Torremolinos corona a Alex Yee como nuevo campeón mundial en una Gran Final en la que se impuso Hayden Wilde

Se cumplieron las expectativas y, aunque no se coronó en esta prueba, el campeón olímpico, el británico Alex Yee, logró los puntos necesarios para asegurar la que se convierte en su primera corona de campeón del mundo, un doblete de oro para la historia. Por su parte, el malagueño González, que llegaba en un espectacular noveno puesto de la clasificación general y siendo la máxima esperanza del equipo español, concluyó finalmente 19.°.

Fue una carrera tan rápida como dura ya desde la primera etapa, la de natación. Al cierre de la primera vuelta y pese a salir en los puestos en cabeza, Alberto concluyó el 17°, algo rezagado tras haberse quedado encerrado entre nadadores, teniendo que lidiar con la dificultad de las brazadas de sus rivales. Finalmente, salió el 30° del agua.

La tensión crecía por momentos, pero por fortuna aún quedaba mucha prueba por delante. Con el inicio de la fase ciclista ganó posiciones Alberto, que ascendió al 19.° lugar. Sin embargo, el pelotón, en el que se encontraba el malagueño, era incapaz de alcanzar al grupo de la escapada, liderada por los franceses Léo Bergère y Louiis y en el que también se encontraba Hyden Wilde, un grupo de cinco corredores imponiendo un ritmo muy superior al resto, que llevó a superar los 38 segundos de ventaja. Culpable en cierta medida de esta situación fue el australiano Hauser, que sufrió una caída en bici, obligando al grupo perseguidor a sortear el incidente. El malagueño aprovechaba el rebufo de su grupo para reponer energías y no sufrir demasiado intentando forzar el cuerpo. Sabía que su último cartucho debía quemarlo en la carrera a pie, su favorita.

Por desgracia, la realidad era que a la mitad de la prueba, dada la notoria diferencia de tiempo con respecto a los líderes, las opciones de Alberto de luchar por el podio, se habían esfumado. Y es que la distancia con respecto al primero ya sobrepasó el minuto a falta de la última vuelta en bici (+1:24), concretamente. Por su parte, el campeón olímpico marchaba en todo momento en cabeza del pelotón, justo en el sexto lugar que le valdría para proclamarse campeón mundial. Sin duda, era el que más se jugaba en este Mundial.

Llegó el momento de la última y crucial transición y aunque la ventaja sobre la escapada seguía siendo inviable, el joven malagueño hizo su trabajo, dejó la bicicleta en su lugar y se calzón sus zapatillas para marcharse como un cohete en apenas un abrir y cerrar de ojos, con lo que adelantó hasta siete posiciones, pasando del 30° al 23°. Aún no había dicho su última palabra.

Los dos grandes protagonistas de la carrera, Bergère y Wilde, arrancaron la carrera a pie con una nueva escapada, distanciándose ya del trío que le había cubierto, de manera premeditada, las espaldas en la fase de bicicleta, con el objetivo de dejar atrás a Yee en su lucha por el oro. Sin embargo, el británico, aunque rezagado, seguía salvaguardando ese sexto puesto que necesitaba, al escaparse alrededor de 100 metros con respecto a sus perseguidores.

Las dos últimas vueltas no fueron aptas para cardíacos, sobre todo por el altísimo ritmo impuesto por Wilde, +0:28 con respecto a Bergère, pero sobre todo por el espectacular arreón de Álex Yee, que parecía dispuesto incluso a adelantar alguna que otra posición, también con un gran tiempo. El malagueño, por desgracia, parecía estar sufriendo demasiado y no podía hacer más que permanecer pegado a su grupo. Sellando una carrera para el recuerdo, Wilde acabó sellando su meritorio y laborioso triunfo, con un tiempo de 1:42:22, seguido por Bergère y con Yee firmando una sensacional remontada para pasar del sexto al tercer lugar.