Baldizzone, en la Copa del Mundo celebrada en Trieste. sur

Natalia Baldizzone quiere superarse

La patinadora fuengiroleña de 20 años ultima detalles antes de encarar la final de la Copa Mundial: «En la etapa absoluta ya lo he ganado todo, pero mi meta es mejorarme a mí misma»

MARINA RIVAS

Domingo, 7 de agosto 2022, 00:57

Uno puede llegar a perder la motivación cuando ya lo ha ganado todo, pero la verdadera fortaleza mental de un deportista se demuestra en la ... capacidad para competir y mantenerse en la élite. Estos son los valores que representa la patinadora fuengiroleña Natalia Baldizzone, que con sólo 20 años ya sabe lo que es proclamarse campeona de España, de Europa, del mundo y también de la Copa del Mundo sénior; es decir, lo atesora todo, además desde las categorías inferiores, donde empezó a coleccionar los méritos internacionales por doquier. Pero lo importante es que quiere seguir creciendo y está capacitada para ello.

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Este año, comenzó la temporada con un oro en solo danza (su modalidad) en la primera parada de la Copa del Mundo, en Trieste (Italia). Al imponerse con una alta puntuación, no tuvo por qué acudir a las siguientes citas de la competición, en Portugal y Paraguay, se clasificó directamente para la final de esta Copa, en Alemania, donde se medirán sólo las 10 mejores del mundo de cada disciplina. Mañana lunes partirá hacia tierras germanas, donde se desarrollará la competición durante la semana. Baldizzone comenzará en la fase clasificatoria con un programa basado en un remix de Lady Gaga (el tema de la cita es 'moderno'), mientras que en la ronda final defenderá, igual que en Trieste, una versión de 'Carmen', de Bizet. «Mi objetivo es superarme a mí misma, evolucionar en cada torneo y salir satisfecha de mi competición», apunta.

Esta próxima semana buscará el título de la final de la Copa Mundial; después, afrontará el Europeo y el Mundial

Baldizzone continúa explicando que será una cita de alto nivel cara a la preparación de sus dos grandes eventos del 2022. «Este será como el primer gran contacto para las competiciones importantes del año, el Europeo en septiembre y el Mundial en noviembre. El punto álgido de la temporada será el Mundial, pero poco a poco vamos eliminando puntos flacos de las coreografías y mejorando todos los aspectos posibles.

Si algo define a la joven fuengiroleña es su madurez y su dedicación. A pesar de ser un deporte costoso y con aún escasa visibilidad, no desiste. Compagina sus estudios universitarios de Magisterio con alrededor de cinco horas diarias de entrenamientos junto a una exigente entrenadora, su madre, la expatinadora y técnica del Club El Tejar, Angélica Morales.

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Madre y entrenadora

Aunque años atrás, con la rebeldía típica de la adolescencia, pudieran vivir momentos de discrepancia, su madre es su mayor aliada y saben separar perfectamente ambos papeles. «Normalmente no llevamos el entrenamiento a casa. Hubo más problemas en el momento de la adolescencia, que ahí para cualquier adolescente ningún padre tiene razón», cuenta en tono jocoso la joven patinadora. Y continúa: «Pero he evolucionado y ya estamos en un momento en el que ambas perseguimos lo mismo, así que es más fácil. Pero igualmente en la adolescencia nunca pensé en dejar el deporte. Yo estaba muy centrada, tenía muy claro desde pequeña lo que quería hacer».

«He luchado para ello, para conseguir estar a este nivel y pelear por los títulos y mira hasta dónde estoy llegando»

Ella lo sigue teniendo claro. Como todo deportista de alto nivel, no puede dejar de soñar con que algún día su disciplina sea olímpica. Pero por ahora lo único que quiere es seguir acumulando medallas y, sobre todo, mejorar sus propias puntuaciones, que su estilo y su trabajo capten la atención de la gente (y también de patrocinadores que apuesten por ella). «He luchado para ello, para conseguir estar a este nivel y pelear por los títulos y mire hasta dónde estoy llegando. Todo esto es el fruto de mi esfuerzo y sacrificio. En la etapa absoluta es verdad que ya lo he ganado todo, pero mi meta ya no es ganar como tal, porque hay gente muy buena y una competición mala la puede tener cualquiera; yo quiero mejorarme a mí misma», explica.

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