«Las empresas en España lo que buscan es influencia, no les importa tu nivel»

–¿Se puede competir en un marco más incomparable que Doñana, Andrés?

–Andrés Carnevali: Es difícil. La playa de Doñana tiene un acceso muy limitado, así que sientes que estás corriendo en un lugar sin igual. Ahora estoy haciendo el circuito europeo de XTerra, donde te llevan a entornos naturales, pero Doñana es impresionante. La prueba en sí ya sólo por eso merece la pena.

-Un parque natural, así que la botella de avituallamiento no la arrojaba...

-A. C.: No, no. Te la guardabas. Hay zonas acotadas de papeleras. Como anécdota, la mascarilla me la puse en el 'maillot' pensando que ya encontraría donde tirarla y cuando me acordé de ella quedaban tres kilómetros para acabar. Nadé con ella.

-¿Se le pasaba por la cabeza ganar el Desafío Doñana?

-A. C.: Quizás sí, pero no contaba con la forma en que lo hice. El anterior ganador, también de Málaga, Dani Pérez, ganó de forma distinta. Yo lo basé en la distancia que adquirí en la bici, y él en su carrera a pie.

-A. G.: Para mí el lugar más bonito en que he competido es Karlovy Vary, en la República Checa, en una Copa de Europa. Estábamos en un bosque y la combinación de naturaleza, ríos, cuestas...

-¿Cómo describiría cada uno al otro como triatleta?

-A. G.: Andrés tiene mucha calidad y sale adelante a pesar de las dificultades que pueda tener en cada prueba. Su punto fuerte es la bici, y nadando le cuesta más.

-A. C.: Lo que mejor define a Alberto es la palabra 'talento'. Sus problemas no son deportivos. Le falta cierta madurez y confianza en sus capacidades. Quizás no termina de creérselo, pero todo el que le conoce y le ha visto entrenarse sabe que es 'top' a nivel genético al menos. También en capacidad de entrenamiento y sacrificio. Lo que pasa es que el filtro es tan complicado para llegar. Casi nadie fuera es consciente de lo difícil que es estar al máximo nivel.

-¿Hay un segmento que le cueste más, Alberto?

-A. G.:He estado evolucionando mucho en bici. La técnica, los vatios de potencia que desarrollo en ella... Creo que ahora sé leer mejor las carreras y colocarme mejor en el grupo. Siempre la carrera a pie ha sido lo que mejor se me ha dado. También me gusta la natación...

-A. C.: Sale en el primer grupo en nueve de cada diez pruebas...

-A. G.: La natación cada vez me está gustando más... Es la disciplina que más pereza da a los triatletas, pero me tiro al agua y me siento yo mismo, en mi espacio.

-¿Cuándo tuvieron claro que ibais a ser triatletas?

-A. C.: Quizás las nuestras sean historias distintas. Alberto es triatleta casi de crianza, de nacimiento. Yo soy más espontáneo. Jugaba al fútbol, al tenis, y a través de mi hermano entré en pruebas de resistencia. Antes de triatlón no hacía ninguna de las tres disciplinas. Entrenándome en la piscina de Carranque fue como conocí a 'Albertillo'.

-A. G.: Es verdad lo que dice, porque mi padre hacía ya triatlón (fue campeón de España en los noventa). De prebenjamín ya lo hacía. En mi etapa de cadete me gustó mucho el atletismo y hacía pista y cross y estuve dudando entre ambos deportes, hasta que me clasifiqué para el Europeo juvenil en triatlón y me di cuenta de que podía viajar, competir nivel internacional... No había punto de comparación.

-También su hermano Ignacio compite en triatlón... ¿Qué ha sucedido con él?

-A. G.: Han sido muchas circunstancias. En agosto de 2019 se lesionó, justo antes del Mundial sub-23, una plica sinovial en una rodilla. Ha tardado mucho en recuperarse. Estuvo con fisioterapia y no mejoró en plena pandemia. Se operó en junio y ha vuelto a entrenar, pero se ha presentado a las oposiciones de Policía Nacional y se las ha sacado. Ahora esta en Ávila.

-¿Qué opciones tienen de vivir del triatlón?

-A. C.: Se puede vivir. Alberto subsiste con los ingresos, pero no está emancipado totalmente. No es tan sencillo como entrenas, compites, ingresas. Es mucho más complicado. O buscas carreras que te reporten económicamente o te dedicas a ser más mediático, a potenciar tus redes sociales. Si hablamos de calendario federativo o el internacional es muy difícil acceder a los premios de estas carrera por el nivel que hay. Dan acceso a puntos y a ciclos olímpicos. Si te metes en ese círculo probablemente te salga a pagar, porque te costeas los viajes, salvo que vayas con la selección española. El club te puede ayudar, si tiene buena voluntad. Tienes que depender de becas nacionales, un camino clásico.

-A. G.: En mi caso he optado por becas nacionales, porque estoy en la carrera el ciclo olímpico. Me lo he trabajado con mi entrenador y mi grupo. Pero antes tuve que invertir para conseguir puntos, puestos y, al final, resultados que te permiten optar a otra prueba. Con la beca vives momentáneamente, no es para siempre. No lo puedo comparar con deportes más mayoritarios y profesionalizados. Intento seguir escalando con resultados, patrocinadores o más becas. Creo que las empresas podrían tener más voluntad de ayudar.

-A. C.: La cultura del apoyo al deportista no va relacionado a tu nivel. Si consigues influencia si tienes acceso a patrocinios. Las marcas en España lo que buscan es eso, influencia, notoriedad. No se guían por un código ético, de apoyo al desarrollo del deporte, sino por números. Buscan su impacto publicitario y la persona que mejor lo consigue, independientemente de cuál sea su nivel.

-Y eso a pesar de que España es una potencia mundial en triatlón...

-A.C.: En corta distancia (el olímpico, el más clásico, es de 1.500 metros de natacion, 40 kilómetros en bici y 10 de carrera), en larga (ironman o medio ironman) no.

-Alberto, ¿por qué se fue a un club de Santiago?

-A. G.: Ya estaba Andrés en ese club y necesitaba dar el salto a nivel nacional, para poder competir en la Liga de clubes y campeonatos de España y para ganar a nivel económico. Ningún club de Málaga entonces me podía ofrecer eso, con gastos de viajes pagados e incluso primas por los resultados.

-A. C.: Y no es que sea el mejor club de España, ni mucho menos, puede ser el quinto o el sexto. Hay clubes que pagan más, pero no cantidades disparatadas. El tiempo que estuve allí el trato al atleta fue exquisito. También estuvo Alejandro Cañas allí y se hizo un gran grupo. Es como una familia.

-¿Cuáles son sus ambiciones deportivas?

-A. G.: Ahora se ven muchos triatletas que ganan en la treintena como Vincent Luis, con 31. Esto va para largo, es un deporte longevo. Quiero seguir creciendo y consolidarme en puestos de Copa de Europa y Copa del Mundo para dar el salto a las Series Mundiales. Es difícil pensar en unos Juegos Olímpicos. Nos han dejado el listón muy alto Gómez Noya, Mola y Alarza.

-Pero usted está en la nueva generación, el relevo, ¿no?

-A. C.: Casi se podría decir que esa generación está ya, con Serrat, que podría haber ido a los Juegos, Sánchez Mantecón, Genis Grau. Quizás no sea un grupo de superclases, pero...

-A.G.:Somos muchos al mismo nivel.

-A. C.: Con capacidad de evolucionar, pero no creo que se dé el dominio español que hubo entre 2000 y 2015.

-¿Podemos decir que Alberto está en el 'top ten' español?

-A. G.: Sí, ahora sí. He tenido altibajos, pero el ciclo olímpico para la clasificación cara a París 2024 va a estar muy abierto.

-¿Y Andrés, que expectativas tiene?

-A. C.: Me veo como un aficionado ambicioso. Intento buscar una segunda juventud deportiva desde hace muchos años, pero tengo unas responsabilidades que cumplir. No estoy del todo conforme con lo que he conseguido hasta ahora y busco algo con lo que estarlo. Este deporte no se deja al final. Me veo compitiendo durante un tiempo indefinido. Ahora busco un buen resultado en el circuito europeo de XTerra, donde se mueve también el pentacampeón mundial Rubén Ruzafa, que proyecta una sombra muy grande, que es triatlón de montaña, y en la media distancia también por tener visibilidad cara a patrocinadores.

-¿Citarían otros nombres destacados en el triatlón local?

-A. C.: Alejandro Cañas, que también compite por libre.

-A. G.:Y mi hermano Ignacio...

-¿Y a nivel femenino?

-A. C.: Patricia Bueno es la referencia, en media y larga distancia, con mucha repercusión a nivel local.

-Lo que no pueden negar es que hay un 'boom' en el triatlón..

-A.G.: Más que nada como afición, aunque no se compita. También a nivel de licencias ha subido.

-A. C.: Tal como lo veo yo, el que hace triatlón compite. Se ha popularizado y desmitificado. Cada hijo de vecino tiene su bicicleta o neopreno, con su circuitillo provincial. Hay para todo.