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marina rivas
Sábado, 19 de junio 2021, 00:58
Lo saben desde hace más de un año: sólo puede quedar una... o ninguna. Por ello este sábado, a las 17.00 horas, se ... lanzarán al agua dispuestas a dar lo mejor de sí mismas. La malagueña Paula Ruiz y la fuengiroleña María de Valdés encaran en Setúbal (Portugal)su última oportunidad para unirse a los malagueños que pondrán rumbo a los Juegos de Tokio, en su caso, en la modalidad de 10 kilómetros en aguas abiertas, una disciplina en la que nunca antes ha sido olímpica una andaluza. Por desgracia, España sólo cuenta con una plaza para la cita nipona.
La elegida deberá cumplir con dos requisitos: concluir entre las doce mejores de la cita lusa y la segunda, ser la mejor española. Un detalle destacable es que sólo podrá clasificarse una representante por país, así que, de repetirse nacionalidad entre las doce primeras, se irá otorgando el billete a la siguiente mejor posicionada al término de la carrera, por lo que se incrementan las opciones para las dos nadadoras de la provincia.
Ruiz, enfocada exclusivamente en las aguas abiertas, parte como la mejor baza nacional, además de por su brillante cuarto puesto en el último Europeo absoluto, quedando a sólo cuatro décimas del bronce. «Me encuentro muy bien, con muchas ganas de competir. La cumbre de todo deportista es llegar a unos Juegos y mi preparación ha ido enfocada a eso», valora la malagueña, que se lamenta también del sistema de clasificación. «Hay un montón de chicas de otros países que están igual que nosotras. Creo que está mal hecho, que es un poco injusto, que al final después de tantos años de trabajo sólo haya oportunidad para una por país. María y yo nos llevamos muy bien. Somos compañeras y sabemos diferenciar nuestra relación fuera y dentro del agua. Yo le deseo lo mejor pero también tengo que mirar por mi», se sincera la joven representante del Club Inacua.
Pese a que ambas reivindican su amistad desde hace más de una década, ahora mismo no deja de ser su competencia dentro del agua y, además, en el último año y medio sobre todo, ha demostrado saber plantar cara. En las pruebas de 10 kilómetros en las que han participado ambas, han ido prácticamente unidas. Eso sí, De Valdés (Club Liceo) ha compaginado las largas distancias en el exterior con la piscina. En el Europeo absoluto brilló al ser finalista en 800 y 1.500: «Estoy muy bien, contenta, algo nerviosa… Pero es normal sentir nervios porque hay mucho trabajo y mucho tiempo detrás de esto y al final te la juegas todo en un día».
Coincide con su paisana en que es injusto que sólo una de ellas pueda cumplir el sueño olímpico y añade: «Estamos las dos en muy buen momento y puede pasar cualquier cosa. Sé que las dos hemos trabajado mucho para esto. En mi caso, sería un sueño hecho realidad el poder acudir a Tokio. Estoy muy emocionada de estar aquí y, aunque sé que será complicado, voy a intentarlo hasta el final». Será un reto complicado pero lo cierto es que la propia delegación nacional confía plenamente en que, dada la restricción de una plaza por país, España pueda enviar a una de las malagueñas a Tokio. Para cualquiera de ellas sería su debut olímpico.
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