Gómez-Raggio: «He dicho que Sánchez y Casado son unos hijos de puta, pero es como hablar en el patio de la casa»

El malagueño cuestionó la neutralidad de la votación celebrada en la localidad gerundense, en un día laborable. Denunció que a un asambleísta, Miguel Ángel Millán, le llamó al móvil el director general de Deportes (número dos del CSD), Albert Soler, para que le pasara el teléfono a la presidenta, y que esta se excedió en su turno de argumentos (había cinco minutos para cada uno) con el «deber de leer» el comunicado que difundió el CSD y el COE coincidiendo con la celebración de la Asamblea.

«Ha habido un cambio de voto. Éramos 45 ayer», reconoció Gómez-Raggio, que insinuó a este medio que pudieron ser los asambleístas andaluces los que cambiaron su decisión ante las presiones en las últimas horas.

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Frente a las críticas recibidas a su figura, rechazó en primer lugar la del supuesto machismo de la iniciativa. «Es absurdo. En el año 1976 ya estaba en el Movimiento Democrático de Mujeres de Málaga...». Sobre sus incendiarios 'tuits' borrados, lo argumentó así: «Las redes sociales son como son. Entramos y decimos barbaridades. Es como el patio de la casa. La libertad de expresión hay que dejarla que fluya. Yo he dicho que Pedro Sánchez y Pablo Casado son unos hijos de puta. No lo niego y lo mantengo, pero es el típico insulto que hacemos los ciudadanos cuando estamos enfadados. Mucho peor es cuando alguien le dice a otro en el ámbito de un Parlamento que prevarica, porque eso sí que es un delito».

Incluso, el abogado malagueño fue más allá: «Creo que lo de mis 'tuits' no me ha perjudicado en nada (a la hora de que no saliera adelante la moción), porque si todos los que se comprometieron en su momento hubieran votado a favor habríamos ganado por 45 a 15, pero ha habido un pacto secreto entre una federación territorial y la presidenta, que ahora se queda con una Asamblea ingobernable, porque va a tener en contra la mayoría».