Lorena Vano, un talento malagueño en la selección italiana de pádel

En el mismo deporte de esta última, el pádel, encontramos a una de las mejores jugadoras malagueñas del momento, un talento de 25 años que, a su vez, es subcampeona de Europa con Italia. Hablamos de Lorena Vano. Los aficionados a este deporte la conocerán de sobra. Se ha forjado aquí y se ha recorrido todas las pistas de la capital costasoleña, la han visto pasar de jugar torneos amateur con su equipo femenino de SNP (Series Nacionales de Pádel) a competir en los mejores escenarios del mundo. Sin ir más lejos, este lunes volverá a jugar en Roland Garros, en el Major de París de Premier Padel. Sin embargo, entre el gran público, aún está escalando posiciones y haciéndose notar.

Lorena es de padre italiano, lo que justifica su nacimiento en Caserta (Nápoles), sin embargo, con sólo un año, se trasladaron a la tierra natal de su madre, Málaga, de donde nunca se ha marchado… Bueno, sólo una vez, aunque a Sevilla y temporalmente, porque antes de ser la jugadora de pádel profesional que es hoy, Vano estuvo becada en las instalaciones de la Federación Andaluza de Tenis, en la capital de la comunidad. Compitió a nivel internacional (torneos ITF) hasta los 16 años y prometía, pero una lesión de muñeca le impidió seguir, al no poder realizar el revés a dos manos.

Su padre, jugador aficionado de pádel, la sumergió en esta su nueva pasión y, como muchos otros tenistas, al principio, renegó de este campo más reducido. Hasta que comprobó que podría llegar lejos si se lo tomaba en serio. «A mí lo que me gusta es competir. No estoy acostumbrada a entrenarme sin competir. Me apunté en la Academia de José Solano (en Inacua), me busqué un equipo de SNP, como todo el mundo, y después me federé y empecé a competir a más nivel, en campeonatos de Málaga, de Andalucía… Pero yo veía el World Padel Tour y quería llegar ahí. Hacían falta muchos puntos, así que hablé con una chica por si le interesaba como pareja y me dijo que sí», recuerda sobre sus inicios.

Y así, con la madrileña María Vera, comenzó su incursión en el World Padel Tour. Al cabo de ujn año accedió a su primer cuadro con este circuito, aunque fue con la llegada del nuevo, el Premier Padel, cuando comenzó su despegue. Ahora es fija en los Major (los torneos de mayor puntuación) y es común verla ganando las rondas previas para acceder al cuadro final. Su mejor 'ranking' llegó a ser el 58º del mundo, a inicios de este año, tras llegar a octavos de final en Arabia Saudí. Ahora, ya pasado el ecuador de la campaña, se ha mantenido en el 62º. Es la tercera mejor italiana del 'ranking' mundial, sólo por detrás de Carolina Orsi (27ª) y Giorgia Marchetti (47ª). Además, es la cuarta mejor malagueña del momento. El orden es el siguiente: Bea González (sexta), Carolina Navarro (49ª), Marta Caparrós (51ª) y ella.

No es que Vano se sienta más italiana que española. Es más, cuenta con la doble nacionalidad, pero lo cierto es que, jugando bien sus cartas, era consciente de que, junto a la selección italiana, en pleno crecimiento y ya convertida en una de las mejores del continente, se le podría abrir una nueva ventana.

Y así fue. Este verano, la malagueña debutó como internacional con su país paterno, y lo hizo nada menos que para proclamarse subcampeona de Europa por equipos. Como no podía ser de otra forma, cayó en la final ante España, gran potencia mundial del pádel. Ahora, a finales del mes de octubre, Vano cumplirá un sueño más, el de haber sido convocada para acudir, con Italia al Mundial de Catar. «Es muy ilusionante, verdad es que es un sueño. Es raro a veces jugar contra España, al final soy una malagueña jugando con el otro equipo, pero Italia también es parte de mi». Cabe señalar que, en la selección española, volverán a defender a nuestro país en la cita mundialista la malagueña Bea González y el alhaurino Álex Ruiz. Además, Carolina Navarro acudirá con Suecia.

Teniendo en cuenta que comenzó a jugar con 18 años, podría decirse que su carrera sólo acaba de empezar. O al menos, así lo siente ella: «Espero que el año que viene coja una buena dinámica. Creo que puedo ir avanzando progresivamente. Mi sueño, como todos, es llegar lo más arriba posible y poder vivir de este deporte. Disfrutar de las sensaciones de llegar a semifinales y finales. Hay que ser realistas, porque es muy complicado y el nivel cada vez es más alto, pero voy a trabajar para ello».