La unión hace la fuerza en Oeiras

Un remero (en este caso, el timonel, Felipe Méndez) tuvo que correr en cada una de las tres mangas unos 50 metros por la playa desde la línea de salida hacia el barco, en el que sus compañeros se subían en un tiempo récord y con mucha sincronía en los movimientos para no echar a perder el trabajo de meses con el rompiente de la ola. Ya todos juntos, tras un zigzag y la virada para regresar en línea recta (unos 500 metros), le tocaba a otro remero –el proa Ramón Gómez Cotilla– correr por la orilla hasta accionar un timbre sobre la arena que ponía fin a la prueba.

Los cinco remeros del RCM representaban a la selección española y lograron ya en cuartos de final el mejor tiempo (2:12.91) de toda la jornada apabullando a Japón. En semifinales cayó Suecia, y en la final, Francia. «Cada regata es distinta, pero fuimos dando la mejor versión de nosotros y mejorando en fallos», recuerda Teresa Díaz, otra de las tripulantes.

Para su compañera Celia de Miguel, el triunfo no es fruto de la casualidad. La unión hizo la fuerza. «Lo hemos preparado bastante, como las partes débiles, o de subirse al barco y correr después de encallar», comentó a este periódico. Ramón Gómez Cotilla, quizás el que mejor se desenvuelve del grupo a nivel individual en remo de mar, fue sincero al reconocer que «entrenándonos en los días previos eché un ojo a otros barcos y pensamos que íbamos a estar entre los cinco mejores». Quizás el papel más peculiar es el que le tocó al benjamín del grupo, un Felipe Méndez (16 años) que se autodefine como «el ojo del barco».

Además, los cinco estaban preparados para cualquier escenario en el mar, presuponiendo que el Atlántico siempre puede ser más traicionero que el Mediterráneo. «En Málaga nos hemos entrenado en todas las situaciones, pero pensábamos que dominábamos bien la mala mar, sobre todo para coger olas a la vuelta. Pensábamos que los otros equipos lo tendrían peor con mala mar», admitió Gómez Cotilla, aunque a la postre las condiciones fueron bastante serenas.

«El equipo ha funcionado bien. Yo iba delante, como 'marca', y Celia y Tere avisaban los cambios de ritmo, cuando había ola y el mar estaba peor», recuerda Miguel Ruiz, un veterano de regreso a Málaga que no tiene dudas en reconocer que este ha sido su mayor éxito deportivo.

«A ciegas»

Para el entrenador de la sección de remo del RCM, Sergio Pérez, «íbamos a ciegas» cara a las expectativas de triunfo. «Era la segunda edición con esta modalidad (el 'beach sprint'). Antes eran regatas de exhibición. Por eso íbamos con dudas, aunque en 2019, en China, España ya logró la plata con Adrián Miramón, Adolfo Ferrer, Berta Ruiz, Marisa Montiel (malagueños) y un timonel de Torrevieja», añade.

Los cinco remeros siguen en Lisboa, porque ahora toca competir por clubes en el Mundial, ya sobre 6.000 metros. Se entrenan por las mañanas y tienen ocio por la tarde, aunque algún día hay dobles sesiones. Cara a las regatas del Mundial que se celebrarán entre el jueves y el sábado, el RCM cuenta con un amplio elenco y competirá en numerosos frentes. En el doble scull femenino (C2x) estarán Teresa Díaz y Marisa Montiel; en el cuatro scull femenino (c4x), Teresa Díaz, las hermanas Celia y Natalia de Miguel y Marta de las Heras, con Felipe Méndez de timonel; en skiff (c1x ), Raquel Martín, quinta en el campeonato de España, Carlota González (gallega y que rema con el RCM); Ramón Gómez Cotilla, subcampeón de España, y Adolfo Ferrer (medalla en el Mundial de Perú); en el doble scull masculino( c2x), Javier Madrid y Miguel Ruiz (plata en el Nacional, detrás del Labradores), y Juan Jesús Luque y Mario Ramírez, y finalmente, en el doble scull mixto, cuatro barcos, el de Javier Madrid y Celia de Miguel, el de Miguel Ruiz y Marisa Montiel, el de Ramón Gómez Cotilla y Carlota González y el que puede tener más opciones, con Natalia de Miguel y el sevillano Jaime Canalejo (diploma olímpico en Tokio).