UMA Antequera, ¿y ahora qué?

En un presupuesto de 325 millones de euros de nuestra universidad, la partida para el CD UMA era de 722.684, lo que incluye a monitores y otras secciones. Desde el propio equipo se lamentan de qué culpa tiene el equipo de fútbol-sala de que se haya generado en los últimos meses una deuda preocupante en la institución académica pero, sobre todo, de por qué resolver la desvinculación en plena temporada, expulsar al conjunto de su vestuario y su pista de entrenamiento cuando se está jugando su quinto ascenso a Primera División.

El Rectorado actual no ha tenido en cuenta en su decisión el prestigio ganado en España en el mundillo por el campeón de la Copa del Rey en 2022, seguramente con la mayor proeza en el deporte colectivo en Málaga este siglo: ganar el torneo del KO desde Segunda y eliminando a cinco rivales de Primera. Tampoco ha tenido en cuenta los cuatro ascensos recientes a Primera, o la quincena de títulos de Campeonatos de España universitarios y cuatro europeos de la UMA en este deporte o el reciente éxito de los juveniles del UMA Antequera, campeones nacionales, ni la fama de 'fair play' en la pista ganada por el equipo.

Han sido nada menos que 36 años de relación (desde la temporada 1990-91, y ya ha llovido desde entonces), con los que se rompe de forma radical. Se apeló en enero a la regularización de estatutos ante la Junta en el Registro Andaluz de Entidades Deportivas, problema resuelto, y por eso la decisión final, la desvinculación, sorprende, máxime cuando el Rector aseguró, cuando se suspendieron las actividades el pasado febrero, que se trataba de una medida «temporal» y que desde la UMA se seguiría apoyan al club cuando se aclarara su situación legal.

El UMA Antequera ha llegado a tener nueve puntos de ventaja sobre el segundo (el Sala 10 Zaragoza, cuando este tenía un partido aplazado) en el campeonato regular de Segunda (asciende un equipo y hay un otro que lo hace vía 'play-off', que juegan del segundo al quinto clasificado, con el formato de cruces de semifinal y y final). Aunque la crisis institucional se desató a finales de enero, el equipo parecía acariciar el ascenso ya. Los problemas de quedarse sin pista fija para trabajar y peregrinar por pabellones de la provincia no se notaron de inmediato, pero sí a medio plazo. Hoy el equipo es segundo, a tres puntos del Sala 10, que le ha adelantado por la derecha.

Lo único positivo es que el UMA Antequera depende de sí mismo, porque en las cuatro jornadas finales tiene pendiente la visita al Sala 10. Este duelo será justo dentro de una semana. En caso de no acabar primero la campaña siempre quedará la vía de la fase de ascenso, con buenas opciones, porque tendría factor cancha tanto en la semifinal como en la final, en series al mejor de tres partidos que van alternando un pabellón y otro.

Esto es precisamente lo que viene haciendo de forma sufrida e incansable el equipo (con un utilero portando el material en su coche particular), que se entrena entre Cártama, Moclinejo, Gamarra y en el Fernando Argüelles de Antequera, donde celebra sus partidos y tiene el máximo respaldo del Consistorio local. Quizás el futuro vaya en esa línea: en entrenarse y competir allí, pese a que la plantilla resida en Málaga (y muchos estudien en la UMA, que les ha apartado). Por lo pronto, los impagos desde diciembre se satisficieron con adelantos de los patrocinadores, pero el club ha dejado de percibir en torno a un 20 por ciento de su presupuesto, el de la Universidad, deuda que se arrastrará. Eloy Cano dejará de ser el presidente del club y se va a anunciar en breve la nueva junta directiva del club y su sucesor. Se abre una nueva etapa, llena de interrogantes, con una nueva denominación, pero que será sin duda más llevadera y viable si el equipo consuma en cuestión de semanas su quinto ascenso a la élite.