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Paula Ruiz se sube por las paredes. La nadadora malagueña pide que le dejen entrenar «bajo las condiciones sanitarias que sean» para poder preparar el preolímpico que tiene previsto competir a finales del próximo mes de mayo, una fecha que aún se mantiene en ... el calendario deportivo y que se disputará en Japón, en las aguas de Fukuoka. Una cita clave para aspirar a ser olímpica, un sueño que ahora mismo ve muy lejano. Se ve atrapada en casa. El confinamiento obligado por el coronavirus la tiene alejada de las piscinas. Una situación dramática para su disciplina. «Para un nadador, una semana sin entrenar es un mes perdido», enfatiza Ruiz.
«En piscina, los criterios para ir a los Juegos lo lleva la Federación Española y esta ya ha avisado de que tendrá en cuenta este problema que tenemos ahora, pero en la categoría de aguas abiertas los criterios los tiene la FINA (Federación Internacional) y todo sigue igual. De momento, la fecha del preolímpico no se ha movido. Hay otros deportistas que sus países les ha adaptado un lugar donde pueden seguir entrenando y yo sigo en casa, con una tabla de ejercicios que no me da ni el 20% del entrenamiento que tendría que estar haciendo. Yo no paro de pensar que lo que estoy haciendo no es para ir a unas Olimpiadas y eso me tiene mala», se sincera Paula en SUR.
Intenta canalizar su frustración: «Estoy intentando mantener la cabeza fría y hablo cada día con mi entrenador y con el psicólogo. Y sé que la Federación Española está detrás intentando solucionar problemas, pero cada día que pasa se pone la cosa más fea para nosotros. Llevo tantos años buscándolo y estaba en un buen momento con una buena preparación, pero ahora cada día está más lejos. Considero la natación como mi trabajo. Durante toda mi vida he sacrificado muchas cosas y me parece injusto que no me dejen trabajar. Me da igual que tenga que estar los próximos meses en un centro cerrado con todas las medidas sanitarias que hagan falta», expone la nadadora malagueña de 21 años.
«El COI nos transmite tranquilidad pero eso no sirve para nada. Mi entrenador también lo ve. Este no es el camino para ir a unos Juegos. Pero tanto yo como otras compañeras, como la malagueña María de Valdés, sabemos que es todo muy complicado», asevera antes de dar su opinión sobre las posibles soluciones: «Que nos lleven a un centro deportivo cerrado donde poder a entrenar. Si hay que hacerse pruebas antes, durante o después, lo haremos. No nos va a importar mientras tengamos al menos el agua. Por muchas pesas que haga, mi medio es el acuático. Es que cuando me vuelva a meter al agua va a ser muy complicado. Entiendo el problema que hay, pero al menos buscar soluciones y que nos dejen hacer nuestro trabajo», reclama.
Aunque Paula piensa que a estas alturas «lo ideal es que se aplacen o retrasen estos Juegos Olímpicos». Lo argumenta así: «Por igualdad con todos los deportistas sería quizás retrasarlo al año que viene. Me parece injusto que muchos deportistas pueden estar entrenando con normalidad y otros estamos en casa adaptándonos a lo que se puede. Y menos los que estamos en el agua, que no podemos hacerlo en casa. No pedimos excepciones, queremos igualdad con los otros deportistas. Sé que ahora mismo la Federación, a la que no culpo de nada, está intentando presionar para buscar alternativas, pero si sigue así esto va a ir fatal», finaliza con la esperanza de volver a zambullirse cuando antes en el agua.
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