Samuel 'La Esencia' Molina posa para SUR con su cinturón de campeón de Europa, aún con secuelas físicas tras su duro combate en Francia. Marilú Báez Vídeo: Daniel Maldonado
Boxeo | Entrevista

Samuel Molina, campeón de Europa: «Quiero defender este cinturón y pelear en Estados Unidos por un título mundial»

El púgil malagueño, en el mejor momento de su carrera, no dudó en ningún momento de su triunfo ante el galo Jordy Weiss: «Preferí ir a por los puntos y asegurarme la victoria»

Nacho Carmona

Málaga

Martes, 22 de octubre 2024

Dos cosas evidencian que Samuel Molina (Málaga, 1998) se proclamó campeón de Europa (EBU) de boxeo hace apenas dos días: sus heridas de 'guerrero' (un párpado morado y heridas en los nudillos) y el cinturón que portaba en el hombro cuando entró a la redacción ... de SUR para ser entrevistado, con un mapa de Europa de oro sobre su base azul. Orgulloso, aunque algo cansado, y con ganas de volver al gimnasio para seguir curtiéndose cara a futuras citas, sobrelleva la 'resaca' de éxito propia de los campeones. Al final, para él, 'La Esencia', su apodo pugilístico, la victoria se ha convertido en una costumbre. Casi rutina. Su historial de combates profesionales así lo evidencia: 30 victorias y sólo tres derrotas. Su trigésimo triunfo ha coincidido con una de sus noches más estelares encima de un 'ring', sino la que más, venciendo al invicto Jordy Weiss en casa ajena por puntos para erigirse como el mejor wélter del viejo continente.

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–¿Cómo está siendo esa 'resaca' después de proclamarse campeón?

–Pues viviendo momentos muy bonitos con la familia y con el equipo. El domingo tuvimos un camino de largo, de tres horitas de coche, para volver a París y volar a Málaga. Estoy cansado porque no dormí mucho, pero muy contento por el trabajo realizado. Y muy ilusionado con todo lo que viene después. Ya estamos maquinando qué hacer, si pelear en diciembre. Mi mánager me preguntó que cómo estaba, y yo le dije que perfectamente. Tengo un poco inflamado el párpado derecho, porque el rival fue un poco 'fullero' y me dio un cabezazo. Y le dije que estaba ya para pelear. Empezó a reírse. Ahora tendré unos días de descanso y después retomaré los entrenamientos.

–Siempre confió en sus opciones de ganarle a Jordy Weiss en su casa, Francia.

–Siempre. Lo dije nada más terminar el combate. Primero lo creí y luego lo vi. El dicho de 'si no o veo no lo creo' no es cierto. Fue un ejemplo para muchos jóvenes que vienen por detrás pisando fuerte y un llamamiento a todo aquel que esté persiguiendo su sueño. Ya sea cantante, escritor, periodista... La perseverancia. He perdido en mi carrera, pero me he levantado y he seguido peleando. Este verano no he viajado porque quería ser campeón de Europa. Y ya lo soy. Ahora quiero defender con éxito este cinturón e irme para Estados Unidos para pelear por un título mundial.

–Fue un combate a doce asaltos, en el que imagino que experimentó un montón de emociones. ¿Cómo se gestiona eso?

–Yo pensaba, sinceramente, que lo podía noquear. Tenía mucha confianza en mí mismo. Es verdad que me impusieron unos guantes para pelear y estaban muy acolchados, no son los que yo utilizo, los 'Leone'. No estaba acostumbrado. Y estaba boxeando fuera de casa. Si iba fuerte, me quedaban asaltos y tenía que seguir boxeando. Tenía que tener mucho fuelle y mucho fondo para seguir tirando esos golpes y puntuar, sin tirar tanto de potencia. Tuve esa duda, porque si no caía, a puntos me podía ganar. Así que preferí ir a por los puntos y asegurarme la victoria.

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–¿Qué le decía su entrenador, Boris Heredia, entre asalto y asalto?

–Que iba muy bien y que me asegurara, que cuando me tirara golpes yo le respondiera. Lo hicimos muy bien.

–Antes de ser wélter compitió en el peso ligero, en el superligero y en el superwélter. ¿Cómo se encuentra en esta categoría?

–Mejor que nunca. Todo el mundo estaba en contra, por el riesgo de cambiar de división. Nosotros, 24 horas antes del combate, tenemos el pesaje. Y después hacemos un efecto rebote en el que recuperamos siete, ocho o diez kilos. Y eso se nota. Si tú rebotas más que yo, me puedes desplazar con más facilidad con un golpe. Ese es el juego. Yo en el superligero sufrí y me deshidraté tanto que el día del combate no lo llegué a recuperar. Estaba muerto y sólo quería irme a mi casa a descansar. Recomiendo que si no estás bien, cambies de peso, aunque rebotes menos. Hay que pelear donde uno se encuentre fuerte, independientemente de los kilos que gane el otro.

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Mentalidad

«El dicho de 'si no lo veo no lo creo' no es cierto; yo lo creí y luego lo vi»

Familia

«Tenía presión porque sabía que mi vida iba a cambiar económicamente; quitaré a mi madre de trabajar»

–¿Es un hándicap boxear fuera de casa?

–Yo, personalmente, no tengo presión. Cuando trabajas tanto tienes la tranquilidad de que lo has hecho todo bien. Voy seguro y así tiene que ser.

–A falta de confirmación, todo apunta a que su primera defensa de este título europeo va a ser ante Jon Míguez.

–Posiblemente. Me gustaría Jon Míguez. Y también con David Avanesyan. Es todo hablar con el equipo cómo lo ven y qué es lo mejor para mi carrera.

–¿Y cómo les repercute económicamente un combate de este nivel?

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–Ya en este nivel puedes ir buscando una casa y un coche. En este escalón las bolsas son mayores. Y se agradece muchísimo. Para tu familia, tu estabilidad, poder invertir... Estar tranquilo de cara al futuro.

–¿Se siente veterano pese a tener sólo 25 años?

–Sí, mucho. Esos tropezones que hemos tenido me han hecho aprender muchísimo. Me siento joven, pero experimentado, con veteranía.

–Imagino que tendrá el teléfono echando fuego después de esta gesta. ¿Cuál ha sido el mensaje más especial o llamativo?

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–Me ha felicitado Sergio Ramos. Le admiro mucho desde niño. Ha sido el mensaje que más me ha marcado.

–Ha comentado en alguna ocasión que las derrotas para usted son una bendición.

–La gente se queda con el 'por qué a mí'. Y las derrotas son un aprendizaje. Tienes que agradecerlo porque si le sacas lo bueno a cada cosa que te pase, estás vibrando bien. Si te pasa algo malo, tranquilo, seguro que también trae algo bueno.

–También sueña con quitar a su madre de trabajar.

–Sí. Tenía presión antes de este combate porque sabía que mi vida iba a cambiar económicamente. Y también la de mi madre. Después de esto la quitaré de trabajar. Lo haré, seguro. Segurísimo. Y estoy muy contento. Tenía que ganar porque ese cinturón me iba a abrir muchísimas puertas. Y el domingo ya estaban llamando a mi mánager para otras peleas con bolsas económicas muy elevadas. Ya se le ve el color a esto. (Ríe).

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