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Ha sido una temporada redonda, la de su confirmación en la élite internacional. El joven triatleta malagueño Alberto González ha cerrado un 2022 muy completo, en el que a falta de la disputa de tres pruebas de las Series Mundiales en las que no competirá ... por decisión de la Federación Española, se ha situado en el 18.º puesto del ranking olímpico, y como segundo mejor español, sólo superado por el gallego Antonio Serrat.
«Estoy muy contento de como ha ido el año, la verdad es que no me puedo quejar, ha sido un temporada muy completa», resume González en conversación con este periódico desde su vivienda en Teatinos, donde descansa tras un periplo que, en las tres últimas semanas, le ha llevado a Corea del Sur y Japón, donde disputó sendas pruebas de la Copa del Mundo. En tierras niponas consiguió su primer podio en este tipo de citas internacionales. Fue segundo, por detrás del italiano Pozzetti y por delante del portugués Batista. El premio, además de los seis mil dólares, ha sido todo un acicate para seguir perseverando en un deporte que ha practicado desde muy pequeño, a las órdenes de su padre, Ignacio, y junto a su hermano mayor, también Ignacio, de 26.
El primogénito lleva tres años en el dique seco por sus problemas de rodilla, que le han obligado a pasar ya dos veces por el quirófano. «Quiere volver a competir y está esforzándose al máximo para ello, ojalá podamos volver a competir juntos en 2023», cuenta Alberto. El palmarés de la temporada ha sido casi inmejorable, situándose en todas las pruebas internacionales entre los treinta mejores.
En la Copa del Mundo fue sexto en Italia, 29.º en Noruega, sexto otra vez en Valencia, 12.º en la República Checa en la distancia olímpica, 16.º en Corea del Sur, también en la prueba reina, y la mencionada plata en Japón, en la modalidad sprint. Además, en su debut en las Series Mundiales fue 26.º en Hamburgo y en la prueba de relevos por equipos con la selección española fueron 16.º en Reino Unido. Por último, en la Copa Continental de Larache, en Marruecos, quedó en tercera posición.
El joven triatleta malagueña ha sido además, a nivel nacional, campeón de España en la modalidad sprint por segunda vez, tras el triunfo de 2019. En 2020 venció en la distancia olímpica. «Quedan tres pruebas este mes de las Series Mundiales en Bermudas, Chile y Abu Dabi, pero por decisión de la Federación no estaré», dice González, que tras poner punto y final a la temporada de 2022 se centrará ahora en «darle un empujón» a los estudios de Fisioterapia en la Facultad de Ciencias de la Salud de la UMA.
«Mi objetivo es terminarla en año y medio, pero me está costando, porque no es fácil compatibilizar, sobre todo la parte de las prácticas», confiesa González, quien reconoce que, en estos momentos, somos siete triatletas peleando por tres plazas para las Olimpiadas de París en 2024. El gallego Antonio Serrat lidera el ranking, en el que también despuntan el murciano Sergio Baxter, el catalán Genis Grau, el valenciano Roberto Sánchez, el manchego David Castro y el mallorquín Mario Mola. «Hasta mayo de 2024, que es cuando se deciden los nombres de los tres que irán a París, aún queda mucho tiempo», sostiene.
Por ello, González prefiere ir «paso a paso, poco a poco, disfrutando el camino, día a día, haciendo mejores entrenamientos», apostilla. Por su juventud, el triatleta reconoce que aún tiene que mejorar en la modalidad olímpica, la de 1,5 kilómetros de natación, 40 en bicicleta y diez corriendo. «Tengo más potencial en la corta, en la sprint, aún me quedan años curtiéndome en la olímpica», admite.
No obstante, el deportista admite que poder estar en París 2024 sería «un sueño». «Ser el primer triatleta malagueño en unas olimpiadas, y el segundo andaluz, tras el sevillano José María Merchán, que estuvo en Sídney 2000, sería lo máximo», sostiene. Para alcanzar esta meta, González seguirá en los próximos meses «disfrutando de los entrenamientos, aunque combinándolos con la bicicleta de montaña, con nadar en el mar y correr por el campo», describe.
El apoyo económico de sendas becas de la Fundación Andalucía Olímpica y la Podium del Consejo Superior de Deportes y Telefónica, ha sido fundamental para poder completar la temporada de pruebas, en las que ha tomado la salida en una media de dos citas al mes, entre abril y octubre, sumando las que realiza con su club, el Inforhouse de Santiago de Compostela.
«La verdad es que a nivel de sponsors y patrocinadores sigue siendo todo muy complicado, el triatlón no es un deporte que venda tanto como otros de equipo», sostiene el joven malagueño, quien, no obstante, quiere mencionar el respaldo que le brindan las firmas 226ERS, de suplementación nutricional deportiva, y Cabberty, en Málaga, que le ayuda con el material. «Sin ellos tampoco sería posible este sueño de competir a nivel internacional en triatlón», agrega González.
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