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Marina Rivas
Martes, 18 de febrero 2020, 01:30
Ni dedicándole todas las horas del día, todos están hechos para llegar a la élite deportiva, más aún en un deporte tan exigente física y psicológicamente como la gimnasia. La malagueña de 13 años (cumplirá 14 en abril) Yulia Vysotska, sin embargo, parece haber nacido ... para convivir con la exigencia. Pese a su nombre, tiene acento costasoleño; es nacida en Málaga capital, donde sus padres, Álex y Svitlana se mudaron hace ya 17 años, desde la ciudad localidad ucraniana de Ternópil, con más de 200.000 habitantes. Llegaron a la provincia poco después de casarse. Un familiar del padre ya residía en la Costa del Sol y, en cuanto encontraron trabajo aquí, no encontraron motivo alguno para regresar al Este; incluso, ya tienen la nacionalidad española.
En su familia, sólo una persona había sobresalido en el ámbito deportivo, según explica Svitlana. Fue un pariente de su marido que llegó a ser campeón mundial de biatlón, el deporte de invierno que combina el esquí de fondo con el tiro con carabina. Pero a pesar de la repercusión de las gimnastas de Europa del Este, nunca antes se había decantado por esta disciplina. «Yo me apunté muy pequeña, con 4 o 5 años, porque era muy nerviosa y tenía mucha elasticidad y una vecina me recomendó este deporte», relata Yulia sobre sus primeros pasos.
Se apegó tanto a este deporte que nunca lo volvió a dejar de lado, ni siquiera practicó alguna modalidad más, algo común en los niños. Cuando creció, pasó al Club Miralmar de Málaga capital, y a las órdenes de Nuria Arias empezó a crecer a pasos agigantados, coleccionando medallas de todo tipo de torneos y empezando a despuntar en los Campeonatos de España de categorías inferiores. En 2017 fue séptima en mazas y octava en pelota alevín y en 2018, duodécima en cinta infantil, entre otros. Su crecimiento fue tal que en 2019 recibió su primer gran reconocimiento: apareció en el listado de la Categoría de Honor júnior, conformada sólo por ocho gimnastas.
Esta se trata de la máxima categoría nacional en rítmica, que reconoce a las deportistas que pertenecen a la selección española. Su categoría sólo abarca de los 13 a los 15 años; acto seguido, pasaría a ser sénior. Así, desde el pasado año, Vysotska pasa a ser la malagueña de mayor rango a nivel nacional. A nivel sénior, sería la alhaurina Mireya Valle, que pertenece a la Primera Categoría (la segunda estatal). De hecho, en toda la Categoría de Honor, tanto sénior como júnior, sólo hay dos representantes andaluzas en la actualidad: la costasoleña y la gaditana Claudia Jaimez (también júnior).
Antes de cumplir los 13, Yulia dio un paso más en su precoz trayectoria: se marchó de casa con sólo 12 años gracias a una beca deportiva para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento de Valencia. Allí se mantuvo hasta que en el último trimestre de 2019 se mudó al Centro de Alto Rendimiento de León. Eso le hizo madurar tremendamente rápido al ser una de las más pequeñas del lugar. «Al principio no quería irme, quería estar con mis padres en Málaga, pero al final era lo mejor para mí. Y aunque fue duro , tengo todo lo que necesito para seguir creciendo en lo deportivo», asegura la joven, que desde el pasado año también compite con las gimnastas séniors en la Liga Iberdola (con el Club Miralmar).
Vive en una residencia y comparte habitación junto a su compañera de selección gaditana, va al instituto por las mañanas y estudia antes y después de clase. Dice no escuchar nada de música por falta de tiempo y cada vez que encuentra un hueco en su apurada agenda lo dedica a adelantar materias. Estricticamente disciplinada, sueña con ser forense o criminóloga, pero cuando acabe su carrera deportiva. «Mi sueño es llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024. Sé que hay que trabajar mucho para ello, pero lo quiero intentar». asegura ambiciosa.
Para esa meta futura se entrena cada día de 16.30 a 22.00 horas, cinco horas y media. Para ella, más que una obligacíón, es su momento de diversión aunque lo afronta con mucha seriedad. «Me centro en el día a día y en mejorar todo lo posible porque incluso el año que viene no sé si seguiré becada o tendré que seguir en Málaga. Es un deporte exigente y hay muchas chicas de nivel», valora. Cada cierto tiempo, la Federación efectúa unos controles, unas pruebas de nivel cruciales para las deportistas cara a su selección para los distintos campeonatos del año.
La malagueña prefiere soñar a largo plazo pero no a corto, porque su calendario de 2020 dependerá de su rendimiento actual. Su última gran competición fue un Torneo Internacional en Leverkusen (Alemania), en diciembre. Ahora, ya recuperada de una lesión que le complicó la última campaña, sólo piensa en superarse a sí misma y demostrar que puede estar entre las mejores.
- Una película y una serie.
- De película, 'Fast and Furious' y de serie, 'Castle'.
- Un libro preferido.
- 'El rostro de la sombra', de Alfredo Gómez Cerdá.
- Un segundo deporte.
- El Atletismo.
- Un ídolo/a en el deporte.
- En gimnasia, Arina Averina, Alexandra Soldatova y Vlada Nikolchenko.
-Un amuleto o una manía para competir.
- Una pulsera con la mano de Fátima y un búho.
-¿Toca algún instrumento?
-En Valencia aprendí la guitarra y el cajón y aquí, la flauta dulce.
- ¿Cuantos idiomas habla?
- Ruso, ucraniano, español, inglés, el dialecto del valenciano y un poco de francés e italiano.
- ¿Algún hobby?
- Se me da bien dibujar.
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