Lorena Tamayo: «Le dedico mi victoria en los 101 kilómetros de La Legión a mi hija de siete meses»

Enfermera de profesión y ciclista de vocación, Lorena Tamayo, a sus 36 años, está atravesando por un momento inolvidable tras haber ganado el pasado fin de semana la prueba de ciclismo de montaña (mountain bike) en la XXIII edición los 101 kilómetros que La Legión organiza en Ronda. Esta profesional de enfermería del servicio de urgencias del Hospital Clínico Virgen de la Victoria afirma en esta entrevista que le ha dedicado la victoria en tan dura prueba cliclística a su hija, Leandra, de siete meses. «Para mí es una satisfacción personal grandísima haber ganado en los 101 kilómetros de La Legión», dice y cuenta que en la parte final del trayecto tuvo unos calambres muy fuertes en las piernas.

-Completó usted la carrera en cinco horas, 35 minutos y 58 segundos. ¿Es su mejor marca?

-De las tres veces que he participado en la carrera de los 101 kilómetros esta ha sido mi mejor marca. Este año ha habido un récord de participantes. Ha sido la edición en la que más mujeres han competido.

-¿Cuál es su especialidad dentro del ciclismo?

-Yo me he dedicado a correr en mountain bike, pero ahora estoy en el equipo Al Andalus Women de Prolongo. Es un equipo ciclista andaluz de carretera. En Ronda, en los 101 kilómetros, he participado en la modalidad de mountain bike.

-¿Son más duras las pruebas de bicicleta de montaña que las de carretera?

-Son modalidades diferentes. En la montaña voy sola, compito de forma individual, y en carretera compites más en equipo; tienes que ir en grupo, no puedes perder el contacto con el grupo, mientras que en mountain bike es algo más individual y todo depende de las fuerzas que se tengan.

-¿Qué supone para usted haber ganado una prueba tan exigente y dura?

-Para mí es una satisfacción personal grandísima. Este año está siendo muy duro y le estoy dedicando al ciclismo el tiempo que puedo, ya que debo atender a mi hija de siete meses, trabajar como enfermera en urgencias y llevar adelante mi casa. Por eso, para mí, haber ganado esta prueba mítica y tan dura es algo increíble, la verdad.

-¿A quién le ha dedicado el triunfo?

-A mi pequeña se lo dedico, que tiene siete meses. Es mi única hija.

-Con su hija y el trabajo, ¿de dónde saca usted tiempo para poder entrenar?

-En los primeros meses, aprovechaba que mi pequeñita dormía para salir a entrenar. Ahora, que ya es un poco más grande, se queda con su padre o con mi madre y salgo con la bicicleta. A mi novio también le gusta la bici y compite.

-Es decir, que tanto usted como su pareja son deportistas.

-Sí. Los dos montamos en bicicleta y nos entendemos muy bien. Estamos organizados al minuto para poder entrenar los dos y poder llevarlo todo para adelante.

-¿Tuvo en la prueba de los 101 kilómetros algún momento de desfallecimiento, lo que se conoce como sufrir una pájara?

-Sí. A partir del kilómetro 70 empezaron a darme unos calambres muy fuertes en las piernas. Hacía mucho calor y, aunque me estaba hidratando más que otras veces, sufrí esos calambres, que me acompañaron hasta el final de la carrera. Menos mal que los puede ir aguantando.

-¿Tiene previsto volver a competir pronto?

-A final de mes compito con mi equipo en los campeonatos de Andalucía en carretera.

-¿Cuándo empezó su afición por el ciclismo?

-Hace seis años que empecé a coger la bicicleta. Hasta ese momento, había estado haciendo deporte en un gimnasio. Entonces, me compré una bici y comencé a practicar ciclismo con un compañero del hospital. A partir de ese momento me aficioné.

-Compite usted por afición, porque supongo que dinero no gana con el ciclismo.

-No, dinero no da. Al revés, cuesta dinero. Es un vicio sano, pero caro (risas).

-¿Lleva mucho tiempo trabajando en el Hospital Clínico como enfermera?

-Yo terminé la carrera en 2006. Desde entonces, he tenido contratos de trabajo en muchos sitios. Desde hace dos años tengo una interinidad en el servicio de urgencias del Clínico.

-¿Ha recibido felicitaciones de sus compañeros de trabajo?

-La verdad es que estoy sorprendida de la cantidad de muestras de cariño que estoy recibiendo. Por todos los lados me están felicitando. Es algo increíble lo que esta prueba mueve.

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