El memorable Cervezas Victoria Open de Málaga echa el cierre

Ha sido un torneo de sorpresas, de emociones -especialmente para los jugadores de la casa-, de puntos memorables, exhibición de golpes e incluso de récords de asistencia esta temporada. El Cervezas Victoria Málaga Open coronó este domingo a sus nuevos campeones tras una intensa semana acercando el mejor pádel del mundo al público de la provincia y de la comunidad, en un Martín Carpena que no defraudó.

De los cuatro jugadores que se alzaron como campeones ayer, dos ya se coronaron esta misma campaña en una cita en la provincia (el Máster de Marbella), fueron las número 2 del mundo Ari Sánchez y Paula Josemaría; mientras sólo uno de los cuatro repitió título con respecto al Open de la capital costasoleña del año pasado: Agustín Tapia (nº3), que esta vez junto a Sanyo Gutiérrez (nº5), se impusieron a Franco Stupaczuk (nº7) y Pablo Lima (nº9). Curiosamente, el brasileño Lima fue su compañero en la final del pasado curso.

Fue un título especialmente emotivo para la pareja argentina, que parecía 'andar como Pedro por su casa' por el Palacio de los Deportes malagueño. El apodado como el 'Mozart de Catamarca' Tapia celebró su 23 cumpleaños haciéndose con su quinto título de la temporada, mientras que 'El Mago' Sanyo lo disfrutó festejándolo junto a su hijo y sus amigos en la grada. Tras las sorpresiva derrota de las parejas números 1 y 2 del 'ranking', Lebrón-Galán y Navarro-Di Nenno, respectivamente, los favoritos en liza cumplieron en las semifinales. En la antesala de la final, Tapia y Sanyo despertaron del sueño a los malagueños Álex Ruiz y Momo González, que rozaron la remontada. Cara al público, partían también como favoritos, porque no es ningún secreto que su juego es de los más atractivos del circuito.

Eso sí, sufrieron en exceso en un primer set en el que ninguna pareja se atrevió a romper, lo que desembocó en un intenso 'tie-break' que tuvo que definirse por la diferencia de dos (8-6), pero que premió la constancia y la estrategia de Tapia y Sanyo. Tuvieron que cambiar de planes Stupacuk y Lima si querían buscar el tercer set, por lo que optaron por insistir en el lado de Gutiérrez una y otra vez, con bolas profundas o complejas de devolver, porque sabían que de mandar bolas altas al lado del joven revés argentino, acabaría ganando el punto con su impecable 'smash', uno de los mejores del circuito. Pero respondió Sanyo, que no decayó en ningún momento. Fue crucial su defensa y sus bolas a la malla, que provocaron que los rivales abrieran más el juego hacia ambos.

Al fin, a base de insistencia, lograron un quiebre (3-1) que les dio aire para avanzar hacia la red y poner contra las cuerdas a Stupaczuk y Lima. Aunque no cerraron ahí el partido y lograron reducir distancias de nuevo (5-4). Sin embargo, los errores no forzados acabaron penalizándoles y premiaron a la pareja más consistente y regular esta vez con su quinto título del año (7-6 y 6-4).

Sorprendentemente, en el 'Clásico' de las finales femeninas, el duelo entre las números uno y dos, no hubo tanta igualdad esta vez. En este caso, la murciana Paula Josemaría y la madrileña Ari Sánchez, fueron especialmente decisivas y por lo general, superiores a las líderes Gemma Triay y Ale Salazar, que eliminaron en semifinales a la malagueña Bea González y a su compañera, Marta Ortega. Ya de inicio, impusieron su ley con un rápido 2-0 a su favor; respondieron las nº1, pero con el 4-2 y posteriormente 5-2 volvieron a romper y a dejar claro que esta final llevaba su nombre. Tanto en actitud como en 'winners', fueron superiores en todo momento.

Sacaron las uñas en el segundo set Triay y Salazar, buscando soluciones y llegaron a tomar la delantera en el marcador (3-2), pero una consecución de varios errores no forzados y espectaculares puntos, especialmente de Paula Josemaría, provocaron un nuevo quiebre a su favor. Convirtieron el 3-2 en un 3-4 en apenas unos minutos. Con una seguridad y confianza apabullantes, dieron un paso más al frente y pasaron a dominar la red y mantener atrás el máximo tiempo posible a Triay y Salazar. Tampoco fue sencillo entonces, pero con la llegada del 5-3 vieron tan cerca el triunfo que se auto obligaron a no cometer errores. Buscaron alargar el partido lo máximo posible la catalana. Pero su ilusión por hacerse con el noveno trofeo del año murió en una última bola de oro que cayó del lado de las vencedoras, que se coronaron por cuarta vez este curso.

Este Open de Málaga marca el ecuador de la temporada del World Padel Tour, o lo que es lo mismo, un periodo de 2-3 semanas de vacaciones para los jugadores, marcado cada año por los cambios de pareja o nuevos patrocinios.

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