Jaime Nava: «El rugby ha crecido en España, aunque la sensación es que podría hacerlo más rápido»

–Sigue jugando al rugby. ¿Ahora más para divertirse?

-El otro día volví a jugar después de un largo periodo. Me retiré en 2019 del rugby profesional. Seguí en el Alcalá en la Regional madrileña. Lo que pasa es que ahora no sé si será posible compatibilizarlo con otros quehaceres, aunque dicen que un jugador de rugby nunca se retira...

-Usted jugó al rugby quince y al siete? ¿Qué recorrido le ve a este?

-El rugby siete tiene futuro, pero está inmerso en un periodo convulso, con la pandemia, y quizás los formatos de competición requieran ciertas mejorías y avances, pero es muy dinámico y visual, y lo que conlleva un torneo de primer nivel es una fiesta, no sólo el espectáculo deportivo. Es un tipo de deporte que puede tener mucho tirón. Es fácil de enganchar a los aficionados, que no tienen la complejidad del quince. Este es de un consumo más inmediato, aunque tres días seguidos pueden saturar, si bien el aficionado elige partidos. Luego, requiere más habilidad y técnica, pero menos tamaño físico.

-¿Y usted cuál prefiere?

-El de quince, porque en el 'seven' nunca terminé de arrancar, por las propias limitaciones de mi físico. Es una modalidad brutal y hay que adaptarse. Las dos modalidades de rugby están en continua evolución y la exigencia física cada vez es mayor. Llegar a ese nivel de velocidad y explosividad, a esa acumulación de fatiga por los esfuerzos que hay que generar, te funde de verdad y la única manera de disfrutar es estar en un momento de forma que traspase la barrera de lo óptimo.

-¿Cuál cree que es el presente y futuro inmediato de las dos selecciones de rugby 7 de España?

-En chicas es un proyecto con jugadoras nuevas, y jóvenes. La selección masculina esta compitiendo también con jóvenes de clubes españoles y armando un equipo cara al futuro. No hemos visto la mejor versión del equipo en Málaga, y Pablo (Feijoo) sabe que el equipo puede competir mejor.

-Hablemos del ambiente internacional que se está viviendo en Málaga. ¿Qué tiene que pasar para que haya más público de nuestro país con el rugby?

-Nos falta familiarizarse con la cultura de rugby en España y que la gente se aficione a seguir a los 'leones'. Estos torneos, en el actual formato de tres días, son largos. El viernes en todos los que viví, a excepción del de Hog Kong, suelen ser así. Siempre hay escasez de público. Pero aprecio que hay una evolución en España. Lo llevo viviendo desde dentro. El rugby ha crecido. La sensación que nos queda es que se podría ir más rápido con la evolución. Estamos a la espera de conseguir un granito, el de clasificarnos para una Copa del Mundo en quince, que podría ser el punto de inflexión definitivo. También podríamos ser más críticos con la forma en que hacemos las cosas, pero soy optimista y creo en el rugby, que tiene mucho que decir. Encaja mucho con la idiosincrasia española. Somos el gran deporte colectivo a nivel mundial, además del fútbol. Falta que la sociedad española sepa que ocupamos un lugar en el rugby y que la gente se enganche, como a la 'Ñ' o al balonmano.

-¿Cómo le ha ido de 'speaker'?

-No lo había hecho nunca. Esto ha sido como un favor. Vengo con Kiwi House, que necesitaba una imagen para ejercer de maestro de ceremonias, en contacto con el público. Esto lo suele hacer gente especializada, pero la persona de Kiwi House ha sido baja, así que hice de 'speaker y de 'announcer'. Me ha gustado la experiencia, pero me he dejado la voz.

-¿Va a continuar con su faceta de actor o su participación en programas televisivos?

-Son cosas que te pasan en la vida y gracias al rugby. De repente, debido a los éxitos que tuvimos en rugby en un periodo determinado en la selección, de la que era capitán, la gente me identificó mucho con ella, y te conviertes en el representante del equipo para ir a un programa de televisión. Descubres un mundo de la ficción y de la televisión y ves que puedes hacer cosas. Te tiene que gustar ponerte delante de una cámara y estoy intentando descubrirlo. Lo llevo muy bien, aunque a la gente le llama la atención porque es un cambio radical. La faceta que más me está gustando es la de actor. Empecé a formarme a final de 2018, y eso quizás la gente no lo sepa. Quizás piensen que me pongo delante de la cámara porque sí.

-¿Qué le aportó su papel de secundario en 'La casa de papel'?

-Entras en contacto con gente a la que admiras y puedes aprender mucho de ellas. Es como un máster acelerado en cualquier área. Y dentro de poco se estrena la segunda temporada de 'La Unidad'.