Natalia Baldizzone se alza con su tercera corona europea

Natalia Baldizzone tiene la capacidad de hacer que lo difícil parezca sencillo. A sus 22 años, la patinadora artística fuengiroleña ya lo ha ganado todo y, además, en repetidas ocasiones. La pasada campaña firmó una gesta histórica al proclamarse campeona de España, de Europa y del mundo sénior en sólo danza, y este año está a un último paso de repetir esta gesta. La deportista del Club El Tejar ya ha ganado la Copa del Mundo y el Nacional, a lo que acaba de sumar una nueva corona continental este fin de semana, nada menos que la cuarta de su carrera y la tercera en categoría absoluta tras las obtenidas en 2019 y 2021.

Aunque confía en su talento y disciplina, la fuengiroleña explica que ha habido gran competencia esta vez. «Estoy muy contenta. La competición exigía un montón, éramos veintidós patinadoras. Esta vez no tenía tan seguro que ganase porque había mucha rivalidad con la italiana, sobre todo», valora muy satisfecha además por mejorar la puntuación de sus programas (148.16 puntos), el corto con la música de Lady Gaga, y el libre con su interpretación de 'Carmen', de Bizet. «Todos decían que era la categoría con más nivel del campeonato. Una no se puede relajar, nunca hay nada seguro», reitera.

Aunque más allá de la corona, lo que le llena es el haberse superado y el encontrarse en un momento de madurez en la temporada, justo lo que necesita antes de encarar su gran reto del año, el Mundial. «Esta ha sido la mejor competición del año, sí. Ya sólo me queda el Mundial de Buenos Aires», comentó este periódico. A diferencia de lo que puedan pensar muchos, no se cansa de ganar. Se motiva a sí mismo así para seguir creciendo en una posible futura disciplina olímpica. «Siempre quedan cosas que mejorar, aspectos en los que crecer... No me aburro. Por ejemplo, nunca he hecho un campeonato completo con todo con niveles máximos (de dificultad)», explica. La autoexigencia desde muy pequeña es, sin duda, su mayor aptitud y la clave de su éxito: «Cada vez me sorprendo más, porque se ve reflejado todo el trabajo que esto lleva detrás, todo el proceso, los años, las horas de entreno… Una se siente satisfecha, al final recojo los frutos de lo que cosecho, lo que trabajo».

Nunca busca excusas esta estudiante de Educación Primaria, pero se ha ganado el poder clamar públicamente por la precariedad de este deporte. «Las medallas sí las pagan, pero tienes que esperar un año. Ahora recibiré la cuantía de las medallas del año pasado, pero no deja de ser muy poco para todo lo que conlleva», concluye.

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