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El malagueño Samuel 'La Esencia' Molina muestra su cinturón de campeón de España de superligero ganado en una pelea el 3 de diciembre ante Jon Fernández. MIGUE FERNANDEZ
'La Esencia' apunta al cetro europeo

'La Esencia' apunta al cetro europeo

Samuel Molina, el mejor boxeador malagueño en las tres últimas décadas, se prepara para el gran salto en su carrera

Lunes, 23 de enero 2023, 00:32

Quién sabe si la vida le habría llevado por un camino más adinerado con el fútbol... y con menos golpes. Samuel Molina (Málaga, 1998) probó en el Malaka, el Mortadelo, el Portada Alta y con la Federación Malagueña. Pero no, lo que en realidad le gustaba era la adrenalina del 'ring'. Puede que su nombre no aparezca a diario en los medios de comunicación, pero ya se andará. El joven púgil de los superligeros, campeón de España en este peso y dos veces (un título y una defensa) en ligero, apunta ya a retos mayores, al cetro europeo, el de la EBU (máximo organismo continental) y, por qué no, a pelear por un hipotético Mundial.

Descarado, que no insolente; atrevido, que no imprudente, humilde y con los pies en el suelo, es ya la referencia del boxeo en Málaga en las tres últimas décadas, en el camino de Gonzalo Mencho, también campeón nacional (en 1990), y del más grand (con permiso de Ali) José Luis Heredia, el único local que ganó el título continental, en 1979, precisamente también del peso superligero.

«Desde chico sabía que me iba a dedicar el deporte, que era lo mío. Iba con patines, en bicicleta, jugaba al fútbol, hacía taekwondo... Un chico inquieto», recuerda sobre su infancia en la zona de La Unión. «A mí padre le gustaba el boxeo y lo practicaba de joven, y a mi hermano mayor Eliseo, las artes marciales. Por eso a los 8 años me quería apuntar a un gimnasio, pero mi madre no me dejó», añade aludiendo a un desprestigio de la disciplina en los últimos años, tras las décadas de esplendor entre los 60 y los 80, pero a día de hoy el boxeo renace y la práctica femenina también ha crecido y está mejor vista.

Samuel 'La Esencia' Molina, en un entrenamiento con comba. MIGUE FERNÁNDEZ

Molina probó al fin a los 13 en un club de barrio, el Rodas, durante unos seis meses, y luego fue a la escuela de boxeo de la Peña El Sombrero. «Entonces ya me enteré de que la familia Heredia había abierto un club», apunta sobre su casa actual, el gimnasio Saga Heredia, en el Polígono La Estrella. «Me calenté y me fui allí. Quien me centró fue Boris, sobrino de José Luis Heredia, el tercero (por edad) de los cuatro hermanos que practicaron boxeo.

El idilio fue inmediato. «Vi un carisma y algo especial en él que no veía en los demás. Soñaba con ser un gran campeón. Como son tan jóvenes a veces no sabes descifrar qué serán, pero pensaba que con el tiempo se iba a ver. Venía a entrenarse con su bicicleta lloviera o hubiera problemas familiares. Además, tenía una velocidad, reflejos y precisión que otros chicos con su edad no tenían», describe Boris, que junto a su hermano Alejandro (como 'manager' y agente) dirigen su carrera. Son casi una familia.

«Es coordinación, calcular los tiempos, saber cuando tienes que pegar. Estoy en el combate y me imagino un tablero de ajedrez. Voy pensando dos o tres movimientos más allá»

su visión del boxeo

«Muchos me decían que no podría llegar, que no voy a vivir del boxeo. Estoy viviendo un sueño: estar entre los tres primeros del 'ranking' europeo», se sincera a este periódico. Los planes con 'La Esencia' son claros. El 4 de marzo en Saga Heredia (que estrena iluminación en el 'ring') se prevé una defensa del cinturón de los superligeros ante el madrileño de ascendencia dominicana Nelson Dotel (10-3-0), de 28 años. La pelea está pendiente de firmarse por contrato. Posteriormente, se tratará de optar al cetro europeo de la EBU, y se intentará que sea este verano, en casa, con el apoyo de la Diputación y del Ayuntamiento de Málaga. Se barajan como escenarios el Auditorio, el Martín Carpena o la Ciudad Deportiva Javier Imbroda, en Carranque, el lugar que prefiere el propio Samu. «Está más recogido, con la gente más cercana», comenta después de haber ganado allí el pasado 3 de diciembre a Jon Fernández en el Campeonato de España. El rival puede salir del duelo entre el danés de 30 años Enock Poulsen y el francés Franck Petitjean, de 34, que se medirán en las próximas semanas.

Samuel Molina con su entrenador, Boris Heredia. MIGUE FERNÁNDEZ

«Quiero el Europeo y pegarme por un título mundial. Quiero ganar, lo veo factible», afirma sin altanería. No forma parte de su carácter. Medita las respuestas, las rumia y las expulsa, pero sin un deje de soberbia. Es la misma estrategia que se toma para hablar la que sigue en el 'ring'. «La gente llama al boxeo el 'noble arte'. ¿A que se refiere? Es pegar y que no te peguen. Cualquiera sabe pegar, pero ¿quien sabe quitarse los golpes? Es coordinación, calcular los tiempos. Saber cuando tienes que pegar. Estoy en el combate y me imagino un tablero de ajedrez. Voy pensando dos o tres movimientos más allá», reflexiona sobre su boxeo, y se autodefine como «rápido, elegante y fino». «Cuando tengo que apretar y sacar la maldad sé sacarla», añade.

«Hemos conseguido que sea un boxeador muy completo –interviene Boris Heredia, su entrenador, psicólogo y primera esquina en las peleas–. Podría dar muchos adjetivos, pero diría que es audaz y técnico. También táctico, porque podemos cambiar la estrategia de combate según el rival, y sabe improvisar y dejarnos asombrados». Con 'La Esencia' están de segundo esquina Maikel 'El Tornado de Mangas Verdes', y de tercera, José Luis Heredia, la voz de la experiencia. El médico es Óscar Cazorla, y en la preparación física y la nutrición le asesora Nexo Life.

«Muchos me decían que no podría llegar, que no voy a vivir del boxeo. Estoy viviendo un sueño»

sobre su progresión

Paso a paso, Samuel va construyendo una carrera sólida. «Ya está entre los cincuenta primeros del mundo, pero una vez que pasas del nivel europeo todo cambia, con boxeadores que llevan desde los 4 años aprendiendo. No tiene que ver con España», expone Boris. 'La Esencia' tiene dos derrotas en 26 peleas, ante Francesco Patera y Hartem Harutyunyan. Saber encajarlas es vital también en la trayectoria de un púgil. Por eso afirma que le aportaron «mucho aprendizaje». «Gracias a ellas estoy donde estoy ahora, con ese saber estar que tengo en el 'ring'», apostilla.

Perfil

  • Fecha y lugar de nacimiento: 29-11-1998, Málaga.

  • Altura y peso: 1,77 metros y 62 kilos.

  • Títulos: Campeón de España de peso ligero y una defensa y campeón de España de superligeros.

  • Una película de boxeo: 'Million dollar baby'.

  • Música favorita: Flamenco, y artistas como 50 Cent, Kendrick Lamar y Bad Bunny.

  • Disciplinas preferidas: Motociclismo, snowboard y baile moderno.

  • Referentes en el boxeo: Kiko Martínez, Saúl Canelo Álvarez, Julio César Chávez y Roy Jones.

  • Patrocinios y ayudas: Villa Paradiso, Leone, Saga Heredia, Diputación de Málaga, Harper and Neyer, Clínica Monte Real y Ripoll.

Tras estos dos tropiezos, Samuel Molina no tenía un reto sencillo el mes pasado en el Campeonato de España de los superligeros, ante un rival con una trayectoria similar. «Fue una pelea muy estratégica ante 'Jonfer'. Nos movemos con gran velocidad. Era un púgil muy difícil y tuve que saber jugar mi baraja de cartas», explica.

Soltero y consagrado al boxeo

Ahora 'La Esencia' va y viene al gimnasio desde Cártama, donde reside con su madre, dos hermanas (son cuatro) y sobrinas. Es soltero. El boxeo ocupa su vida. Cinco horas de lunes a sábado, mañana y tarde, de preparación física y técnica (saco y 'ring'), que le impiden ser un joven de 24 años al uso, llevar la vida de muchas de sus amistades. «Hay que hacer lo que el 90 por ciento de la gente no hace», define y, aunque ha de mantenerse en una franja de apenas tres kilos para dar el peso de competición, no oculta que «soy una lima y me encanta la carne y la pasta, pero también la quemo». Hasta le ha dado tiempo a posar de modelo para la marca textil Harper and Neyer.

Pero las ayudas no llegan caídas del cielo. «Me gustaría tener más patrocinadores», deja caer, y alude a su sobrenombre de boxeador, 'La Esencia', esa etiqueta ineludible para cualquier púgil que se precie. Se la puso Boris, y a Samuel le encanta y la define como «elegante y profunda». «Les marco como un ADN. El chiquillo lo tenía todo. Muchos de su edad se iban con chicas y él sólo quería boxear. Fue algo que me transmitió, una conexión especial. Es guapo y noble y me llegó la inspiración», explica entre risas Boris que no oculta que «un apodo te lo da todo, es la diferencia».

Cuando habla de sus tatuajes en el brazo izquierdo (un león, su propia imagen y también el MGM, el hotel de las grandes veladas de boxeo en Las Vegas) se delata al referirse a que habrá otro «cuando consiga el título de Europa», con lo que lo tiene en mente incluso antes de conseguirlo. «El objetivo es uno, no hay plan B», se justifica.

«No. Disfruto con esto. Si no, no boxearía. Me apasiona, me siento vivo. Necesito adrenalina. Si no la tengo en mi cuerpo, en mi vida, no le veo sentido»

¿Miedo en algunas peleas?

¿Y el miedo? Si no lo tiene un torero o un alpinista, tampoco un boxeador. Al menos 'La Esencia'. «No. Disfruto con esto. Si no, no boxearía. Me apasiona, me siento vivo. Necesito adrenalina. Si no la tengo en mi cuerpo, en mi vida, no le veo sentido. Por eso me gusta MotoGP, porque van a 300 en una curva. Esto no es un juego, pero me han enseñado a quitarme los golpes. ¿Miedo? Puedo que lo tenga mi rival de mí, yo no...», expone. Y no va de farol.

Manuel Alcántara (centro) conoció a Samu (izquierda) de niño. PEDRO QUERO
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