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Pérez, junto a varios representantes del equipo nacional de Marruecos. SUR
La segunda vida en Marruecos del pionero del hockey en Málaga
Hockey

La segunda vida en Marruecos del pionero del hockey en Málaga

Ramón Pérez ·

El que fuera uno de los creadores de las escuelas de Carranque y el fundador del Club Hockey Benalmádena es ahora seleccionador de Marruecos

Lunes, 13 de marzo 2023, 00:09

La pasión nunca se pierde para aquellos que siempre defienden su vocación. Él luchó toda su vida, de manera desinteresada, por cumplir un sueño que consiguió a base de largos años de esfuerzo y trabajo. Ahora, recién jubilado, quiere seguir peleando por alcanzar nuevas metas a 250 kilómetros de su casa y en otro continente. A sus 65 años, Ramón Pérez, considerado uno de los pioneros del hockey en Málaga y el precursor de este deporte en Benalmádena, ha empezado una nueva vida cerca de Tetuán, en Marruecos. ¿El objetivo? Ofrecer a este país la experiencia y los conocimientos de toda una vida impulsando este deporte.

Mientras que para muchos es un completo desconocido, para otros es una de las figuras relacionadas con el mundo del deporte que más ha aportado a la historia de la capital costasoleña y de la provincia. Tiene un currículum infinito: casi 40 medallas nacionales como entrenador y distinciones como las medallas de oro de las Federaciones Española y Andaluza de Hockey, además de haber sido seleccionador andaluz durante una década o ayudante de José Manuel Brasa en la selección española femenina en la etapa previa al oro olímpico de Barcelona 1992. Sin embargo, sus mayores aportaciones vienen ligadas a su empeño por convertirlo en un emblema de la provincia a partir de los 70.

Por fortuna, este asturiano trasladado a Málaga en los 60 encontró en la Escuela Francisco Franco un grupo de 'locos' (como él mismo los define) que se enamoraron de este deporte a raíz de los materiales con los que contaban en ese momento en la escuela. Uno de sus mejores amigos entonces era José Antonio Moya, y fue junto a él con quien decidió crea un equipo y, posteriormente, un club (Polaris). Aún recuerda aquellos momentos Pérez, que explica que en aquellos años había tres núcleos de hockey en la ciudad: su escuela (Francisco Franco, hoy Instituto Rosaleda), el colegio Menor Mediterráneo y el colegio Los Olivos.

Arriba, con algunas de las promesas femeninas en las escuelas de Carranque; abajo a la izquierda, con el Hockey Benalmádena; abajo a la derecha, Pérez, con sus amigos del equipo de hockey de amigos de la Escuela Francisco Franco . SUR
Imagen principal - Arriba, con algunas de las promesas femeninas en las escuelas de Carranque; abajo a la izquierda, con el Hockey Benalmádena; abajo a la derecha, Pérez, con sus amigos del equipo de hockey de amigos de la Escuela Francisco Franco .
Imagen secundaria 1 - Arriba, con algunas de las promesas femeninas en las escuelas de Carranque; abajo a la izquierda, con el Hockey Benalmádena; abajo a la derecha, Pérez, con sus amigos del equipo de hockey de amigos de la Escuela Francisco Franco .
Imagen secundaria 2 - Arriba, con algunas de las promesas femeninas en las escuelas de Carranque; abajo a la izquierda, con el Hockey Benalmádena; abajo a la derecha, Pérez, con sus amigos del equipo de hockey de amigos de la Escuela Francisco Franco .

Pero sentían que faltaba algo que conectara a toda la ciudad, un núcleo único que diera a conocer realmente esta disciplina. «Junto a Francisco Serrano, Ernesto Martos y José Antonio Moya, introdujimos el hockey en Carranque. Allí teníamos las escuelas de los colegios Domingo Lozano, Sagrado Corazón y Ciudad de Popayán, y sacamos miles de jugadores», relata. Lograron unificar a los fieles del hockey de toda Málaga e impulsar el 'boom' que se generó entonces, con referentes del más alto nivel de la talla de las campeonas olímpicas Mari Carmen Barea o Pili Sánchez Cervi, además de otras figuras como Magdalena Martos, Juan Manuel Tena, Alfredo Fernández o José Ramón López.

Aquello pudo haber sido el culmen de Pérez, pero seguía queriendo más. En 1983 después se mudó a Benalmádena, donde siguió expandiendo su 'religión'. Introdujo este deporte en la localidad creando una escuela y, dos años después, el Club Hockey Benalmádena. El mismo que hoy día se ha convertido en el máximo representante de la provincia, con una estructura consolidada, una amplia cantera y asentado en la élite nacional. «Me siento muy orgulloso de todo lo que he generado y con eso me siento recompensado», valora. Y eso que, por desgracia, nunca pudo ver el hockey como algo más que un 'hobby'. «Esto es una afición, nunca he vivido del hockey, sino de mi trabajo, primero en la fábrica de Siemens y luego como funcionario en el Ayuntamiento de Benalmádena, en el área de Deportes», reconoce.

Nueva vida

A sus 65 años pudo haber elegido empezar a vivir una vida más tranquila, pero eso no le representa. Hace once años que Ramón, impulsado por su pasión por Marruecos, comenzó a conocer el lugar y a colaborar con la federación de hockey del país, consciente del bagaje del malagueño. Y a raíz de su jubilación, decidió emprender una nueva vida allí, junto a su pareja desde hace años, de raíces marroquíes aunque con nacionalidad española. Ahora, Pérez se ha convertido en el seleccionador nacional del país.

Con una de las concentraciones de la selección de Marruecos. SUR

Su labor es ardua: recorre el país realizando jornadas de captación y tecnificación, buscando y formando tanto entrenadores como a los mejores talentos del lugar cara a que, en unos años, pueda convertirse en una potencia africana y, quién sabe, si internacional. «Marruecos está en una fase inicial comparado con España, que ya es una potencia a nivel europeo, pero me he encontrado con muchísimos practicantes, gente joven con muchísima ilusión. Tenemos un gran material humano, porque tengo jugadores con muy buen estado físico, y ahora toca trabajar la técnica y la táctica», afirma. Sabe que los resultados no llegarán de la noche a la mañana, pero reza: «La intención futura es meternos en las competiciones africanas. Mi objetivo sería meternos entre los tres mejores países africanos para acceder a competiciones internacionales».

Lo tiene claro, ahora que ha dejado su legado en Málaga y Benalmádena. Quiere luchar por dar a Marruecos las claves y las herramientas para construír un gran futuro. Es feliz con su nueva vida y su jubilación activa, incluso, cuenta en tono jocoso: «Me gusta el país, la gente nos trata muy bien y, tal y como están las cosas, me es mucho más factible vivir aquí que en España». Ramón tiene claro que, mientras pueda, seguirá ligado al deporte que le dio la vida.

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