El Trops Málaga celebra a lo grande su primer triunfo a domicilio

El conjunto dirigido por Quino Soler puso la directa en un arranque espectacular, en el que hizo de la defensa su mejor virtud para hacer desaparecer del mapa al Handbol Esplugues, virgen de triunfos en su primera temporada en la categoría. Así, en los primeros diez minutos de encuentro, el equipo local solo fue capaz de marcar un gol a Oliva. Un muro de hormigón a lo largo del partido, con paradas de escándalo que minaron poco a poco la moral de su rival. Y mientras el conjunto de Esplugues de Llobregat no anotó, el Trops Málaga empezó a llenar la cesta con abultados parciales. Hasta llegar al descanso con un 10-18.

Un resultado muy cómodo que hacía justicia a lo visto sobre el parqué de Les Moreres. El conjunto costasoleño, con algunas carencias lejos de Los Olivos, mostró una fortaleza imperturbable durante todo el encuentro. En ataque encontró múltiples alternativas. Ya fuera con Armada en la posición de pivote, a punto siempre para negociarse un espacio. Ya fuera con Curro Muñoz por fuera, un puñal para el equipo local. O con algún cañonazo tontorrón de Leonel. El Handbol Esplugues se limitó a verlas venir, impotente por otro lado en ataque ante la solidez defensiva del Trops Málaga.

Una resistencia liderada por Portela, santo y seña del sacrificio y de la pelea permanente. Da igual que el marcador estuviera decidido hace rato, el jugador visitante parecía competir hasta consigo mismo. Y el segundo acto fue un calco del primero. El equipo malacitano no dio lugar a la sorpresa. Ni rastro de las relajaciones de antaño. Y siguió avasallando a un Handbol Esplugues estéril, que perdió los nervios en cada ataque fallido. En cada parada que volvía a acometer Oliva, también Gavañach en los minutos que tuvo. Todas las dificultades para el equipo local, eran facilidades para el Trops Málaga.

Que llegó a un punto de anotar casi sin querer, como por accidente. Otro de los nombres propios del cuadro malagueño fue Consuegra, siempre dispuesto a jugar y a hacer jugar, y a perforar la red en unas penetraciones indetectables. El marcador final (19-32) casi fue lo de menos en un encuentro que dejó la sensación de estar cerrado desde el principio. En los minutos finales, los pupilos de Quino Soler, con el triunfo más que asegurado, tal vez empezaron a cavilar sobre la importante cita ante el Ibiza. Un compromiso al que llega con la moral por las nubes tras celebrar su primer triunfo a domicilio.