Tras los 'Gigantes' de los eSports

Ellos, José Díaz y Virginia Calvo, sí lo hicieron, y ahora disfrutan de las mieles del éxito tras mucho trabajo a sus espaldas. Ellos son los propietarios de Giants, ahora renombrado como GiantX tras su fusión con la británica Excel, con la que ganan presencia internacional, mayor potencial económico y renombre. Ya no son desconocidos, son, nada menos, que el club de eSports más laureado de la historia de España y uno de los más destacados del planeta, al competir dos de las máximas competiciones mundiales de videojuegos, el League of Legends EMEA Championship (LEC) y el Valorant Champions Tour EMEA (VCT).

Muchas de las partidas del equipo registran más de medio millón de espectadores en directos, a lo que luego habría que sumar el acumulado, tienen más de 24 millones de seguidores en las redes sociales, 87 millones de impresiones mensuales, 10 millones de 'engagement' (basado en las interacciones) mensuales… Pero además, alrededor de 70 personas contratadas, en torno a un centenar de contar con los jugadores.

El nombre de la entidad hace honor a lo que realmente son, unos verdaderos 'gigantes' de la industria. Pero este imperio no se levantó en dos días. ¿Qué hay detrás de Díaz y Calvo? Nacido en San Sebastián pero residente en Torremolinos desde los 3 años, él empezó en el mundo de los negocios abriendo una pequeña tienda de informática en Torremolinos en 1998. De ahí pasó un ciber-café y, luego, a un distribuidor de productos informáticos, Atlas Informática. Fue en ese momento en el que ya decidió involucrarse en el mundo 'gaming', primero distribuyendo productos y después, patrocinando desde 2007 a diferentes actores o equipos de los eSports. Mientras, Calvo, nacida en Madrid, estudió Fisioterapia y Empresariales y, con 23 años, llegó a Torremolinos. Esta pareja se enamoró en la Red, y ella apostó por darle un giro a su vida y trasladarse a la provincia, donde ya nacieron sus dos hijas.

«No nos consideramos visionarios. Somos emprendedores y trabajadores. Muchos de los pasos que hemos dado han sido por intuición. Y al final, haciendo camino, creo que sí que hemos ayudado mucho a que esto crezca en España y se consolide cada vez más como una industria y una nueva forma de entretenimiento», valora José Díaz.

Siempre fueron muy adelantados a su época o, por lo menos, su mentalidad era mucho más amplia que la de una buena parte de la sociedad, que veía los eSports como una afición para 'frikis', sin gran futuro. Hoy, casi 20 años después y según el último estudio de la Asociación Española del Videojuego, más de 18 millones de personas en nuestro país son videojugadores y la industria, como tal, genera más de dos mil millones anuales. Cifras imponentes.

Pero, como Calvo señala, no todos los videojugadores son profesionales. Es más: «Ser 'gamer' profesional es como ser jugador de fútbol de Primera División, sólo un número muy reducido llega a este nivel. Al principio nadie cobraba, era una cosa que se hacía para divertirse y ya está», recuerda. Incluso, asegura: «Había gente que nos decía 'y esto para qué', 'eso no se vende'… Nos pudo salir mal, pero nos salió bien». Y es que ellos fueron pioneros en la venta de productos 'gamers' en España y pioneros en patrocinar un equipo de eSports. De hecho, sobre Giants, Díaz cuenta: «Giants no lo fundamos nosotros. Ellos nacieron en 2008, como un grupo de amigos 'amateur'. Nosotros empezamos a patrocinarlos, y en 2012, vinieron a pedirnos ayuda y nosotros decidimos dar el paso». El resto es historia.

Más de 50 títulos después, la pareja explica que el camino hacia su versión actual y consagrada no ha sido sencillo. Además, porque han tenido que realizar una «labor pedagógica», como ellos mismos apuntan, para hacer ver el potencial de esta disciplina. «Siempre se ha mirado con recelo el mundo de los videojuegos, pero eso ya ha cambiado. Los jugadores se dedican 100% al videojuego, a prepararse, a analizar, entender el personaje y, en general, suelen ser chicos y chicas de altas capacidades, que están tomando decisiones y haciendo cálculos matemáticos en décimas de segundo durante una partida», explica Virginia. Y aclara: «Somos deporte, pero también competición, cultura, entretenimiento y espectáculo y, por suerte, en Málaga hemos encontrado mucho apoyo».

Un club con sello malagueño y relieve mundial, pero además, multicultural, porque los jugadores de sus diferentes equipos de videojuegos proceden de Austria, Corea del Sur, Turquía, Francia, Rumanía, Lituania, República Checa, Finlandia, Rusia y España. 'Gamers' reconocidos en todo el globo, seleccionados por un director deportivo, y que cuentan con un salario bastante digno, alojamiento y punteras instalaciones para entrenar y comer, como Home of GiantX, en el Polígono San Luis (aunque no todos viven en Málaga). Viven por y para entrenar y competir, con varios torneos semanales y muchas horas tras la pantalla: reuniones de estrategia y visionado, enfrentamientos individuales y colectivos, 'amistosos' con otros equipos…Una dura rutina para llegar a lo que muchos aspiran: ser jugador profesional. Una realidad que ha llegado para quedarse.