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marina rivas
Lunes, 5 de febrero 2018, 00:23
Hablar de Málaga implica hablar de deporte y, no sólo de fútbol o baloncesto, sino de aquellas otras modalidades que hacen que la provincia lidere las clasificaciones andaluzas e incluso nacionales. Hace ya varias décadas que el triatlón comenzó a sonar por la ... Costa del Sol, pero nunca llegó a los niveles que está alcanzando ahora, en sus máximos históricos de atletas federados y con gran proyección de crecimiento. Nadar, montar en bici y correr, durante horas y cientos de kilómetros, en función de la modalidad. Un deporte sacrificado, pero que, en 2017, fue capaz de acumular 1.175 licencias, de las que 894 pertenecían a hombres y 249 a mujeres, lo que significa la tasa más alta de Andalucía, con un 28% de las licencias totales, superando a Sevilla, con 736 (23% del total). A lo que cabe destacar que la comunidad se coloca como la segunda potencia nacional, sólo por detrás de la madrileña y muy ajustada con la valenciana, según el último recuento nacional (2016).
44. Son los clubes de triatlón que hay en toda la provincia, la segunda cifra más alta después de los 51 de Sevilla, aunque en su caso, con menor participación.
1.175. Es el número de licencias en este deporte en Málaga. El récord hasta la fecha y el más elevado de la comunidad.
145. Son las licencias que acumula el Bahía de Málaga a día de hoy, el primer club costasoleño y el segundo con más federados de Andalucía.
Muchos no entienden qué tendrá este deporte para llamar la atención de los malagueños. Pero la realidad es que, desde sus inicios, Málaga ya se convirtió en toda una exportadora de talentos. Rubén Bravo forma parte, desde hace tres años, de área técnica del Real Club Mediterráneo, el segundo club de la provincia con más licencias (120) y la mayor cifra de féminas federadas en sus filas (33). Bravo es uno de los grandes triatletas costasoleños y de los pocos que logró asentarse en la élite internacional. Durante 10 años, formó parte de la selección española, vivió en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, coincidió en mundiales y concentraciones con deportistas de la talla de Javier Gómez Noya y puede presumir de haber sido campeón de Europa. «Cuando empecé, en el año 92, era de los pocos que salía a competir fuera. No había el ‘boom’ que hay ahora. En un triatlón como mucho éramos un centenar de personas y hoy día, como no te apuntes dos meses antes, te quedas fuera», asegura Bravo, cuya hermana, María (ahora bombera) acumuló un palmarés similar al suyo, como medallista internacional y triatleta de élite.
Ahora, sigue compitiendo, aunque a un nivel diferente. Sus prioridades han cambiado. «Nunca me planteé ser entrenador. Ahora traslado mi experiencia como profesional a la competición popular, le doy valor a otros aspectos del deporte», explica. «Siempre hemos sido un referente andaluz y nacional y ahora parece que está más de moda», dice sobre el auge en Málaga. Sin embargo, parte de esa realidad saca a relucir las escasas ayudas con las que cuenta este deporte, por lo que algunos malagueños con proyección se ven obligados a fichar por clubes externos. «Algunos, como los hermanos González, compiten con un club gallego. Es una pena que, con los atletas tan buenos que hay aquí, no puedan contar con ayudas como antes sí había», se sincera.
Si el Club Mediterráneo es el líder en cuanto a licencias femeninas, el Bahía de Málaga lo es en cuanto al número total de sus deportistas, de nuevo, en lo más alto de la clasificación provincial, con 145 federados (113 varones y 32 féminas). Cifra que durante varios años le llevó a ser el número uno a nivel andaluz, aunque el pasado 2017 le desbancara el ADS sevillano (159). Junto al Mediterráneo, es el gran precursor local de este deporte, seguido por el Triatlón Marbella Bike y el TriTrain4you de la capital, ambos con 87 licencias.
Aunque no todos los datos resulten tan positivos. La participación de la mujer en el triatlón sigue siendo una asignatura pendiente, al menos, en cuanto a competición. Así lo explica la deportista del Bahía, Lorena Cobos. «Hay muchas chicas apuntadas, pero no que compitan. Por ejemplo en la modalidad de cross, yo soy la única que lo hace. Creo que uno de los principales impedimentos es la bici, no hay muchas que opten por ella y me gustaría que eso cambiara. Siempre tengo que entrenar con hombres para mi modalidad», se sincera.
Una perspectiva que no implica que el nivel de la mujer sea, ni mucho menos, inferior al masculino. El éxito se entrena y ella es un fiel ejemplo. En menos de un año ha pasado a ser una atleta ‘amateur’ a llevarse el título femenino del circuito provincial, premio que recogió en la gala de este deporte en la Diputación Provincial. «Es verdad que este es un club más familiar, que no todos competimos para llegar a ser grandes atletas, pero si entrenas a rajatabla sí que puedes conseguir lo que te propongas. Es un deporte sacrificado, pero sí que se puede», enuncia la malagueña. Perfiles diferentes, desde personas que se han encumbrado en la élite internacional hasta otras que lo hacen por diversión, por ocio o, quizá por superación personal. Cada malagueño busca su propia excusa para querer formar parte de este deporte, que sin duda, seguirá creciendo.
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