología, estamos preocupados por el fenómeno El Niño, que puede originar temperaturas extremas en la parte de Argentina, pensamos que serán etapas complicadas», predice.

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A sus 42 años, Roma no piensa en la retirada, ni mucho menos. Se encuentra pleno de forma, y el trabajo realizado durante este año en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, donde se preparan algunos de los mejores deportistas olímpicos españoles, ha sido de gran ayuda para él. No hará como Marc Coma, que ni siquiera dio el salto a los coches tras bajarse de la moto, sino que intentará perseguir el sueño de otros viejos rockeros, como Carlos Sainz o Stepháne Peterhansel, que ya peinan muchas más canas de las que desearían.

Nani Roma y el resto de las tropas de Mini saldrán hacia Sudamérica en unos días. Como en otras ocasiones, les tocará recibir el nuevo año lejos de casa. Pero su sonrisa le delata: que nadie le diga que se quede en casa, que la arena y el barro del Dakar valen mucho más.

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